Consagración al Sagrado Corazón de Jesús

¡Sacratísima reina de los cielos y Madre mía ambilísima! Yo N.N., aunque lleno de miserias y ruindades, alentado sin embargo con la invitación benigna del Corazón de Jesús, deseo consagrarme a El; pero, conociendo bien mi indignidad e inconstancia, no quisiera ofrecer nada sino por tus maternales manos, y confiando a tus cuidados el hacerme cumplir bien todas mis resoluciones.

Corazón dulcísimo de Jesús, Rey de bondad y de amor, gustoso y agradecido acepto con toda la decisión de mi alma ese suavísimo pacto de cuidar Tú de mi y yo de Ti, aunque demasiado sabes que vas a salir perdiendo. Lo mío quiero que sea tuyo; todo lo pongo en tus manos bondadosas: mi alma, salvación eterna, libertad, progreso interior, miserias; mi cuerpo, vida y salud; todo lo poquito bueno que yo haga o por mi ofrecieren otros en vida o después de muerto, por si algo puede servirte; mi familia, haberes, negocios, ocupaciones, etc., para que, si bien deseo hacer en cada una de estas cosas cuanto en mi mano estuviere, sin embargo, seas Tú el Rey que haga y deshaga a su gusto, pues yo estaré muy conforme, aunque me cueste, con lo que disponga siempre ese Corazón amante que busca en todo mi bien.

Quiero en cambio, Corazón amabilísimo, que la vida que me reste no sea una vida baldía; quiero hacer algo, más bien quisiera hacer mucho, porque reines en el mundo; quiero con oración larga o jaculatorias breves, con las acciones del día, con mis penas aceptadas, con mis vencimientos chicos, y en fin, con la propaganda, no estar, a ser posible, un momento sin hacer algo por Ti. Haz que todo lleve el sello de tu reinado divino y de tu reparación hasta mi postrer aliento, que ¡ojalá! Sea el broche de oro, el acto de caridad que cierre toda una vida de apóstol fevorosísimo. Amén.

  Hay concedida indulgencia parcial a todos los fieles que devotamente reciten esta CONSAGRACIÓN PERSONAL al Sagrado Corazón de Jesús.

Honra y defiende la Honra de nuestro Señor.

Letanías al Sagrado Corazón de Jesús (de San Juan Eudes).

Corazón divino de Jesús, ten piedad de nosotros.
Corazón amante y manso, ten piedad de nosotros.
Corazón humilde y misericordioso, ten piedad de nosotros.
Corazón del eterno Padre, ten piedad de nosotros.
Corazón fiel a la divina voluntad, ten piedad de nosotros.
Corazón de Jesús, Corazón de la Virgen Madre, ten piedad de nosotros.
Corazón herido por la lanza, ten piedad de nosotros.
Corazón sacerdotal, ten piedad de nosotros.
Fortaleza de los débiles, ten piedad de nosotros.
Refugio de los pecadores, ten piedad de nosotros.
Corazón encendido en amor por el hombre, ten piedad de nosotros.
Alegría y esperanza de nuestro corazón, ten piedad de nosotros.
Corazón amado de nuestro corazón, ten piedad de nosotros.
Vida y norma de nuestro corazón, ten piedad de nosotros.
De todo pecado, líbranos, Señor.
De la soberbia de la vida, líbranos, Señor.
De la ceguera del corazón, líbranos, Señor.
De la resistencia a la Gracia, líbranos, Señor.
Por tu Amor infinito al Padre celestial, líbranos, Señor.
Por tu Amor a María Virgen y Madre, líbranos, Señor.
Por tu Amor a todos los hombres, líbranos, Señor.
Por tus gozos eternos, líbranos, Señor.

Oremos:

¡Oh Dios, que por obra de tu amor nos hiciste miembros de tu único Hijo y nos diste tener con Él un mismo Corazón!; concédenos cumplir con amor tu voluntad, para que, deseando lo que te agrada, podamos ver cumplidos nuestros justos deseos. Por Jesucristo Nuestro Señor. Amén.

Oración de consagración inspirada a Santa Margarita María de Alacoque

Dulce Jesús mío, uno mi alma a la tuya, mi corazón y mi espíritu, mi vida, mis intenciones a las tuyas; y así unido(a) contigo, me presento a tu Padre.

Recíbeme, Padre Eterno, por los méritos de tu divino Hijo, que te ofrezco en unión del Sacerdote y de toda la Iglesia. No me mires ya sino escondido(a) en tus llagas, cubierto(a) con tu sangre y enriquecido(a) con sus méritos. Así me presento ante Ti, a fin de que no me alejes lejos de tu rostro, sino que me recibas en los brazos de tu paternal bondad y me concedas la gracia de la salvación.

Dios mío, te doy gracias por todos tus beneficios, por tu muerte y pasión y por la institución de tus sacramentos, especialmente por la Eucaristía.

Sagrado Corazón de Jesús

Inmaculado Corazón de María

Sagrados Corazones

RAMO DE NARDOS AL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS

FLORECILLAS A NUESTRA MADRE SANTA

inicio