![]() Cristo de la Salud. Imagen procedente de http://www.archiburgos.es/2016/03/18/la-semana-santa-burgalesa-recupera-la-procesion-del-silencio/ ![]() Detalle del tímpano de la Puerta de santa Catalina, s XIV (Claustro de la Catedral de Burgos) Foto que fue del cartel de la Semana Santa de Burgos 2016 procedente de https://twitter.com/semana_santa_bu Obsérvense con detenimiento los elementos del cartel, los personajes, sus actitudes y posturas. Hay muchos signos. Las palabras claves al menos para lo que yo he vivido en esta Semana Santa quizás fueran: profecía, oración, cruz, procesión, incensación, Espíritu Santo y fuego, agua y sangre, confirmación, humillación, perdón, confirmación, peregrinación, confirmación, procesión, defensa de la vida, confirmación, unción pascual. Profecía. Las palabras de un sacerdote en la homilía del Lunes santo fueron también proféticas. Creo recordar que dijo que el Señor solo quería ser acompañado, saludado, quería perdonar. |
El Martirologio romano nos dice de ella: Deseosa de conocer a Dios en sí misma y a sí misma en Dios, se esforzó en asemejarse a Cristo crucificado.(...) En el Dialogo podemos leer: “Ninguna virtud puede tener vida en sí sino por la caridad y la humildad. No puede haber caridad si no hay humildad. Del conocimiento de ti misma nace tu humildad, cuando descubres que no te debes la existencia a ti misma, sino que tu ser proviene de mí, que os he querido antes que existieseis. Además, os creé de nuevo con amor inefable cuando os saqué del pecado a la vida de la gracia, cuando os lavé y os engendré en la sangre de mi unigénito Hijo, derramada con tanto fuego de amor” (Del misal diario de san Pablo Abril 2016 día 29.) Doctora de la Iglesia: Los Diálogo 75. "También recibe el alma de otra manera este bautismo, hablando de un modo figurado, por especial providencia de mi divina caridad. Yo conocía la debilidad y fragilidad del hombre, que le lleva a ofenderme. No que se vea forzado por ella ni por ninguna otra cosa a cometer la culpa, si él no quiere, sino que, como frágil, cae en culpa de pecado mortal, por la que pierde la gracia que recibió en el santo bautismo en virtud de la Sangre. Por esto fue necesario que la divina Caridad proveyese a dejarles un bautismo continuo de la Sangre. Este bautismo se recibe con la contrición del corazón y con la santa confesión, hecha, cuando tienen posibilidad de ello, a los pies de mis ministros, que tienen la llave de la Sangre. Esta Sangre es la que la absolución del sacerdote hace deslizar por el semblante del alma. Si la confesión es imposible, basta la contrición del corazón. Entonces es la mano de mi clemencia la que os da el fruto de esta preciosa sangre. Mas, pudiendo confesaros, quiero que lo hagáis. Quien pudiendo no la recibe, se ha privado del precio de la Sangre. Es cierto que en el último momento, si el alma la desea y no la puede haber, también la recibirá; pero no haya nadie tan loco que con esta esperanza aguarde a la hora de la muerte para arreglar su vida, porque no está seguro de que, por su obstinación, yo en mi divina justicia, no le diga: "Tú no te acordaste de mí en vida, mientras tuviste tiempo, tampoco yo me acuerdo de ti en la hora de la muerte". Que nadie, pues, se fíe, y si alguien, por su culpa, lo hizo hasta ahora, no dilate hasta última hora el recibir este bautismo de la esperanza en la Sangre. Puedes ver, pues, cómo este bautismo es continuo, en el que el alma debe ser bautizada hasta el final de su vida. En este bautismo conoce que mi operación (es decir, el tormento de la cruz) fue finita, pero el fruto del tormento que por mí habéis recibido es infinito en virtud de la naturaleza divina, que es infinita, unida con la naturaleza humana, finita, que fue la que sufrió en mí. Verbo, vestido de vuestra humanidad. Mas porque una naturaleza está unida y amasada con la otra, la Deidad eterna trajo de sí e hizo suya la pena que yo sufrí con tanto fuego de amor. Por esto puede llamarse infinita esta operación, no porque lo sea el sufrimiento actual del cuerpo y el sufrimiento que me proporcionaba el deseo de cumplir vuestra redención (ya que ambas terminaron en la cruz cuando el alma se separó del cuerpo), pero el fruto, que proviene del sufrimiento y del deseo de vuestra salvación, sí es infinito. Por esto lo recibís infinitamente. Si no hubiese sido infinito, no habría sido restaurado todo el género humano: pasados, presentes y venideros. Ni el hombre cuando peca podría levantarse después de su pecado, si no fuera infinito este bautismo de la Sangre que se os ha dado, es decir, si no fuera infinito su fruto. Esto os manifesté en la apertura de mi costado, donde halláis los secretos del corazón, demostrándoos que os amo mucho más de lo que puedo manifestar con un tormento finito. ¿En qué te he revelado que es infinito? En el bautismo de la Sangre, unido con el fuego de mi caridad, derramada por amor, con el bautismo general, dado a los cristianos y a quienes quieran recibirlo, del agua, unido con la Sangre y con el fuego, en que el alma se amasa con mi Sangre. Para dároslo a entender, quise que del costado saliese sangre y agua. Con esto he querido responder a lo que tú me preguntabas." Oración: Señor Dios, tú has mostrado a santa Catalina el amor infinito hacia todos los hombres, hechura de tus manos, que arde en tu corazón. Ella compartió generosamente esta revelación y la vivió en todas sus consecuencias hasta el heroísmo. Concédenos que podamos seguir su ejemplo, confiando en tus promesas y aumentando nuestra fe en tu presencia en cada sacramento, especialmente en el sacramento de tu perdón. Te lo pedimos por Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos. Amén. De Ateneo Pontificio "Regina Apostolorum" Fuente: http://www.corazones.org\santos\catalina_siena.htm |
Otra más. En la iglesia de san Francisco hay una imagen de este santo abrazando una cruz allí donde tiene su corazón. Hay exposición del Santísimo. Sin las gafas, observando la custodia, es como si viera el contorno de san Francisco arrodillado y abrazara o cuya cabeza fuera el Santísimo. El cuerpo de este santo recibió los estigmas de Cristo. El Cuerpo místico de Cristo, la Iglesia, todos nosotros, estaría representado por san Francisco. La cabeza solo Cristo, el Santísimo. Es la cruz que el santo abraza en la imagen.
Jn 21,18 Te aseguro que cuando eras joven, tú mismo te vestías e ibas a donde querías. Pero cuando seas viejo, extenderás tus brazos, y otro te atará y te llevará a donde no quieras».
Se refiere también a la lucha más difícil, la del mal invisible que intenta poseer al ser humano. En esta lucha no valen los títulos, dinero, poder, conocimientos, torres de marfil o bunkers. Solo Dios y sus obras.
Creo que ya lo he contado. Hace unos años estaba rezando en la iglesia de san Nicolás cuando de repente sufrí unos intentos que ahora defino como de posesión que me hicieron pensar no solo que podía perder la vida, sino que además me llevasen al infierno. La experiencia permite confiar en el Señor, ponerse en sus manos que no permitirá una tentación superior a nuestras fuerzas. Incluso surgen ayudas. En otra ocasión una persona que pide en una iglesia parecía interceder por mi vida.
Más recientemente me encontraba en la misma iglesia en misa. Quizás con cierta acedía, sequedad. Llegué a tener tentaciones de criticar unas bolsitas que el sacerdote bendice y se venden al final de la celebración.
Pues bien, antes de que fuera a comulgar, tuve la visión en mi interior de que alguien con ropajes de ceremonia comulgase introduciendo parte de una Hostia en el Cáliz, parecido a como se puede ver por televisión en la comunión de cardenales y obispos en el Vaticano. La sensación era que debía ser san Nicolás. Fue tan bonita y maravillosa que se me pasó por la mente no ir a comulgar. Hice el ofrecimiento y cuando fui a comulgar fue como si de mi interior se proyectase o surgiese la bendición a las bolsitas doradas que vendían al final de la misa y que yo había criticado o había tenido la tentación de criticar. Ese día se acabaron, pero al siguiente adquirí una para mi madre.
Hago un inciso. En una ocasión un hombre africano necesitado encontró dinero y lo devolvió. Creo que fue por Andalucía. Un grupo de personas hicieron una bolsa de dinero y se lo regalaron premiando su buena acción. ¡Ojalá que haya personas que hagan lo mismo para ayudar a mujeres que piensan en abortar, o mejor estén dispuestas a ofrecerles un trabajo a ella o a su pareja! ¡Tantas vidas se salvarían! ¡Cuánto sufrimiento de almas se evitaría! La sociedad mejoraría. Eso sí que debe hacer que el Buen Pastor le o les prepare morada en el Cielo.
Con el tiempo, después de bastantes penalidades y pruebas el Señor recompensa con estas Gracias, que nos hacen vivir momentos maravillosos. Lo tomé como un agradecimiento por sacrificarme, ponerme a disposición del Señor muchos lunes, peregrinando a iglesias de esta advocación o allí donde hay una imagen del santo.
Otras devociones, como la del santo Niño de Praga también pueden originar importantes Gracias.
Hace no mucho rezando ante el Santísimo fue como si de repente la custodia con el Santísimo dejase su impronta en mí, como si lo llevara en mi interior. Y ya allí cerca de donde se mata a no nacidos, rezando el santo Rosario, la sensación fue la de llevar en el interior o ser habitado por la Virgen del Carmen.
¿Cómo superar o vencer estos intentos de posesión, quebrantamiento del mal?
Ocurrió en la feria de la Ascensión del 2014 creo. Va bastante gente. Uno se debe sobre todo a la ciudad y a la provincia donde vive para intentar aportar un bien, un servicio, bendición. Así que aunque piensas que lo puedes pasar mal, que puedes ser perseguido, trampeado, humillado, atacado con distintos intentos de posesión, haces el sacrificio y vas. Si hay que pasar por la cruz, siendo bien llevada siempre es beneficiosa, es bendición para todos. Cristo es el Camino.
¿Qué ocurrió? Que ese día me sentí querido, acogido allí donde entraba. Fue algo que nunca olvidaré. No pudieron o no me enteré de que hubiesen podido hacer algo malo.
Por tanto el sacrificio, la cruz, el donarse y sobre todo y ante todo el cariño, la ternura, el amor son luz que disipa las tinieblas, que impide o minora el mal, por lo general. La Cruz es puerta del Cielo.
Recuerdo un sacerdote joven. Me confesé con él, estuvo bien. Pero detecté que podía ser acechado por algún lobo.
Un día, rezaba al lado de una imagen del Sagrado Corazón de Jesús. Me pareció que se me decía que fuera a hablar con él, que tendría un tesoro en el Cielo. Estaba en el confesionario. No me veía con necesidad de confesar, y pensé que tendría muchas ayudas. No sabía que podía hacer al respecto. Un día, no recuerdo si fue antes o después de esto, me pareció escuchar que no aguantaba más. Creo que pidió que se rezaran las letanías "danos sacerdotes santos".
El martes 22 en que estuve en el cementerio tuve mis dificultades, si bien es cierto que detecté antes de entrar intentos de quebrantamiento y posesión. El caso es que hace unos años se realizó un funeral aniversario. La capilla estaba llena y algunos nos quedamos sin comulgar. Parece ser que no esperaron a que nos acercásemos al altar, no sé si por enfado.
En la misa crismal en Burgos por unos instantes pareció que alguna persona del pueblo tampoco podría comulgar. Pero se solventó bien. Ahora bien, siempre procurar la unión entre la Cabeza (sus representantes) y el Cuerpo. Que seamos Uno. Si no la cosa no va. Estamos para servir. Unos por otros, Dios con todos.
El bien o el mal que uno haga afecta a los demás. Más si es por parte de quien se ha consagrado solemnemente a Dios. Servidores de Dios.
La mies es mucha, los obreros, pocos.
El mundo necesita de sacerdotes dedicados en exclusividad. Que se dediquen solo a ser sacerdotes, que ya es mucho. Imposible sin la ayuda de Dios. Hay mucha gente que ha abandonado la Iglesia, los sacramentos. Cada vez menos gente que rece. ¡Y qué necesario es que se rece! Jesús lo pidió insistentemente y nos dio ejemplo de que continuamente hay que orar. Hay que tratar de impedir que el mal avance. Defender la vida. Es importante que los sacramentos lleguen a los que los necesitan y/o poder acudir con ellos allí donde se produzcan "situaciones sobrevenidas", "extremas", pudiendo traspasar las barreras que se pudieran crear. La cercanía suele ser importante. Al menos poder acompañar. Los sacramentos son medios de salvación, dispensan la vida divina. Nadie hay más interesado de perdonar, salvar y sanar que el Señor. El aborto, la eutanasia, las guerras y actos terroristas, el culto al materialismo y el disfrute, la corrupción que nos rodea son signos alarmantes. La naturaleza no perdona.
Nota 17.05.16: Había comentado que al principio no sabía muy bien si se trataba en la imagen de san Francisco o san Bernardo. El caso es que he llegado a san Bernardo de Claraval
que me ha llevado a san Malaquías.
Incluso, buscando información sobre el incienso, me vuelve a aparecer san Malaquías, se indica en un artículo del Padre Dwight Longenecker "Además, se cumple la profecía de Malaquías. Dijo las palabras del Señor: "Pero desde la salida del sol hasta su ocaso, mi Nombre es grande entre las naciones y en todo lugar se presenta a mi Nombre un sacrificio de incienso y una ofrenda pura" (Mal 1, 11)." Si bien este es el profeta que aparece en la Biblia.
Ayer mismo pregunté de quien era la imagen que hay en la capilla de Nuestra Señora de la Esperanza (la Balesquida), en un retablo del lado derecho mirando al Altar, y es de San Bernardo. A su lado san Antonio de Padua y san Sebastián. Debajo tiene, a san José, santa Brígida (la confundí con santa Rita) y san Francisco. Acompaña al retablo una imagen de santa Lucía a la derecha mirando al retablo y a su izquierda, san Bernardo ayudando a Cristo en la Cruz , y a la izquierda mirando este cuadro escultórico, un niño crucificado (el santo Niño de la Guarda de Toledo). Enfrente de este retablo otro, donde destaca san Judas Tadeo que pisa una figura de demonio. Junto a él dos vasijas. A la derecha del retablo, nuestra Señora de Guadalupe. A su lado un Cristo crucificado.
En san Francisco (Enlace externo) leí también la visión del Papa Inocencio III, lo de la palmera, que tuvo otra visión parecida con santo Domingo.
Mi intención era solo conocer la vida de san Francisco, pues considero que nos puede ayudar más a ser imagen de Cristo. Facilitar que el Señor more en nosotros. Que nos salve. Sin duda abrazando la pobreza. ¿Cómo poder parecerse más a un Dios que se anonada, se hace no solo hombre, sino que se declara incluso hijo del hombre, su servidor, cuyo amor le hace dar no solo la vida por sus enemigos, sino además con una muerte de cruz, pidiendo incluso el perdón al Padre porque "no saben lo que hacen"? ¿Cómo corresponder a tanto amor, a tanto bien?
Y el caso es que me encuentro con esto otro. Y a veces uno se siente por un lado como san Francisco Javier procurando que los sacramentos lleguen a todo el mundo aunque sea espiritualmente, especialmente ante muertes súbitas, accidentales, injustas; y si es posible prevenir que este tipo de muertes sobrevenidas se produzcan (rogando el auxilio del Cielo y del Espíritu Santo), y por otro lado como Jonás, que se enfada por el ricino comido por un gusano. Misteriosa escena la de Jonás. De las semillas del ricino por lo visto se saca un aceite purgante... No permitamos que el gusano acabe con los medios de salvación (como los sacramentos) que el Señor ha puesto a nuestra disposición. Situaciones contradictorias. Por un lado luchando por la salvación y por otro enfados por cosas que parecen nimias. Concediendo el Señor vivir cosas tan maravillosas y sin embargo protestando por pequeñas cosas. Soportando toda clase de males para después enfadarse por nada. Con la sensación a veces de querer ayudar a apagar fuegos con recursos muy limitados. Porque nuestra vida a veces se asemeja a la que se describe en II Corintios 4. Las profecías negativas se conocen para intentar evitarlas. ¿Cómo? Haciendo la voluntad de Dios. El sirio Naamán se enfadó porque le dijera Eliseo que se lavara 7 veces en el Jordán, habiendo ríos mejores en su tierra. Haciendo lo que Dios le pedía, curó la lepra. (2 Reyes 5).
Doctores tiene la iglesia para reconocer la urgencia. En la misa con ordenación de Pentecostés tuve la sensación de la cercanía a mi derecha de ¿san Miguel? Salmo 16. Hubo paloma blanca en casulla o pecho, y soplo con una boca tras la comunión que percibió también el gusto de unas manos ungidas. (Nota añadida: El lunes 23.05 un sacerdote mayor me dio la comunión. Se produjo después de unos momentos de tentación como de rechazo, nuevamente gusto a unción. Lo ocurrido en Pentecostés, el gusto de la unción en la boca me recordó a la escena de Isaías 6, su vocación).
A veces ocurre que tras unos momentos "difíciles", de tentación, se producen grandes gracias. Dios recompensa el aguante y rechazo del mal. En otras ocasiones es al revés. De forma sorprendente se produce una gran Gracia. Al poco los ataques pueden ser fuertes.
Para mí la oración es prioritaria porque creo es voluntad de Dios, para soportar el mal existente, y estar disponible y con la fuerza suficiente para que Dios si quiere obre en mí o facilitar que ocurra en otras personas. Saber solo lo que Dios quiere que sepa para serle lo más útil posible. Trato de servir de la mejor manera al Señor. Como Él quiera.
El caso es que por la mañana también había acudido a misa colocándome cerca de la capilla que tiene en lo alto del retablo una imagen del arcángel, hacia el centro la Inmaculada, y más abajo santa Bárbara. Una persona entró en ella y me vino un regusto no agradable. A veces ocurre con las puertas que se abren o cierran. Últimamente procuro rezar la petición que hiciera el papa León XIII para el final de las misas contra el mal.
Estoy ya a 18.05.16. Ayer, de la que escribía, me vino, aparte de otros gustos (lo de gusto es un decir porque la mayoría de las veces indican ataques) el gusto a infusión. Hace tiempo que esto en alguna ocasión se daba. Me preguntaba el porqué. Hasta que un día me enteré que un joven sacerdote llamado Santiago falleció repentinamente tras tomar una infusión. Pero, ¿por qué en ese momento en que escribía, más allá probablemente de las 12 de la noche? ¿Era un signo, o un ataque?
Esta mañana me entero. En la 1ª lectura de la misa (semana VII ordinario año par) estamos con Santiago 3, 13-18 para el lunes, el martes 4, 1-10 y hoy miércoles 4, 13b-17. Interpreto que el Señor nos está diciendo que vayamos a Su Palabra, que constantemente nos indica su voluntad, el camino a seguir, y lo que no se debe hacer y que termina en pecado, escándalos, muerte. Más aún, incluso con las lecturas del oficio divino martes Corintios 2, 12-3, 6. Aquí habla de que somos perfume de incienso que procede de Cristo y es ofrecido a Dios.... Nuestra capacidad viene de Dios... alianza fundada en el espíritu; pues la letra mata, pero el espíritu da vida.
El caso es que si la letra salva como pretenden algunos, entonces se está negando a Cristo. Sería como decir que uno por sí mismo, cumpliendo la ley se salva. Pero todos somos pecadores. Sino, por sus obras se les conoce si realmente cumplen la ley, o si la ley la utilizan según sus intereses. Si realmente les mueve el amor a Dios y al prójimo que es el fin de la ley. Sin Cristo, sin el amor, no hay salvación posible.
Hoy es la memoria de san Juan I, papa. La lectura de su memoria es de las cartas de san Juan de Ávila, escribe:
..."no hay otro más seguro camino que el padecer. Esta es la senda por donde fue Cristo y todos los suyos, que él llama estrecha empero lleva a la vida; y nos dejó esta enseñanza, que si quisiéramos ir donde está él, que fuésemos por el camino por donde fue él; porque no es razón que, yendo el Hijo de Dios por camino de deshonras, vayan los hijos de los hombres por camino de honras, pues que no es mejor el discípulo que el Maestro, ni el esclavo que el Señor.
Ni plega a Dios que nuestra ánima en otra parte descanse, ni otra vida en este mundo escoja, sino trabajar en la cruz del Señor".
_Añadido 26.05: Caminaba hace años por Ríos Rosas en Madrid. Había dos probablemente administradores de fincas (porteros) hablando. Uno le decía al otro que era un farsante o algo parecido. A continuación se escuchó un “Pero entonces…..”
Voy a contar una de las cosas más extraordinarias que hemos vivido. En ocasiones rezaba en la calle allí donde había una trampilla metálica con la denominación “señales de tráfico”. Oraba por los accidentados de tráfico y los que les ayudasen, especialmente servicios de urgencia y de seguridad, Rezaba para prevenir estas desgracias o para auxilio. En el caso de que se produjera esta fatalidad, que les llegasen los sacramentos, desde el bautismo hasta el viático, en función de la necesidad de salvación de cada uno. Alguna vez me quejé al Señor: “¿Qué hago yo haciendo esto? Pero continuaba con ello. Era como una necesidad.
Un día (hace unos meses) hubo un grave accidente. Un individuo (jubilado de cuerpos de seguridad y auxilio) en coche automático equivocó pedal de freno con el acelerador. Debió de pisar a fondo. El coche cogió gran velocidad arrollando a personas que se encontraban en una isleta de paso. Golpeó una señal de tráfico, un semáforo que salió despedido varios metros y que desvió la trayectoria del coche. Evitó probablemente una catástrofe. Hubo unos cuantos heridos. Yo pasé por allí, como suelo hacerlo todos los sábados, momentos después del accidente. La escena era dantesca. Gracias a Dios, nadie falleció.
La trampilla con el lema “señales de tráfico” a la que me refiero está al lado de donde se mata a no nacidos.
Hay continuamente signos que nos ayudan, desde el Cielo también nos intentan echar una mano, y sobre todo, la Palabra de Dios, Cristo es el camino a seguir: Camino, Verdad y Vida.
¿Por qué parece que viese a ciegos? ¿Si no se hace caso a la Palabra de Dios, a Cristo, es posible convencer por otro medio?
Lc 16, 31 Le contestó: “Si no
oyen a Moisés y a los profetas,
tampoco se convencerán,
aunque un muerto resucite.”
Si en lo escrito alguien se ha molestado, que me perdone. Únicamente se pretende animar en el servicio al Señor y al prójimo. Dios recompensa grandemente al que persevera en su servicio. Dios recompensa con grandes Gracias las cruces soportadas. La cruz es puerta al Paraíso, a la Sabiduría, al amor. Si piensas que algo pueda ser contrario a la doctrina católica, olvídelo y comuníquemelo para su supresión.
Coge tú Biblia, especial y fundamentalmente los Evangelios, y enamórate de Cristo para que quieras dar la vida por Él. No te arrepentirás. Vivifica su Palabra. Es amor y salvación.
Somos trigo molido, harina, nos consagramos, queremos ser Cuerpo de Cristo, uno con Él. Para ello, esta harina se liga con el agua del bautismo, el agua y la sangre de la Pasión y muerte de nuestro Señor Jesucristo. ¿Qué es lo que liga, lo que une? El Espíritu Santo. El Amor a Dios, el amor al prójimo. Masa amasada con estos ingredientes. Ello convierte ese cuerpo en inmaculado, santificado por Dios, como María virginal. Con el descenso del Espíritu Santo, y la fuerza del Altísimo hace que se convierta en Cristo. Palabra hecha carne, que vivifica la Palabra. Que se sacrifica mediante la Vida, Pasión y Muerte. Es la Sangre derramada, Palabra hecha Carne, Verbo que obra según lo dispuesto.
La Consagración en la que el pan y el vino se convierten en el Cuerpo y la Sangre de nuestro Señor es un gran misterio y misterio de misterios. Porque en la Consagración también se produce la Encarnación.
Ef 5,25b-27 Cristo amó a su Iglesia. Él se entregó a sí mismo por ella, para consagrarla, purificándola con el baño del agua y la palabra, y para colocarla ante sí gloriosa, la Iglesia, sin mancha ni arruga ni nada semejante, sino santa e inmaculada.
Salmo 51; Hebreos 10, 4: Tú no has querido sacrificio ni oblación;
5 en cambio, me has dado un cuerpo.
6 No has mirado con agrado los holocaustos
ni los sacrificios expiatorios.
7 Entonces dije: Aquí estoy, yo vengo
–como está escrito de mí
en el libro de la Ley–
para hacer, Dios, tu voluntad.
8 Él comienza diciendo: Tú no has querido ni has mirado con agrado los sacrificios, los holocaustos, ni los sacrificios expiatorios, a pesar de que están prescritos por la Ley. 9 Y luego añade: Aquí estoy, yo vengo para hacer tu voluntad. Así declara abolido el primer régimen para establecer el segundo. 10 Y en virtud de esta voluntad quedamos santificados por la oblación del cuerpo de Jesucristo, hecha de una vez para siempre.
Y esa masa precisa de la sal y la levadura, el reposo. Si bien las hostias no llevan levadura, como en los panes ácimos de la Pascua judía, el paso del Señor, en la muerte de los primogénitos y la salida de Egipto. Cristo es la única levadura que fermenta la masa, la santifica, da la vida eterna al Cuerpo, la Iglesia. Y por fin el fuego para convertirse en pan.
Pan partido que nos alimenta del Señor para poder ser como Él, completando su Pasión. Ser Uno con Él, partícipe también de su Divinidad por la Unión con Él. Pan partido que se entrega para que se multiplique, llevar a Cristo a todo lugar.
La harina con el agua hace una la masa, así como el bautismo nos consagra a Dios, nos hace Uno con Él. Un solo Cuerpo santificado por el Señor pero en el que sus integrantes pecan, y que son renovados, perdonados por la Sangre de Cristo, su vida, pasión y muerte. Que por su resurrección nos renueva, nos levanta de la muerte del pecado. Pan que es nuestro alimento, hacernos Cristos, ungidos para completar su pasión, para la salvación, echar las redes y la pesca sea abundante, los peces se multipliquen.
La Eucaristía es el Misterio de los Misterios. Simplemente he intentado dar unas pinceladas (o brochazos) de lo que el Señor me muestra aunque pueda ser por mis miserias defectuosa mi traslación a la escritura. Misterio de misterios porque contiene también otros misterios como el de la Anunciación y Encarnación; la multiplicación de los panes y los peces, las bodas de Caná...la Creación. En la Eucaristía se encuentra todo, y de allí dimana todo. ÁmaLa. Adora al Señor en la misa y ante el Santísimo. Es la fuente de agua viva que salta a la vida eterna. Contempla rezando el santo Rosario, mejor ante el Santísimo.
Incluso me ha venido a la mente el desvelado gran secreto de Fátima, ahí donde dice: "Bajo los dos brazos de la Cruz había dos Ángeles cada uno de ellos con una jarra de cristal en la mano, en las cuales recogían la sangre de los Mártires y regaban con ella las almas que se acercaban a Dios".
En la Encarnación en la Inmaculada Concepción Dios toma figura humana en María, sin pecado concebida, en su santidad. En la Consagración, Dios se encarna en un cuerpo que es la humanidad, que es pecadora en sus miembros, pero que con la Encarnación de Jesús, con su vida, pasión, muerte y resurrección, Él la ha santificado, redimido, purificado. Somos trigo molido unido con el agua y la sangre que salen del costado de Cristo, de sus santas y gloriosas llagas. Ofrenda que con Cristo se ha santificado, divinizado. Carne inmaculada como la de María, Virgen que recibe el Espíritu Santo y la fuerza del Altísimo la cubre con su sombra para convertirse en Cuerpo místico de Jesucristo.
Nacer de nuevo de la santa e Inmaculada que nos prepare para como ella decir: “Hágase en mí según Tu Palabra”. Consagrarse al Señor, ofrecer tu cuerpo para decirle: “Aquí estoy, Señor, para hacer Tu Voluntad”. Dispón de mí. Obrar en consecuencia, unirse a Cristo para completar lo que falta a su Pasión para la redención y salvación del mundo. Pan y vino, Cuerpo y Sangre.
El Señor nos ha dado un cuerpo y voluntariamente podemos decirle: “Aquí estoy para hacer Tu voluntad”. Consagrarnos a Él, y obrar conforme a esa consagración, seguir a Jesucristo: Camino, Verdad y Vida, procurar vivir como Él vivió. Las obras realizadas, los sufrimientos y el bien hecho, la sangre derramada, una vez purificada se une a la del Señor para redención y salvación del mundo.
La figura de san Bernardo aparece también en la capilla derecha mirando hacia el Altar de la iglesia de san Tirso, la de Nuestra Señora del Perpetuo Socorro.
Texto procedente de http://infocatolica.com/blog/historiaiglesia.php/0909230836-padre-pio-testigo-excepcional
Hace unos días estaba en la capilla de la iglesia de san Pablo. Una mujer mayor me habló de rezar el rosario de la Misericordia y de si sabía cual era la llaga más dolorosa para el Señor. Me comentó que la del hombro, la que cargó con la cruz. Que rezase y pidiese por esta llaga. Me he enterado que fue una pregunta de san Bernardo al Señor.
Preguntando San Bernardo al Divino Redentor, cual fue el dolor que más sufrió y más desconocido por los hombres, Jesús le respondió:
"Yo tenía una llaga profundísima en el hombro sobre el cual cargue mi pesada cruz; esa llaga era la más dolorosa de todas. Los hombres no la conocen. Honrad pues esta llaga y haré todo lo que por ella pidas..."
Oración
Oh amado Jesús, manso Cordero de Dios, a pesar de ser yo una criatura miserable y pecadora, te adoro y venero la llaga causada por el peso de vuestra cruz que abriendo vuestras carnes desnudo los huesos de vuestro hombro sagrado y de la cual vuestra Madre Dolorosa tanto se compadeció. También yo, oh carísimo Jesús, me compadezco de Vos y desde el fondo de mi corazón te glorifico y te agradezco por esta llaga dolorosa de vuestro hombro en la que quisiste cargar vuestra cruz por mi salvación. ¡Ah! por los sufrimientos que padeciste y que aumentaron el enorme peso de vuestra cruz, ruégote con mucha humildad, ten piedad de mi pobre criatura pecadora, perdonad mis pecados y conducidme al cielo por el camino de la cruz.
Se rezan siete Ave Marías y se agrega:
Madre santísima imprime en mi corazón las llagas de Jesús Cristo crucificado... (Indulgencia de 300 días)
Oh dulcísimo Jesús, no seas mi juez sí mi salvador...
(Indulgencia de 100 días)
Y buscando información sobre esta llaga me ha aparecido el santo padre Pío, donde hay una imagen en esta iglesia de san Pablo. Tuvo los estigmas del Señor pero no esta llaga. Y los estigmas y el sufrimiento de santo Pío fueron en gran parte por los fallos de las personas consagradas.
Al igual que su santo Patrón, Francisco de Asís, San Pío de Pietrelcina (1887-1968) recibió en 1918 los estigmas de Jesús Crucificado, quien en una aparición lo invitó a unirse en su Pasión para participar en la salvación de los hermanos, en especial de los consagrados:... “El 20 de septiembre de 1918, después de la celebración de la Misa, al entretenerme para hacer la acción de gracias en el Coro, en un momento fui asaltado por un gran temblor, después volví a la calma y vi a NS (Nuestro Señor) con la postura de quien está en cruz, lamentándose de la mala correspondencia de los hombres, especialmente de los consagrados a Él y por ello más favorecidos".
“De aquí -continúa su relato- se manifestaba que él sufría y que deseaba asociar a las almas a su Pasión. Me invitaba a compenetrarme con sus dolores y a meditarlos: al mismo tiempo, a ocuparme en la salud de los hermanos. Seguidamente me sentí lleno de compasión por los dolores del Señor y le preguntaba qué podía hacer. Oí esta voz: 'Te asocio a mi Pasión'. Y acto seguido, desaparecida la visión, volví en mí, recobré la razón y vi estos signos aquí, de los que goteaba sangre. Antes no tenía nada".
...El padre Pío revela por tanto que la estigmatización no fue el resultado de una petición suya sino una invitación del Señor, que lamentándose de la ingratitud de los hombres, particularmente de los consagrados, le hacía destinatario de una misión, como culmen de un camino de preparación interior y mística. Por otro lado, explica el autor del libro, “el tema de la mala correspondencia de los hombres, particularmente de aquellos que habían sido más favorecidos por Dios, no es nuevo en las revelaciones privadas del capuchino". De hecho, el padre Pío relató que en una aparición, sucedida el 7 de abril de 1913, Jesús, con “una gran expresión de disgusto en el rostro” mirando a una multitud de sacerdotes, le dijo: “Yo estaré por causa de las almas más beneficiadas por mí, en agonía hasta el fin del mundo".