Contenido de esta página:
1. Indulgencias
2. Indulgencia para la solemnidad de Todos los santos (Noviembre) y para difuntos
3. Explicación. ¿Qué es una indulgencia? Tipos
4. Indulgencia en el Catecismo
5. La comunión de los Santos
6. Testimonio
7. Relatos bíblicos
8. Testimonio de santa Faustina en su Diario

En otra página:
9. CRISTO NADA QUIERE PERDONAR SIN LA IGLESIA



Procedencia del texto: https://es.catholic.net/op/articulos/20586/cat/24/las-indulgencias.html#modal
Texto original: http://www.ideasrapidas.org/indulgencias.htm
Texto subsidiario:
http://www.vatican.va/roman_curia/tribunals/apost_penit/documents/rc_trib_appen_pro_20000129_indulgence_sp.html
Texto adaptado para ser visualizado en esta web.

Las indulgencias


Una gran ayuda para mantener siempre la amistad con Dios


Por: Ignacio Juez | Fuente: www.ideasrapidas.org 


LAS INDULGENCIAS

• A. Las indulgencias en general
• B. Indulgencias plenarias.
• C. Indulgencias parciales

A. Las indulgencias en general

1. ¿Dónde situamos las indulgencias? Las indulgencias están relacionadas con la confesión, los pecados, la redención y la comunión de los santos.

2. ¿En qué estado queda un hombre al pecar? Una persona que comete un pecado adquiere obviamente la condición de pecador, se aleja del Señor y queda más inclinado al mal. Además, la justicia reclama una reparación, llamada también pena, expiación o penitencia.


3. ¿Cómo cambia la situación al confesarse? La confesión borra la culpa del pecado, -la condición actual de pecador-, y también perdona parte de la penitencia que debía realizarse, aunque queda en el alma una señal o cualidad de que ha sido pecador y debe repararlo. Esto que falta por expiar se purifica mediante los sufrimientos y buenas obras de esta vida, con las penas del purgatorio, y mediante las indulgencias.

4. ¿Qué son las indulgencias? Digamos dos definiciones:

  • Brevemente: indulgencia es la supresión de la pena debida por los pecados que la Iglesia otorga a quien realice determinadas acciones.
  • La indulgencia es la remisión ante Dios de la pena temporal por los pecados, ya perdonados en cuanto a la culpa, que un fiel dispuesto y cumpliendo determinadas condiciones consigue por mediación de la Iglesia, la cual, como administradora de la redención, distribuye y aplica con autoridad el tesoro de las satisfacciones de Cristo y de los santos. (cfr. Mt 16, 19).

    5. ¿Las indulgencias pueden aplicarse a los difuntos? Las indulgencias siempre son aplicables o a sí mismos o a las almas de los difuntos, pero no son aplicables a otras personas vivas en la tierra. Algunas indulgencias sólo pueden aplicarse a los difuntos; por ejemplo, rezando por ellos en un cementerio se consigue una indulgencia parcial, que será plenaria si se hace los días 1 al 8 de noviembre (una cada día).

    6. Tipos de indulgencias: Las indulgencias se agrupan en dos clases:

  • Indulgencias plenarias: borran todo resto de pecado dejando el alma dispuesta para entrar inmediatamente en el cielo.

  • Indulgencias parciales: borran parte de la pena que los pecados cometidos reclaman.

    B. Indulgencias plenarias

    1. Condiciones para conseguir una indulgencia plenaria: Esta indulgencia tiene un valor muy grande y requiere varias condiciones:

  • Los mismos requisitos que en las indulgencias parciales:
        . realizar la acción que la Iglesia premia con esta indulgencia.
        . estar en gracia de Dios antes de acabar la obra premiada.
        . tener intención al menos general de ganar la indulgencia.
  • Sólo se puede ganar una indulgencia plenaria cada día.
  • Tener la disposición interior de un desapego total del pecado, incluso venial.
  • Confesarse, al menos veinte días antes o después de realizar la acción premiada (sin olvidar que hay que estar en gracia de Dios antes de acabar la acción). Una misma confesión puede servir para ganar varias indulgencias plenarias.
  • Comulgar, en ese mismo periodo de tiempo.
  • Rezar por las intenciones del Papa un Padrenuestro y un Avemaría, u otras oraciones. Debe hacerse también en esos días.

    2. ¿Qué acciones están premiadas con indulgencia plenaria?
    - Cualquier día se puede obtener una indulgencia plenaria en estos casos:
  • Adoración a la Eucaristía durante media hora.
  • Realización del Vía Crucis recorriendo las catorce estaciones erigidas meditando la Pasión del Señor.
  • Rezo del santo rosario (5 misterios seguidos) en una iglesia, o en familia, o acompañado de otros.
  • Lectura o audición de la Sagrada escritura durante media hora.

    3. Indulgencias plenarias en circunstancias especiales.
    - En determinadas ocasiones pueden ganarse indulgencias plenarias. Por ejemplo:
  • En el momento de la muerte a quien hubiere rezado algo durante su vida (es muy consolador). En este caso no se precisa la confesión, ni la comunión, ni la oración por el Papa; pero es necesario estar bien dispuesto: en gracia de Dios, rechazando cualquier pecado, y habiendo deseado alguna vez ganar esta indulgencia.
  • Rezar un padrenuestro y un credo en un santuario o basílica (se concede una vez al año por santuario; santuario es una iglesia con muchos peregrinos, aprobada como santuario por el Obispo correspondiente).
  • Recibir la bendición papal Urbi et Orbi (o escucharla por radio o televisión, en directo).
  • Realizar ejercicios espirituales de al menos tres días completos.
  • Asistir a una primera Comunión.

    4. Indulgencias plenarias en fechas especiales.
    - Hay varios días al año donde se pueden conseguir indulgencias plenarias, con algunas condiciones. Por ejemplo:
  • 31 de diciembre: recitando solemnemente un "Te Deum" en una iglesia, dando gracias a Dios por los beneficios recibidos el último año.
  • 1 de enero: recitando solemnemente el "Veni Creator" en una iglesia.
  • Los viernes de Cuaresma: después de comulgar, rezando ante un crucifijo la oración "Miradme o mi amado y buen Jesús".
  • En los oficios de Semana Santa:
        . jueves santo: recitando el "Tantum ergo" durante la exposición que sigue a la Misa.
        . viernes santo: asistiendo a los oficios.
        . sábado santo: renovando las promesas bautismales en la Vigilia Pascual.
  • Pentecostés: recitando solemnemente el "Veni Creator" en una iglesia.
  • Corpus Christi: participando en la procesión eucarística (dentro o fuera de la iglesia).
  • 2 Agosto: rezando un padrenuestro y un credo en la catedral o parroquia.

    5. Indulgencias plenarias particulares.
    - Muchas instituciones gozan de indulgencias en determinados días del año, coincidiendo normalmente con fechas o santos propios.
    Hay un caso especialmente interesante, pues quienes llevan el escapulario del Carmen se unen a la familia carmelita y pueden ganar indulgencia plenaria el día en que le imponen el escapulario y los siguientes días:
  • 16 de mayo (San Simón Stock).
  • 16 de julio (Virgen del Carmen).
        20 de julio (San Elías Profeta).
  • 1 de octubre (Santa Teresa de Lisieux).
        15 de octubre (Santa Teresa de Jesús).
  • 14 de noviembre (Todos los Santos Carmelitas).
  • 14 de diciembre (San Juan de la Cruz).

    C. Indulgencias parciales

    1. Condiciones para conseguir una indulgencia parcial:
    Cada día pueden ganarse muchas indulgencias parciales, con cumplir sólo tres condiciones:
        estar en gracia de Dios,
        realizar las obras que la Iglesia premia con esa indulgencia,
        y tener intención al menos general de ganar la indulgencia.

    2. ¿Qué premios aportan las indulgencias parciales?
    Las indulgencias parciales proporcionan una remisión de la pena del mismo valor que el otorgado por esa misma acción.
    Dicho de otro modo: en las indulgencias parciales, la Iglesia duplica el mérito de esas acciones.

    3. Oraciones premiadas con indulgencia parcial.
    Digamos unas cuantas (todas ellas deben rezarse piadosamente, como es lógico):
  • El Angelus, el Magnificat, la Salve, el Acordaos, las Letanías u otras oraciones marianas aprobadas. Lo mismo a san José o al propio ángel custodio. También con el Credo.
  • rezar con devoción filial por el Papa una oración aprobada.
  • rezar agradecido la oración por los benefactores.
  • rezar antes y después de comer una oración aprobada de súplica y de acción de gracias. Lo mismo al empezar y acabar el día o el trabajo.
  • visitar al Santísimo adorándolo; rezar una comunión espiritual; recitar una de las oraciones aprobadas de acción de gracias tras la Comunión (ej.: Alma de Cristo; Miradme o mi amado y buen Jesús).
  • hacer examen de conciencia con propósito de enmendarse; rezar el Yo Confieso u otro acto de contrición aprobado.
  • hacer la señal de la cruz diciendo En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.

    4. Otros ejemplos de indulgencias parciales.
    Si falta algún requisito a una indulgencia plenaria, suele alcanzarse una indulgencia parcial.
    Además de esto, hay muchas acciones premiadas por la iglesia con indulgencia parcial. Digamos unas cuantas:
  • decir mentalmente una oración breve al trabajar o al soportar los sufrimientos de la vida.
  • dedicarse uno mismo o gastar bienes en servicio a los demás, por amor a Dios.
  • privarse libremente de algo grato y correcto, con espíritu de penitencia.
  • dar testimonio de la propia fe; trabajar en la enseñanza o trasmisión de la doctrina cristiana.
  • usar piadosamente un objeto de piedad bendecido (crucifijo, rosario, escapulario o medalla).
  • dedicar un tiempo a la oración.
  • asistir devotamente a cualquier predicación de la palabra de Dios.
  • asistir piadosamente a una novena pública (ej.: Inmaculada).

    5. ¿Es raro que no se haya mencionado la misa?
    Según la tradición, no se incluye la participación en la misa ni los sacramentos entre las indulgencias pues ya tienen en sí mismos una gran eficacia santificadora y de purificación.

    6. ¿Dónde encontrar todas las indulgencias?
    Sobre las condiciones para ganar indulgencias hay un breve resumen en esta
    web del vaticano (en español). Las normas completas están en estos documentos, también del vaticano (un texto muy amplio en latín, con un resumen al final).

    Si quieres comunicarte con el autor de este artículo, escribe un mensaje a ijuez@ideasrapidas.org


    Procedencia del texto: https://es.catholic.net/op/articulos/20586/cat/24/las-indulgencias.html#modal
    Texto original: http://www.ideasrapidas.org/indulgencias.htm
    Texto subsidiario:
    http://www.vatican.va/roman_curia/tribunals/apost_penit/documents/rc_trib_appen_pro_20000129_indulgence_sp.html
    Texto adaptado para ser visualizado en esta web.

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    Indulgencia para la solemnidad de Todos los santos (Noviembre) y para difuntos








    Aplicable a difuntos del 1 al 8 de noviembre, o para el resto del año

    Indulgencia: A los fieles que visiten devotamente el cementerio u oren solo mentalmente por los difuntos se les concede la indulgencia, aplicable solamente a las almas del purgatorio, del 1 al 8 de noviembre plenaria cada día, parcial en los demás días del año. El día de la conmemoración de los fieles difuntos, o con el consentimiento del Ordinario del domingo precedente o el siguiente, o en la fiesta de Todos los Santos, en todas las iglesias y oratorios se pueden lucrar de indulgencia plenaria.
    Por tanto:
  • Plenaria: visita devota a cementerio u oración mental por los difuntos aplicable a las almas del purgatorio del 1 al 8 de noviembre para cada día.
    En todas las iglesias u oratorios: el día de todos los difuntos (el 2 de noviembre), o el del domingo anterior o posterior a dicha conmemoración de los fieles difuntos (en este caso con el consentimiento del Ordinario), o el día de Todos los santos (el día 1).
  • Parcial: el resto de los días del año.


    Para el año del 2020 debido a la pandemia por el Covid, se extendió a todo el mes de Noviembre. Para el 2021 en aquellos lugares donde existan restricciones por la pandemia, se renuevan las facilidades para obtener las indulgencias plenarias establecidas en el 2020.

    Jueves 28.10.2021
    Decreto de la Penitenciaria Apostólica sobre las indulgencias plenarias para los fieles difuntos
    LA PENITENCIARIA APOSTÓLICA, habiendo escuchado las diversas súplicas recibidas recientemente de varios Sagrados Pastores de la Iglesia, debido al estado de la pandemia continua, confirma y extiende para todo el mes de noviembre de 2021 todos los beneficios espirituales ya concedidos el 22 de octubre de 2020, mediante el Decreto Prot. N. 791/20/I con el que, debido a la pandemia de "covid-19", se prorrogaban las Indulgencias Plenarias para los fieles difuntos para todo el mes de noviembre de 2020.
  • https://press.vatican.va/content/salastampa/es/bollettino/pubblico/2021/10/28/decret.html
  • https://press.vatican.va/content/salastampa/es/bollettino/pubblico/2020/10/23/difun.html
    Del Decreto del 2020 aplicable al 2021: Las indulgencias para los difuntos han sido extendidas por todo el mes de noviembre, informa la Penitenciaría Apostólica del Vaticano en un Decreto difundido el 23 de octubre de 2020.
    ... “se conmutaran las obras piadosas para obtener las indulgencias plenarias aplicables a las almas del purgatorio este año, para evitar las aglomeraciones donde están prohibidas” que “la indulgencia plenaria para los que visiten un cementerio y recen por los difuntos, aunque solo sea mentalmente, establecida por regla general solo en días concretos del 1 al 8 de noviembre, podrá ser trasladada a otros días del mismo mes hasta que acabe”.
    Estos días, elegidos de libremente por los fieles, “también pueden ser independientes entre sí”.
    En segundo lugar, el texto establece que la indulgencia plenaria del 2 de noviembre, “establecida con ocasión de la conmemoración de Todos los Fieles Difuntos para los que visiten piadosamente una iglesia u oratorio y reciten allí el 'Padre Nuestro' y el 'Credo', puede ser transferida no solo al domingo anterior o posterior o al día de la solemnidad de Todos los Santos, sino también a otro día del mes de noviembre”, también libremente escogido por cada persona.

    Ancianos y enfermos

    Por otro lado, los ancianos, los enfermos y todos aquellos que por motivos graves no puedan salir de casa, por ejemplo a causa de las restricciones impuestas por la autoridad competente para el tiempo de la pandemia y para evitar que numerosos fieles se aglomeren en los lugares sagrados, “podrán obtener la indulgencia plenaria siempre que se unan espiritualmente a todos los demás fieles, completamente desapegados del pecado y con la intención de cumplir cuanto antes las tres condiciones habituales (confesión sacramental, comunión eucarística y oración según las intenciones del Santo Padre), ante una imagen de Jesús o de la Santísima Virgen María, recen oraciones piadosas por los difuntos, por ejemplo, laudes y vísperas del Oficio de Difuntos, el rosario mariano, la corona de la Divina Misericordia, otras oraciones por los difuntos más apreciadas por los fieles, o se dediquen a la lectura meditada de alguno de los pasajes del Evangelio propuestos por la liturgia de los difuntos, o realicen una obra de misericordia ofreciendo a Dios los dolores y las dificultades de su propia vida”.
  • Para conocer más sobre cómo conseguir indulgencias
    http://www.liturgiacatolica.org/catequesis/indulgencias1.html (Enlace externo)

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    Catecismo de la Iglesia Católica

    X        LAS INDULGENCIAS



    1471 La doctrina y la práctica de las indulgencias en la Iglesia están estrechamente ligadas a los efectos del sacramento de la Penitencia (Pablo VI, const. ap. "Indulgentiarum doctrina", normas 1-3).

    Qué son las indulgencias

    "La indulgencia es la remisión ante Dios de la pena temporal por los pecados, ya perdonados, en cuanto a la culpa, que un fiel dispuesto y cumpliendo determinadas condiciones consigue por mediación de la Iglesia, la cual, como administradora de la redención, distribuye y aplica con autoridad el tesoro de las satisfacciones de Cristo y de los santos".
    "La indulgencia es parcial o plenaria según libere de la pena temporal debida por los pecados en parte o totalmente"
    "Todo fiel puede lucrar para sí mismo o aplicar por los difuntos, a manera de sufragio, las indulgencias tanto parciales como plenarias" (CIC, can. 992-994)

    Las penas del pecado

    1472 Para entender esta doctrina y esta práctica de la Iglesia es preciso recordar que el pecado tiene una doble consecuencia. El pecado grave nos priva de la comunión con Dios y por ello nos hace incapaces de la vida eterna, cuya privación se llama la "pena eterna" del pecado. Por otra parte, todo pecado, incluso venial, entraña apego desordenado a las criaturas que tienen necesidad de purificación, sea aquí abajo, sea después de la muerte, en el estado que se llama Purgatorio. Esta purificación libera de lo que se llama la "pena temporal" del pecado. Estas dos penas no deben ser concebidas como una especie de venganza, infligida por Dios desde el exterior, sino como algo que brota de la naturaleza misma del pecado. Una conversión que procede de una ferviente caridad puede llegar a la total purificación del pecador, de modo que no subsistiría ninguna pena (Cc. de Trento: DS 1712-13; 1820).


    1473 El perdón del pecado y la restauración de la comunión con Dios entrañan la remisión de las penas eternas del pecado. Pero las penas temporales del pecado permanecen. El cristiano debe esforzarse, soportando pacientemente los sufrimientos y las pruebas de toda clase y, llegado el día, enfrentándose serenamente con la muerte, por aceptar como una gracia estas penas temporales del pecado; debe aplicarse, tanto mediante las obras de misericordia y de caridad, como mediante la oración y las distintas prácticas de penitencia, a despojarse completamente del "hombre viejo" y a revestirse del "hombre nuevo" (cf. Ef 4,24).

    En la comunión de los santos

    1474 El cristiano que quiere purificarse de su pecado y santificarse con ayuda de la gracia de Dios no se encuentra sólo. "La vida de cada uno de los hijos de Dios está ligada de una manera admirable, en Cristo y por Cristo, con la vida de todos los otros hermanos cristianos, en la unidad sobrenatural del Cuerpo místico de Cristo, como en una persona mística" (Pablo VI, Const. Ap. "Indulgentiarum doctrina", 5).

    1475 En la comunión de los santos, por consiguiente, "existe entre los fieles -tanto entre quienes ya son bienaventurados como entre los que expían en el purgatorio o los que que peregrinan todavía en la tierra- un constante vínculo de amor y un abundante intercambio de todos los bienes" (Pablo VI, ibid). En este intercambio admirable, la santidad de uno aprovecha a los otros, más allá del daño que el pecado de uno pudo causar a los demás. Así, el recurso a la comunión de los santos permite al pecador contrito estar antes y más eficazmente purificado de las penas del pecado.
    1476 Estos bienes espirituales de la comunión de los santos, los llamamos también el tesoro de la Iglesia, "que no es suma de bienes, como lo son las riquezas materiales acumuladas en el transcurso de los siglos, sino que es el valor infinito e inagotable que tienen ante Dios las expiaciones y los méritos de Cristo nuestro Señor, ofrecidos para que la humanidad quedara libre del pecado y llegase a la comunión con el Padre. Sólo en Cristo, Redentor nuestro, se encuentran en abundancia las satisfacciones y los méritos de su redención (cf Hb 7,23-25; 9, 11-28)" (Pablo VI, Const. Ap. "Indulgentiarum doctrina", ibid).
    1477 "Pertenecen igualmente a este tesoro el precio verdaderamente inmenso, inconmensurable y siempre nuevo que tienen ante Dios las oraciones y las buenas obras de la Bienaventurada Virgen María y de todos los santos que se santificaron por la gracia de Cristo, siguiendo sus pasos, y realizaron una obra agradable al Padre, de manera que, trabajando en su propia salvación, cooperaron igualmente a la salvación de sus hermanos en la unidad del Cuerpo místico" (Pablo VI, ibid).

    Obtener la indulgencia de Dios por medio de la Iglesia

    1478 Las indulgencias se obtienen por la Iglesia que, en virtud del poder de atar y desatar que le fue concedido por Cristo Jesús, interviene en favor de un cristiano y le abre el tesoro de los méritos de Cristo y de los santos para obtener del Padre de la misericordia la remisión de las penas temporales debidas por sus pecados. Por eso la Iglesia no quiere solamente acudir en ayuda de este cristiano, sino también impulsarlo a hacer a obras de piedad, de penitencia y de caridad (cf Pablo VI, ibid. 8; Cc. de Trento: DS 1835).

    1479 Puesto que los fieles difuntos en vía de purificación son también miembros de la misma comunión de los santos, podemos ayudarles, entre otras formas, obteniendo para ellos indulgencias, de manera que se vean libres de las penas temporales debidas por sus pecados.

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    Explicación. ¿Qué es una indulgencia? Tipos

    «Yo os aseguro: si no cambiáis y os hacéis como los niños,
no entraréis en el Reino de los Cielos.  Así pues, quien se haga pequeño como este niño, ése es el mayor en el Reino de los Cielos. Mt 18, 3-4

    Fidelidad: cumplir los mandamientos de Dios y honrarle. Amar a Dios sobre todas las cosas y al prójimo como nos enseña Jesús. Atentos a su Palabra. Conocerla, contemplarla, aplicarla a nuestra vida. Vivificarla.
    Cruz. Tomar nuestra cruz y seguirle, portando la cruz como lo haría el Señor.
    Compartir. Jesús nos lo da todo, incluso nos hace hijos de Dios, comparte su filiación divina. Evitar el egoísmo, la codicia y avaricia. Generosidad. Caridad.
    Acudir a los Sacramentos. Sobre todo a la santa Misa. Confesión y Comunión.
    Rezar: "Velad y orad para no entrar en tentación". Devociones como el santo Rosario, mejor ante el Sagrario en contemplación, consagrarse al Sagrado Corazón de Jesús y al Inmaculado Corazón de María. Ganar indulgencias.
    Hacer lo que Él os diga. Atentos a la voluntad de Dios. A su Palabra y a los signos. El Espíritu Santo es el guía: el Camino, la Verdad y la Vida, porque si no confesamos a Cristo, si rechazamos las inspiraciones del Espíritu Santo, si rechazamos la cruz, la cosa no va. No somos Cuerpo de Cristo, que es el que redime, salva y resucita y nos hace hijos de Dios.
    Defiende la fe de tus mayores para bien, bendición y protección de tus hijos. Fe pura, sencilla y humilde. Unidad. Que seamos Uno para que el mundo crea. En la oración, la cruz y la caridad. La Palabra vivificada.
    Indulgencia es la remisión ante Dios de la pena temporal debida por los pecados que ya han sido perdonados en cuanto a la culpa.
    La indulgencia es parcial o plenaria, según que libra parcial o totalmente de la pena temporal debida a los pecados.
    Pueden siempre aplicarse a los difuntos a manera de sufragio.
    Las condiciones para alcanzar algunas indulgencias son:
  • Visita piadosa a Iglesia o templo que sea objeto de la indulgencia, con el rezo del Padrenuestro y el Credo. Es el caso de indulgencias por peregrinar, por ejemplo.
  • Confesión sacramental.
  • Comunión eucarística.
  • Oración por las intenciones del Sumo Pontífice (Padrenuestro y Avemaría, u otra oración piadosa).

    Yo lo veo de esta manera. Imagínate que rompes un vaso adrede. Te arrepientes. Eres perdonado. Pero queda la reparación por el vaso roto, la pena a redimir por ese vaso que ya no está, por el destrozo ocasionado, por las molestias y disgustos causados. La indulgencia sería librarte de esa pena. Ahora bien, si está en tu mano la reparación moral y física del daño causado es tu deber la reparación.
    Trasládala a algo tan grave como un pecado mortal, que de por sí te llevaría a la muerte a no ser por la misericordia de Dios y la redención y salvación de Jesucristo.
    Te arrepientes. Eres perdonado. Pero, hay una pena por el mal que infringiste, hay que reparar, bien en esta vida o en el purgatorio. La indulgencia te permite redimir esa pena. Otros pueden también redimir por ti, ya sea porque formamos parte del mismo Cuerpo de Cristo, o aplicando indulgencias ganadas en ti (solo en el caso de que estés en el purgatorio).
    Testimonio: Pues bien, en mi ciudad había un Jubileo, con indulgencia plenaria que podía ser aplicada a difuntos. Y uno de los días sufrí una injusticia, y encima tipo pecado social (varios actores implicados). Se había ido fraguando tiempo antes y continuó tiempo después.
    Quedé algo maltrecho, y al ver en una esquela un nombre igual al de un tío mío difunto, decidí que ese día la indulgencia la aplicaría por mi familiar.
    Cruz más ganar esa indulgencia. Además me sentía en deuda con él, pues años atrás me mostré rencoroso y maleducado.
    Al día siguiente, estaba paseando. Subí unas escaleras, y al final de ellas había un banco con un anciano sentado. Me pareció ver a mi tío. Llegue a su altura y le miré. En nada se parecía.
    Visto lo visto, los días sucesivos hice otro tanto con familiares difuntos, cada día me acordaba de uno, y visitaba el templo para ganar la indulgencia por ese familiar.
    Y me pasó algo parecido con mi abuelo.
    Así que, si tenía dudas sobre esto de las indulgencias, se han ido disipando.
    En tus manos está. Convierte el mal que te hagan en un bien, como hizo Jesús. Ponlo a los pies de la Cruz de Jesús.
    Al mal solo se le vence haciendo el bien. Y grandes son las gracias que el Señor concede a quien así obra. Además te vas asemejando más al Salvador.
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    DISPOSICIONES PARA OBTENER LA INDULGENCIA JUBILAR
    (Ejemplo del jubileo del año 2.000)

    Al levantar la Hostia vi a Cristo crucificado exhalando su aliento sobre ella
    I.-JUBILEO
    Juan Pablo II (nuestro querido ahora santo Papa Juan Pablo II) ha querido que este Jubileo ponga de relieve la presencia, durante dos milenios, de la obra salvadora de Dios, realizada en CRISTO. Y que ayude a la Iglesia y a cada cristiano a vivir el don de “un año de gracia”, con un corazón purificado, para poder proclamar de forma clara el anuncio de Cristo y su Evangelio.

      El tiempo jubilar impulsa al hombre a la conversión y a la penitencia, para recuperar la amistad de Dios y su gracia. Y pone de relieve la redención realizada por Cristo, mediante la muerte y su resurrección.

    • La peregrinación evoca el camino del creyente que sigue las huellas de Cristo, con la preparación a la conversión de corazón por el ayuno, la limosna y la oración.

    • La indulgencia es uno de los elementos constitutivos del JUBILEO. Con ella se perdona al pecador arrepentido la pena temporal por los pecados ya perdonados en cuanto a la culpa. Los fieles, al ganar las indulgencias, advierten que no pueden expiar con solo sus fuerzas el mal que, al pecar, se han infligido a sí mismos y a toda la comunidad.

    • La comunión de los santos nos dice lo mucho que podemos ayudar a los demás, “vivos o difuntos”, para estar más unidos al Padre Celestial.

    • Un signo necesario de la misericordia de Dios y de la conversión es el signo de la caridad. Se ha de crear una nueva cultura de la cooperación entre las personas y entre los pueblos.


    II.-DISPOSICIONES PARA OBTENER LA INDULGENCIA JUBILAR

    1. Peregrinar a la iglesia Catedral y rezar allí el “Padre nuestro”, Credo y Avemaría.

    2. Recibir los sacramentos de confesión (dentro de los 15 días que anteceden o siguen a la peregrinación), comunión, y orar por las intenciones del Romano Pontífice. La indulgencia plenaria puede obtenerse una vez al día; para ello es necesario comulgar. Es aplicable a los difuntos.

    La indulgencia plenaria puede obtenerse igualmente:

    • Visitando a un necesitado: enfermo, pobre, gente sola, etc.

    • Con acciones de desprendimiento personal o colaborando en proyectos de solidaridad: Misiones, Cáritas, Manos Unidad, etc.

    • Con actos penitenciales: privarse de algo, dando una suma de dinero proporcionada a los pobres.

    • En todos los casos, cumpliendo las condiciones de sacramentos y oraciones arriba indicadas.

    Nota: Los enfermos o impedidos ganan las indulgencias, visitando la capilla de su residencia. Si esto no es posible, se unirán espiritualmente a los que cumplen las obras prescritas, ofreciendo a Dios sus oraciones y sufrimientos. En todo caso el confesor puede conmutar las obras y condiciones requeridas.


    Este texto de la indulgencia jubilar procede de panfleto explicativo



    JUBILEO DE LA MISERICORDIA
    Misericordiosos como el Padre

    "He decidido convocar un Jubileo extraordinario que tenga en el centro la misericordia de Dios. Será un Año santo de la misericordia. Lo queremos vivir a la luz de la Palabra del Señor: «Sed misericordiosos como el Padre». Esto especialmente para los confesores: ¡mucha misericordia!
    Este Año santo iniciará con la próxima solemnidad de la Inmaculada Concepción y se concluirá el 20 de noviembre de 2016, domingo de Nuestro Señor Jesucristo Rey del universo y rostro vivo de la misericordia del Padre.
    Texto y logotipo procedente de http://www.iubilaeummisericordiae.va/content/gdm/es.html

    Himno "Credo Domine" del año de la Fe*. Letra y música.


    Año Jubilar Dominicano del 7 de noviembre de 2015 (Todos los santos de la Orden) al 21 de enero de 2017

    Santo Domingo recibe el rosario de la Virgen

    Imagen procedente de www.corazones.org\santos\domingo_guzman.htm
    "Nos alegra informar que su Santidad Francisco concedió la posibilidad de recibir indulgencia plenaria a todos los fieles que participen en las celebraciones jubilares que tendrán lugar a nivel internacional o dentro de cada provincia y a todos aquellos que vayan en forma de peregrinación a las iglesias o capillas de la Familia Dominicana. Las condiciones y modalidades para recibir la indulgencia se describen en el documento expedido por la penitenciaría apostólica".
    Texto procedente de:
    http://www.op.org/es/content/indulgencia-plenaria-para-el-jubileo-dominicano donde se indica las condiciones para alcanzar la indulgencia plenaria con el documento indicado.
    En España http://jubileo.dominicos.org/jubileo-orden-predicadores

    Oracion del Jubileo

    Dios, Padre de misericordia,
    que llamaste a tu servidor
    Domingo de Guzmán
    a ponerse en camino en la fe,
    como peregrino itinerante
    y predicador de la gracia,
    al prepararnos a celebrar
    el Jubileo de la Orden,
    te pedimos que infundas
    de nuevo en nosotros
    el Espíritu de Cristo Resucitado,
    para que podamos
    proclamar con fidelidad y alegría
    el Evangelio de la paz,
    por Jesucristo nuestro Señor.
    Amén.


    Año Jubilar Teresiano en España del 15/10/2014 al 15/10/2015 (en algunos arzobispados prorrogado)


    Traducción del Decreto General
    Día 24 de abril de 2014
    En el cuatrocientos aniversario de la beatificación de santa Teresa de Jesús
    PENITENCIARÍA APOSTÓLICA
    Por mandato del Santísimo Padre Francisco, manifestada de buen grado su paternal benevolencia, concede el Año Jubilar Teresiano en España con la siguiente indulgencia plenaria a los fieles verdaderamente arrepentidos, con las condiciones acostumbradas: confesión sacramental, Comunión Eucarística y oración por las intenciones del Romano Pontífice, que podrá lucrarse una vez al día y también podrán aplicar por las almas de los fieles todavía en el Purgatorio si visitan en forma de peregrinación alguna catedral, templo o santuario jubilar y allí asisten a algún rito sagrado o, al menos, oran durante un tiempo suficiente ante alguna imagen de santa Teresa solemnemente expuesta, terminando con la oración del Padrenuestro, Credo, invocación a la Virgen María y a santa Teresa de Jesús.

    Los devotos cristianos que estuvieran impedidos a causa de la ancianidad o por grave enfermedad, igualmente podrán lucrar la indulgencia plenaria si, arrepentidos de sus pecados y con propósito de realizar lo antes posible las tres acostumbradas condiciones, ante alguna pequeña imagen de santa Teresa de Jesús, se unieran espiritualmente a las celebraciones jubilares o peregrinaciones y rezan el Padrenuestro y el Credo en su casa o en el lugar donde permanezcan a causa de impedimento, ofreciendo los dolores y molestias de la propia vida.

    Todos los fieles de España, si estuvieran en cama, también podrán alcanzar indulgencia parcial, incluso varias en un mismo día, cuantas veces con corazón contrito practicaran obras de misericordia, actos penitenciales o de evangelización propuestos por el obispo diocesano, invocando a santa Teresa de Jesús, que compensó su deseo de martirio con limosnas y otras buenas obras.

    Finalmente, para poder acceder con más facilidad al divino perdón conforme a la autoridad sacramental de la Iglesia, en aras de la caridad pastoral, esta Penitenciaría ruega encarecidamente que los penitenciarios de las iglesias catedrales, los canónigos y clero, y además los Rectores de los santuarios se dispongan con ánimo generoso a la celebración penitencial y administren la Sagrada Comunión a los enfermos.
    El presente decreto tendrá validez durante todo el Año Jubilar Teresiano no obstando nada en contra.

    Maurus S.R.E.
    Card. Placenza
    Penitenciario Mayor



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    En el duermevela rezaba y rezaba y sufría una angustia atroz. Avanzaba en algo en lo que estaba muy lentamente, lo que me provocaba también angustia. Una especie de crisálida pudiera asemejarse o de saco amniótico.
Nuestra Señora del Carmen auxilio para las ánimas del purgatorio.
Detrás está la Cruz y en la vidriera la resurrección de Lázaro.

    Símbolos de la Medalla y mensaje espiritual
    En el anverso:
    María aplastando la cabeza de la serpiente que está sobre el mundo. Ella, la Inmaculada, tiene todo poder en virtud de su gracia para triunfar sobre Satanás. El color de su vestuario y las 12 estrellas sobre su cabeza: la mujer del Apocalipsis, vestida del sol. Sus manos extendidas transmitiendo rayos de gracia: su misión de madre y mediadora de las gracias, derramando sobre el mundo y a quienes pidan. Jaculatoria: dogma de la Inmaculada Concepción (impulsó la definición en 1854- Lourdes). Misión de intercesión, confiar y recurrir a la Madre. El globo a los pies: el pecado del mundo. El globo en sus manos: el mundo ofrecido a Jesús por sus manos.
    En el reverso:
    La cruz: el misterio de redención- precio que pago Cristo. obediencia, sacrificio, entrega. La M: símbolo de María y de su maternidad espiritual. La barra: es una letra del alfabeto griego, "yota" o I, que es monograma del nombre, Jesús. Agrupados ellos: La Madre de Jesucristo Crucificado, el Salvador. Las doce estrellas: signo de la Iglesia que Cristo funda sobre los apóstoles y que nace en el Calvario de su corazón traspasado. Los Dos Corazones: la corredención. Unidad indisoluble. Futura devoción a los dos y su reinado.
    Nombre:
    La Medalla se llamaba originalmente: "de la Inmaculada Concepción", pero al expandirse la devoción y haber tantos milagros concedidos a través de ella, se le llamó popularmente "La Medalla Milagrosa".
    Fuente: https://www.corazones.org/maria/medalla_milagrosa/pagina_principal.html
    No desaproveches esta oportunidad que te concede la Iglesia para librarte de la pena por los pecados perdonados. De la expiación por ellos; de librarte de la pena, la angustia, del purgatorio. Y, también muy importante, de ayudar a expiar esa pena, esa angustia a difuntos. Ellos y sus familias te lo agradecerán. El Señor te lo compensará. Desde el Cielo nos ayudarán.
    Te cuento lo que yo en ocasiones hago. Pienso en un difunto. Rezo por él y por su familia (los vivos y los difuntos). Los pongo en la presencia del Señor. Intento cumplir con lo que se establece para alcanzar la indulgencia que con el permiso del Señor, la aplico a ese difunto y a lo que el Señor disponga.
    Testimonios: apliqué (con la venia del Señor) la indulgencia por mi abuelo. Al día siguiente me regalaron una corona del rosario procedente del país americano donde había estado viviendo mi abuelo.
    En otra ocasión, y en días sucesivos por un tía, tío y prima, recordando a los que quedan en esta mundo. A los pocos días vi un joven con unos rasgos parecidos a su hijo o hermano, mi primo cuando era joven. En otro jubileo también apliqué la indulgencia por este tío y al día siguiente me pareció verle en un anciano. Al acercarme en poco se parecía.
    Una de estas noches no podía dormir, estaba alterado. Insomnio. Había sufrido la cruz por la mañana, con repercusiones futuras. Rezaba y clamaba al Señor. En el duermevela rezaba y rezaba y sufría una angustia atroz. Avanzaba en algo en lo que estaba muy lentamente, lo que me provocaba también angustia. Era una especie de crisálida, membrana y quizás con más personas.
    Por la mañana traté de reflexionar sobre qué es lo que había experimentado en el duermevela por la noche. Puede que haya podido comprender la angustia de estar en el purgatorio y del bien que hacemos rezando y ofreciéndonos por sus ánimas para que puedan llegar antes al abrazo con el Creador.
    Se puede hacer mucho bien con ello, el Señor lo recompensa. Los que están allá arriba velan por ti y te ayudan.
    Con ello te haces también bien a ti, y creces en la imitación a Cristo que se entregó por todos. El corazón se ensancha.
    Si sufres la cruz, aplícala también para alcanzar la indulgencia. Es más, el procurar conseguir la indulgencia, puede llevar aparejada la cruz. Puedes experimentar una corriente importante de oposición. Te unes más a Cristo Redentor, y ello supone vivir en Cristo. Toma tu Biblia y lee.
    1/11/2019. En la capilla del cementerio de Burgos hay un gran Cristo, debajo del cual, tras las cristaleras, ves el cementerio. La misa de Todos los Santos la presidía el arzobispo don Fidel. Habló de que hay que ser santo. Se puede. Depende de nosotros el querer serlo. Miro al Cristo en penumbra por el contraluz. Su cabeza me recuerda en ocasiones, al de la Milagrosa. Ese día hay indulgencia plenaria para difuntos. Por eso, la apariencia de la Milagrosa en la imagen de Jesús. ¡Qué gran Gracia, potestad de Dios en su Iglesia, su Cuerpo místico, de, en y por María, el de las indulgencias). En la solemnidad de la Inmaculada, el arzobispo tuvo una inspirada homilía sobre María.
    La Virgen se ha aparecido sobre un globo que representa a la Tierra, con muchos rayos que salen de la manos, representando las gracias que nos quiere dar en cuanto se las pidamos. Entonces le dio su "Medalla Milagrosa", que tiene en una lado su imagen, con la inscripción "Oh María concebida sin pecado, ruega por nosotros que recurrimos a ti"; del otro lado tiene los dos corazones de Jesús y María, la letra M, entrelazada con la cruz, y doce estrellas representando los 12 apóstoles, la Iglesia.
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    2 Reyes 5, 1 Naamán, jefe del ejército del rey de Aram, era hombre muy estimado y favorecido por su señor, porque por su medio había dado Yahveh la victoria a Aram. Este hombre era poderoso, pero tenía lepra.
    …..9 Llegó Naamán con sus caballos y su carro y se detuvo a la entrada de la casa de Eliseo.
    10 Eliseo envió un mensajero a decirle: «Vete y lávate siete veces en el Jordán y tu carne se te volverá limpia.»
    11 Se irritó Naamán y se marchaba diciendo: «Yo que había dicho:
    ¡Seguramente saldrá, se detendrá, invocará el nombre de Yahveh su Dios, frotará con su mano mi parte enferma y sanaré de la lepra!
    12 ¿Acaso el Abaná y el Farfar, ríos de Damasco, no son mejores que todas las aguas de Israel? ¿No podría bañarme en ellos para quedar limpio?» Y, dando la vuelta, partió encolerizado.
    13 Se acercaron sus servidores, le hablaron y le dijeron: «Padre mío; si el profeta te hubiera mandado una cosa difícil ¿es que no la hubieras hecho?
    ¡Cuánto más habiéndote dicho: Lávate y quedarás limpio!»
    14 Bajó, pues, y se sumergió siete veces en el Jordán, según la palabra del hombre de Dios, y su carne se tornó como la carne de un niño pequeño, y quedó limpio.


    Lucas 17, 11-21
    Y sucedió que, de camino a Jerusalén, pasaba por los confines entre Samaria y Galilea, y, al entrar en un pueblo, salieron a su encuentro diez hombres leprosos, que se pararon a distancia y, levantando la voz, dijeron: «¡Jesús, Maestro, ten compasión de nosotros!»
    Al verlos, les dijo: «Id y presentaos a los sacerdotes.» Y sucedió que, mientras iban, quedaron limpios.
    Uno de ellos, viéndose curado, se volvió glorificando a Dios en alta voz; y postrándose rostro en tierra a los pies de Jesús, le daba gracias; y éste era un samaritano.
    Tomó la palabra Jesús y dijo: «¿No quedaron limpios los diez? Los otros nueve, ¿dónde están?
    ¿No ha habido quien volviera a dar gloria a Dios sino este extranjero?»
    Y le dijo: «Levántate y vete; tu fe te ha salvado.»
    Habiéndole preguntado los fariseos cuándo llegaría el Reino de Dios, les respondió: «El Reino de Dios viene sin dejarse sentir.
    Y no dirán: “Vedlo aquí o allá”, porque el Reino de Dios ya está entre vosotros.»


    Huesos secos, escuchen la Palabra del Señor. Les haré salir de entre los sepulcros, casa de Israel

    Lectura del profeta Ezequiel 37, 1-14

    En aquellos días, la mano del Señor se posó sobre mí, y su espíritu me trasladó y me colocó en medio de un campo lleno de huesos. Me hizo dar vueltas en torno a ellos. Había una cantidad innumerable de huesos sobre la superficie del campo y estaban completamente secos.
    Entonces el Señor me preguntó:
    «Hijo de hombre, ¿podrán acaso revivir estos huesos?» Yo respondí:
    «Señor, tú lo sabes». Él me dijo:
    «Habla en mi nombre a estos huesos y diles: “Huesos secos, escuchen la Palabra del Señor. Esto dice el Señor Dios a estos huesos: He aquí que yo les infundiré el espíritu y revivirán. Les pondré nervios, haré que les brote carne, la cubriré de piel, les infundiré el espíritu y revivirán. Entonces reconocerán que yo soy el Señor”».
    Yo pronuncié en el nombre del Señor las palabras que él me había ordenado, y mientras hablaba, se oyó un gran estrépito, se produjo un terremoto y los huesos se juntaron unos con otros. Y vi como les iban saliendo nervios y carne y cómo se cubrían de piel; pero no tenían espíritu. Entonces me dijo el Señor:
    «Hijo de hombre, habla en mi nombre al espíritu y dile: Esto dice el Señor: Ven, espíritu, desde los cuatro vientos y sopla sobre estos muertos, para que vuelvan a la vida”».
    Yo hablé en nombre del Señor, como él me había ordenado vino sobre ellos el espíritu, revivieron y se pusieron de pie. Era una multitud innumerable. El Señor me dijo:
    «Hijo de hombre: Estos huesos son toda la casa de Israel, que ha dicho: “Nuestros huesos están secos; pereció nuestra esperanza y estamos destrozados“. Por eso, habla en mi nombre y diles: “Esto dice el Señor: Pueblo mío, yo mismo abriré sus sepulcros, los haré salir de ellos y los conduciré de nuevo a la tierra de Israel. Cuando abra sus sepulcros y los saque de ellos, pueblo mío, ustedes dirán que yo soy el Señor. Entonces les infundiré mi espíritu, los estableceré en su tierra y sabrán que yo, el Señor, lo dije y lo cumplí”».

    Palabra de Dios
    R. Te alabamos, Señor


    Del diario de santa Faustina, apóstol de la Divina Misericordia
    Festividad de Cristo Rey (25-X-1936)
    745 Durante la Santa Misa me envolvio un ardor interior de amor a Dios y el deseo por la salvación de las almas tan grande que no sé expresarlo. Siento que soy toda un fuego; lucharé contra todo el mal con el arma de la misericordia. Ardo del deseo de salvar a las almas; recorro el mundo entero a lo largo y a lo ancho y penetro (165) hasta sus confines, hasta los lugares más salvajes para salvar a las almas. Lo hago a través de la oración y el sacrificio. Deseo que cada alma glorifique la misericordia de Dios, porque cada uno experimenta en sí mismo los efectos de esta misericordia. Los santos en el cielo adoran la misericordia del Señor, yo deseo adorarla ya aquí en la tierra y propagar su culto tal como Dios lo quiere de mí.

    746 Comprendí que en algunos, los más duros momentos, estaré sola, abandonada de todos y tengo que hacer frente a todas las tempestades y luchar con toda la fuerza del alma incluso contra aquellos de los cuales esperaba ayuda.

    Pero no estoy sola, porque Jesús está conmigo, con Él no tengo miedo de nada. Bien me doy cuenta de todo y sé que es lo que Dios exige de mí. El sufrimiento, el desprecio, el escarnio, la persecución, la humillación todo esto lo compartiré siempre, no conozco otro camino, por un amor sincero, la ingratitud. Este es mi sendero trazado por Jesús.

    (166) Oh Jesús mío, mi fuerza y mi única esperanza, solamente en Ti toda mi esperanza. Mi confianza no se verá defraudada.
    747 El día de renovación de los votos [249]. La presencia de Dios penetra mi alma de modo no solamente espiritual, sino que la siento aun físicamente.

    748 2 de noviembre [1936]. Por la tarde, después de las vísperas fui al cementerio [250]. Después de rezar un momento, vi a una de nuestras hermanas que me dijo: Estamos en la capilla. Comprendí que debía ir a la capilla y rezar allí para adquirir indulgencias. Al día siguiente, durante la Santa Misa vi tres palomas blancas que se alzaron del altar hacia el cielo. Comprendí que no solamente estas tres almas queridas que habían visto fueron al cielo, sino también muchas otras que habían muerto fuera de nuestro instituto. Oh, qué bueno y misericordiosos es el Señor.

    ............... 1226 Octavo día (Se refiere a la novena a la Divina Misericordia)

    Hoy tráeme a las almas que están en la cárcel del purgatorio y sumérgelas en el abismo de Mi misericordia. Que los torrentes de Mi sangre refresquen el ardor del purgatorio. Todas estas almas son muy amadas por Mí. Ellas cumplen con el justo castigo que se debe a Mi justicia. Está en tu poder llevarles alivio. Haz uso de todas las indulgencias del tesoro (64) de Mi Iglesia y ofrécelas en su nombre…. Oh, si conocieras los tormentos que ellas sufren ofrecerías continuamente por ellas las limosnas del espíritu y saldarías las deudas que tienen con Mi justicia.


    .......
    1720 (88) Una noche vino a verme el alma de cierta jovencita y me hizo sentir su presencia dándome a conocer que necesitaba mi oración. Recé un momento, pero su espíritu no se alejó de mí. Entonces dije dentro de mí: si eres un espíritu bueno, déjame en paz y las indulgencias de mañana serán para ti. En aquel momento, ese espíritu abandonó mi habitación; conocí que estaba en el purgatorio.

    1721 Hoy, más que nunca sentí la Pasión del Señor en mi cuerpo. Sentí que fue por un pecador agonizante.

    REZA EL SANTO ROSARIO*