15 de Agosto: La Asunción de María al Cielo    
La Iglesia recuerda en este día, no sólo que el cuerpo inanimado de la Virgen María no sufrió ninguna corrupción, sino también su triunfo sobre la muerte y su glorificación en el cielo como su Hijo Jesús. Esta verdad, ya admitida desde los primeros siglos de la Iglesia, ha sido confirmada como dogma de fe por el Papa Pío XII en 1950.
    Un escritor muy antiguo afirmaba: "Ya que [María] es la Madre gloriosa de Cristo, nuestro divino Salvador que da la vida y la inmortalidad, fue vivificada por Él y comparte la incorruptibilidad de su cuerpo. La hizo salir del sepulcro y la elevó a su lado, de una manera sólo conocida por Él".
    Esta fiesta se llama también la "Dormición" o el "Tránsito" de la Virgen.

La Asunción de nuestra Madre al Cielo
Si por medio de una mujer, entró el pecado en el mundo y fue transmitido a cada ser nacido en forma de pecado original; por otra mujer, María, inmaculada desde su concepción por Gracia divina, liberada por tanto de ese pecado original, debía nacer el Redentor, el Salvador, para que siendo como cualquier otro hombre (si bien Dios y hombre verdadero), pero sin ese pecado original, nos mostrase el camino de la salvación, la verdad y la vida, siendo víctima propiciatoria por nuestros pecados, nos redimiese y resucitase, (estábamos muertos por nuestros pecados), para una nueva vida.
¿Por qué Jesús no podía haber portado el pecado original?
Porque es Luz de luz, Dios verdadero de Dios verdadero.
En la Luz no existe tiniebla.
No hay oscuridad.
En la Vida no hay muerte.
Él es la Vida.
¿Cómo puede ser que María es Inmaculada?
Por un anticipo (para este mundo) de lo que ocurriría con Jesús.
De su vida, pasión, muerte y resurrección.
La Verdad de la Palabra que se hizo obra.
Al principio era la Palabra y la Palabra era Dios y estaba en Dios y por todo fue hecho y nada fue hecho sin la Palabra.
La Palabra ya indicaba tras el pecado la redención, que se materializaría en este mundo con la encarnación del Hijo de Dios y su vida, pasión, muerte y resurrección.
La injusticia del pecado trajo la muerte. Por el pecado de Adán y Eva, todos somos pecadores. Cristo hizo justicia por todos los pecados como víctima propiciatoria, por ello sufrió la muerte para vencerla con la resurrección.
Dios es el dueño del tiempo y del espacio.
María es creatura, Jesús existía antes de los tiempos. Fue engendrado, no creado, nacido del Padre antes de los siglos dice el Credo.
Jesús es el nuevo Adán.
Del costado de Adán, Dios crea Eva, la primera mujer y madre.
Del costado abierto de Jesús nacen para la vida eterna todos los redimidos de todos los tiempos. Y es un costado no como el de Adán que fue abierto por Dios para crear a Eva y después cerrado.
El costado de Cristo está permanentemente abierto al perdón y la redención. Sacerdote santo, inocente, inmaculado.
De él nace la santa Madre Iglesia, de él surge también el que María fuera Inmaculada, y el que sea también nuestra santa Madre.
Jesús tras su Resurrección, tiene un cuerpo glorificado.
María gracias a la resurrección de Jesús, en su Asunción, alcanza también el que su cuerpo sea glorificado.
¿Qué significa que sean cuerpos glorificados?
Que son palpables, no solo espirituales.
¿Qué supone esto para el resto de los mortales?
Una anticipación de la resurrección.
¿Cuándo nuestros cuerpos serán como los de Jesús y María?
Al final de los tiempos.
Mientras tanto, tras la muerte.
Espirituales.
Testimonio: Ya he comentado que el día 1 de Febrero de 2013, en la madrugada del viernes, hacía las 2, en un duermavela en el que trataba de orar y honrar la Sangre de Cristo, me pareció ver a mi padre que entraba en mi habitación con un aspecto impecable y se colocaba a mi izquierda de donde estaba recostado.
Tiempo más tarde pude ver fotos familiares.
Ninguna le merecía.
Me di cuenta de que ese aspecto magnífico con el que le vi, solo podía proceder de un anticipo espiritual de lo que será su cuerpo glorificado.
Catecismo de la Iglesia Católica 966. “Finalmente, la Virgen Inmaculada, preservada inmune de toda mancha de pecado original, terminado el curso de su vida en la tierra, fue asunta en cuerpo y alma a la gloria celestial y enaltecida por Dios como Reina del universo, para ser conformada más plenamente a su Hijo, Señor de los Señores y vencedor del pecado y de la muerte”.
La Asunción de la Santísima Virgen constituye una participación singular en la Resurrección de su Hijo y una anticipación de la resurrección de los demás cristianos: “En el parto te conservaste Virgen, en tu tránsito no desamparaste al mundo, oh Madre de Dios. Te trasladaste a la vida porque eres Madre de la Vida, y con tu intercesión salvas de la muerte nuestras almas. [Liturgia]”
969. “Esta maternidad de María perdura sin cesar en la economía de la gracia, desde el consentimiento que dio fielmente en la Anunciación, y que mantuvo sin vacilar al pie de la cruz, hasta la realización plena y definitiva de todos los escogidos. En efecto, con su asunción a los cielos, no abandonó su misión salvadora, sino que continúa procurándonos con su múltiple intercesión los dones de la salvación eterna... Por eso la Santísima Virgen es invocada en la Iglesia con los títulos de Abogada, Auxiliadora, Socorro, Mediadora.”

Fíjate lo que dice el Catecismo respecto a que María sea Inmaculada:

492 Esta "resplandeciente santidad del todo singular" de la que ella fue "enriquecida desde el primer instante de su concepción" (LG 56), le viene toda entera de Cristo: ella es "redimida de la manera más sublime en atención a los méritos de su Hijo" (LG 53). El Padre la ha "bendecido con toda clase de bendiciones espirituales, en los cielos, en Cristo" (Ef 1, 3) más que a ninguna otra persona creada. Él la ha elegido en él antes de la creación del mundo para ser santa e inmaculada en su presencia, en el amor (cf. Ef 1, 4).

505 Jesús, el nuevo Adán, inaugura por su concepción virginal el nuevo nacimiento de los hijos de adopción en el Espíritu Santo por la fe "¿Cómo será eso?" (Lc 1, 34;cf. Jn 3, 9). La participación en la vida divina no nace "de la sangre, ni de deseo de carne, ni de deseo de hombre, sino de Dios" (Jn 1, 13). La acogida de esta vida es virginal porque toda ella es dada al hombre por el Espíritu. El sentido esponsal de la vocación humana con relación a Dios (cf. 2 Co 11, 2) se lleva a cabo perfectamente en la maternidad virginal de María.

506 María es virgen porque su virginidad es el signo de su fe "no adulterada por duda alguna" (LG 63) y de su entrega total a la voluntad de Dios (cf. 1 Co 7, 34-35). Su fe es la que le hace llegar a ser la madre del Salvador: "Beatior est Maria percipiendo fidem Christi quam concipiendo carnem Christi" ("Más bienaventurada es María al recibir a Cristo por la fe que al concebir en su seno la carne de Cristo" (S. Agustín, virg. 3).

507 María es a la vez virgen y madre porque ella es la figura y la más perfecta realización de la Iglesia (cf. LG 63): "La Iglesia se convierte en Madre por la palabra de Dios acogida con fe, ya que, por la predicación y el bautismo, engendra para una vida nueva e inmortal a los hijos concebidos por el Espíritu Santo y nacidos de Dios. También ella es virgen que guarda íntegra y pura la fidelidad prometida al Esposo" (LG 64).

El pecado es el que destruye, el que mata.
Por tanto, la concepción de la divinidad en María, no podía destruir su virginidad, así como tampoco el nacimiento del Dios y hombre verdadero.
Como luz que atraviesa el cristal sin dejar ni rastro.

Cristo es la Cabeza y el Salvador de la Iglesia que es su Cuerpo....Cristo amó a la Iglesia y se entregó por ella, para santificarla. Él la purificó con el bautismo del agua y de la palabra, porque quiso para sí una Iglesia resplandeciente, sin mancha ni arruga y sin ningún defecto, sino santa e inmaculada. Efesios 5, 21-33.

Hija de Dios, Madre de Cristo, Esposa del Espíritu Santo.
María es virgen, santa e inmaculada, imagen de la iglesia, del Cuerpo místico de Cristo
El Cuerpo de Cristo procede de la encarnación de Dios en María, tras la resurrección glorificado
Gracias a Jesucristo somos miembros de ese Cuerpo

Identificación de María con la vida, pasión y muerte de su Hijo. Ella también sufrió la Cruz de la agonía de una Madre por su Hijo. Fiel a la voluntad de Dios. Ella se fía. Fiat María es Eucaristía
Hija de Dios, Madre de Cristo, Esposa del Espíritu Santo.
María es virgen, santa e inmaculada, imagen de la iglesia, del Cuerpo místico de Cristo.
El Cuerpo de Cristo procede de la encarnación de Dios en María, tras la resurrección glorificado.
Gracias a Jesucristo somos miembros de ese Cuerpo.
María, tras su Asunción, tiene también un cuerpo glorificado.
Somos hijos de Dios, hijos de María, miembros del Cuerpo místico de Jesús, la santa Madre Iglesia.

Medianera de todas las Gracias Inmaculada, Corredentora, Medianera, Abogada, Asunta.

Quédate con lo mejor.
La oración, la contemplación, el intentar seguir e identificarse con Cristo, y sobre todo, el intentar serLe fiel da sus frutos.
Reza, adora, ama, ante el Santísimo Sacramento del Altar. Ve todos los días a misa y acude a los Sacramentos, y no dejes de orar a tiempo y a destiempo. En cualquier momento y circunstancia reza, adora y ama al Señor y Él te mostrará sus tesoros.
Acepta la cruz como lo haría Jesús, es también fuente de sabiduría que, recuerda, Él la revela a los sencillos y humildes.

Mateo 11, 25 En aquel tiempo, tomando Jesús la palabra, dijo: «Yo te bendigo, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque has ocultado estas cosas a sabios e inteligentes, y se las has revelado a pequeños.
26 Sí, Padre, pues tal ha sido tu beneplácito.
27 Todo me ha sido entregado por mi Padre, y nadie conoce bien al Hijo sino el Padre, ni al Padre le conoce bien nadie sino el Hijo, y aquel a quien el Hijo se lo quiera revelar.
28 «Venid a mí todos los que estáis fatigados y sobrecargados, y yo os daré descanso.
29 Tomad sobre vosotros mi yugo, y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón; = y hallaréis descanso para vuestras almas. =
30 Porque mi yugo es suave y mi carga ligera.»


De correos marianos:
(Parte del) Relato del R.P.Antonio Royo Marín, O.P.

PROCLAMACIÓN DEL DOGMA DE LA
ASUNCIÓN DE MARÍA SANTÍSIMA EN CUERPO Y ALMA A LOS CIELOS


“ El inmortal pontífice Pío XII, el día 1 de noviembre de 1950, en el atrio exterior de la Basílica Vaticana, rodeado de 36 cardenales, 555 patriarcas, arzobispos y obispos, de gran número de dignatarios eclesiásticos, y de una muchedumbre enardecida de entusiasmo que no bajaba del millón de personas, definió solemnemente con su suprema autoridad apostólica el dogma de la Asunción de María en cuerpo y alma al cielo. He aquí las palabras mismas de la augusta definición:
“Después de elevar a Dios muchas y reiteradas preces y de invocar la luz del Espíritu de la Verdad, para gloria de Dios omnipotente, que otorgó a la Virgen María su peculiar benevolencia,; para honor de su Hijo, Rey inmortal de los siglos, y vencedor del pecado y de la muerte; para aumentar la gloria de la misma augusta Madre, y para gozo y alegría de toda la Iglesia, con la autoridad de Nuestro Señor Jesucristo, de los bienaventurados apóstoles Pedro y Pablo y con la nuestra, PRONUNCIAMOS, DECLARAMOS Y DEFINIMOS SER DOGMA DIVINAMENTE REVELADO QUE LA INMACULADA MADRE DE DIOS, SIEMPRE VIRGEN MARÍA, TERMINADO EL CURSO DE SU VIDA TERRENA, FUE ASUNTA EN CUERPO Y ALMA A LA GLORIA CELESTIAL.”


La Santísima Trinidad y María


Jesucristo Dios y hombre verdadero y María siempre virgen


Índice de REZA EL SANTO ROSARIO*