PALABRAS PRONUNCIADAS POR JESUCRISTO DESDE LA CRUZ

PRIMERA PALABRA

Padre, perdónales, porque no saben lo que hacen.

V. Te adoramos ¡Oh Cristo! y te bendecimos.
R. Que por tu santa Cruz redimiste al mundo.

¡Oh amado Jesús mío, que por mi amor estás agonizando en la cruz, para pagar con tus penas la deuda de mis pecados, y abrir tu divina boca para alcanzarme el perdón de la eterna justicia! Ten piedad de todos los fieles agonizantes, y de mí cuando me halle en aquel trance; y por los méritos de tu preciosísima sangre, derramada por nuestra salud, danos un dolor tan vivo de nuestras culpas, que nos haga espirar nuestra alma en el seno de tu infinita misericordia.

Padrenuestro, Ave María y Gloria o Tres Gloria al Padre.

Misericordia, Señor, misericordia.
Dios mío, creo en Ti, espero en Ti, te amo, y me arrepiento de haberte ofendido con mis pecados.

SEGUNDA PALABRA

En verdad te digo, que hoy estarás conmigo en el paraíso.

V. Te adoramos ¡Oh Cristo! y te bendecimos.
R. Que por tu santa Cruz redimiste al mundo.

¡Oh mi amado Jesús, que por mi amor estás agonizando en la cruz, y que con tanta prontitud y liberalidad correspondiste a la fe del buen ladrón, que en medio de tus humillaciones te reconoce por Hijo de Dios, y le asegurais el Paraíso! Ten piedad de todos los fieles agonizantes, y de mí cuando me halle en aquel trance; y por los méritos de tu preciosísima sangre enciende en nuestras almas una fe tan firme y constante, que no vacile por ninguna sugestión del demonio, a fin de que también nosotros obtengamos por ello el premio del santo paraíso.

Padrenuestro, Ave María y Gloria o Tres Gloria al Padre.

Misericordia, Señor, misericordia.
Dios mío, creo en Ti, espero en Ti, te amo, y me arrepiento de haberte ofendido con mis pecados.

TERCERA PALABRA

Ahí tenéis a vuestro hijo; ahí tienes a tu madre.

V. Te adoramos ¡Oh Cristo! y te bendecimos.
R. Que por tu santa Cruz redimiste al mundo.

¡Oh mi amado Jesús, que por mi amor estás agonizando en la cruz, y olvidando tus padecimientos, nos dejas en prenda de tu amor tu misma santísima Madre, para que por medio de ella podamos recurrir con confianza a Ti en nuestras mayores necesidades! Ten piedad de todos los fieles agonizantes, y de mí cuando me halle en aquel trance; y por el martirio eterno de tan amada Madre enciende los méritos infinitos de tu preciosísima sangre, por cuyo medio podamos evitar la eterna condenación que hemos merecido por nuestros pecados.

Padrenuestro, Ave María y Gloria o Tres Gloria al Padre.

Misericordia, Señor, misericordia.
Dios mío, creo en Ti, espero en Ti, te amo, y me arrepiento de haberte ofendido con mis pecados.

CUARTA PALABRA

Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has desamparado?

V. Te adoramos ¡Oh Cristo! y te bendecimos.
R. Que por tu santa Cruz redimiste al mundo.

¡Oh amado Jesús mío, que por mi amor estás agonizando en la cruz, y que, por un cúmulo de padecimientos, además de tantos dolores corporales sufristes con infinita paciencia la más penosa aflicción de espíritu por el desamparo de tu eterno Padre! Ten piedad de todos los fieles agonizantes, y de mí cuando me halle en aquel trance; y por los méritos de tu preciosísima sangre danos gracia para sufrir con verdadera paciencia todos los dolores y angustias de nuestra agonía, a fin de que, uniendo tus penas a las nuestras, podamos después ser participantes de tu gloria en el Paraíso.

Padrenuestro, Ave María y Gloria o Tres Gloria al Padre.

Misericordia, Señor, misericordia.
Dios mío, creo en Ti, espero en Ti, te amo, y me arrepiento de haberte ofendido con mis pecados.

QUINTA PALABRA

Tengo sed

V. Te adoramos ¡Oh Cristo! y te bendecimos.
R. Que por tu santa Cruz redimiste al mundo.

¡Oh amado Jesús, que por mi amor agonizaste en la cruz, y que no satisfecho con tantos oprobios y padecimientos, quisiste sufrir aun más, para que todos los hombres se salvasen, manifestando de este modo que todo el torrente de tu pasión no basta para apagar la sed de tu amoroso corazón! Ten piedad de todos los fieles agonizantes, y de mí cuando me halle en aquel trance; y por los méritos de tu preciosísima sangre enciende en nuestro corazón un fuego de caridad tal, que arda en deseos de unirse a Ti por toda la eternidad

Padrenuestro, Ave María y Gloria o Tres Gloria al Padre.

Misericordia, Señor, misericordia.
Dios mío, creo en Ti, espero en Ti, te amo, y me arrepiento de haberte ofendido con mis pecados.

SEXTA PALABRA

Todo está cumplido

V. Te adoramos ¡Oh Cristo! y te bendecimos.
R. Que por tu santa Cruz redimiste al mundo.

¡Oh amado Jesús, que por mi amor estás agonizando en la cruz, y desde esta cátedra de verdad anunciaste el cumplimiento de la obra de nuestra redención, con lo cual de hijos de ira y de perdición hemos pasado a ser hijos de Dios y herederos del paraíso! Ten piedad de todos los fieles agonizantes, y de mí cuando me halle en aquel trance; y por los méritos de tu preciosísima sangre despréndenos enteramente del mundo y de nosotros mismos, y en el momento de nuestra agonía danos gracia para ofrecerte de corazón el sacrificio de nuestra vida en expiación de nuestros pecados.

Padrenuestro, Ave María y Gloria o Tres Gloria al Padre.

Misericordia, Señor, misericordia.
Dios mío, creo en Ti, espero en Ti, te amo, y me arrepiento de haberte ofendido con mis pecados.

SÉPTIMA PALABRA

Padre mío, en tus manos encomiendo mi espíritu.

V. Te adoramos ¡Oh Cristo! y te bendecimos.
R. Que por tu santa Cruz redimiste al mundo.

¡Oh amado Jesús, que por mi amor estás agonizando en la cruz, y que, en consumación de tan gran sacrificio, aceptáis la voluntad del eterno Padre, entregando en sus manos tu espíritu, para inclinar después la cabeza y morir! Ten piedad de todos los fieles agonizantes, y de mí cuando me halle en aquel trance; y por los méritos de tu preciosísima sangre danos en nuestra agonía una perfecta conformidad con tu divina voluntad, para que estemos pronto a vivir o morir, como más te agradare, y tan solo deseemos que se cumpla exactamente en nosotros tu adorable voluntad.

Padrenuestro, Ave María y Gloria o Tres Gloria al Padre.

Misericordia, Señor, misericordia.
Dios mío, creo en Ti, espero en Ti, te amo, y me arrepiento de haberte ofendido con mis pecados.

Oración a la Virgen de los Dolores

Madre mía dolorosísima, por el intenso martirio que padecisteis al pie de la Cruz en las tres horas de agonía de Jesús, dígnate asistirme también a mí, que soy hijo de tus dolores, en mi agonía a fin de que con tu intercesión, pueda pasar del lecho de la muerte a acompañarte en el santo paraíso.Tres Avemarías

De repentina y de improvisa muerte.
Librame, Señor.
De las acechanzas del demonio,
Librame, Señor.
De la muerte eterna,
Librame, Señor.

Oración

Oh Dios, que para la salvación del género humano nos has dado ejemplo y auxilio en la muerte dolorosísima de tu Hijo, te pedimos nos concedas que en aquel extremo peligro de nuestra muerte alcancemos el efecto de una tan grande caridad y merezcamos acompañar en la gloria al mismo Redentor. Amén