Obleas y panes. El Pan de la Vida (Jn 6, 48).

La Eucaristía es al alfa y el omega, el principio y el fin, el culmen de la Creación. Por Cristo Eucaristía todo fue creado y nada hubiese sido creado sin Él. (Jn 1, 3).

Contempla la Creación adorando al Santísimo.
Las obleas, las formas que se convertirán en hostias consagradas tras la Consagración se hacen con harina de trigo (que puede mezclarse con la de otros cereales) y agua. Sencillez y humildad.
Escuché en una ocasión a un sacerdote decir que los fieles por lo general no comulgaban en el Cuerpo y la Sangre de Cristo porque las dos especies están ya contenidas en la fabricación de las obleas. Especies que se convertirían en el Cuerpo y la Sangre de Cristo.
Efectivamente, algunas obleas son fabricadas con un poco de vino blanco, de ahí que no sean blancas, sino algo más oscuras.
Además de amasar y estirar la masa necesitan del calor que puede proceder del fuego de un horno.
El grano de trigo (con otros cereales) que muere para dar fruto seríamos los que queremos servir al Señor. El Señor incluye a todo ser humano.
San Juan 12, 24-26: En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: «Yo les aseguro que si el grano de trigo sembrado en la tierra, no muere, queda infecundo; pero si muere, producirá mucho fruto. El que se ama a sí mismo, se pierde; el que se aborrece a sí mismo en este mundo, asegura para la vida eterna.
El que quiera servirme que me siga, para que donde yo esté, también esté mi servidor. El que me sirve será honrado por mi Padre».

El agua, sería figura del bautismo por el que morimos al pecado para resucitar con Cristo y hacernos hijos de Dios.
Creer en Cristo significa vivir como Él vivió. "Hacer lo que hacía Jesucristo" es la Fe.
No todo bautizado cree, ni todo el que cree fue bautizado.
Dios es justo. Cristo murió fuera de la ciudad entre proscritos. Por que Él quiere que todo el mundo se salve.
Las creencias de cada uno dependen de muchos factores. Pero todos somos imágenes de Dios, llevamos la impronta del Creador, tenemos alma.
En la transfiguración, Cristo habla con los profetas Elías y Moisés sobre su partida. Ratifica su compromiso. El bautismo de agua va a llegar a su culmen con el bautismo de Sangre que Jesús acepta voluntariamente. Son cubiertos por la sombra de una nube. Y surge la voz del Padre (Mt 17, 15): «Este es mi Hijo amado, en quien me complazco; escuchadle».
El Padre viene a decir las mismas palabras que tras su Bautismo (Mt 3, 17; Mc 1, 11) pero añade ahora la palabra "escuchadle." Dios pone todas las cosas en sus manos (Jn 13, 3). Ha cumplido y tiene la voluntad de culminar la obra de la Redención, conociendo lo que le espera. Fiat.
Los que no comparten nuestras creencias pero "hacen lo que hace o haría Jesús", creo que son cubiertos por la nube, figura del bautismo, o bien son bautizados en el Espíritu Santo.
María concibe virginalmente, el arcángel Gabriel se lo explica:
Lc 1, 35: El Espíritu Santo vendrá sobre ti, y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra. Así que al santo niño que va a nacer lo llamarán Hijo de Dios.
Son por tanto también hijos de Dios los que se dejan habitar por el Espíritu Santo, hacen la voluntad de Dios, son cubiertos por la sombra de Dios.
Defienden la Verdad y la Vida, la Justicia y el Bien. Aman. Van por el Camino de Jesús.
San Juan Bautista fue apresado por denunciar el pecado de Herodes, decir la Verdad. Por ello fue matado (Mt 14, 4). Es más, Herodes lo consideraba como hombre justo y bueno (Mc 6, 20) llegó a decir de Jesús en Mc 6, 16: "¡Juan, al que yo mandé que le cortaran la cabeza, ha resucitado!" Es decir, que Jesús, era Juan resucitado.
Ahora bien, honrar a Dios, ser testigo de Él y su Iglesia es lo mejor y un bien para ti y allegados. Es estar en la casa del Padre. Tener muchos auxilios y bendiciones, como los de los Sacramentos y la comunión de los santos. Participar en la vida divina. Es ir por el buen camino. Es saber que nunca estás solo. El Cielo te acompaña y te espera. Ser consciente de que el Señor habita en ti (Jn 14, 20). Tras esta vida, estar con Él. (Jn 17, 24). Sin Él nada podemos.
Salmo 2, 7: Voy a anunciar el decreto de Yahveh: Él me ha dicho: «Tú eres mi hijo; yo te he engendrado hoy».
Lc 3, 21-22 Sucedió que cuando todo el pueblo estaba bautizándose, bautizado también Jesús y puesto en oración, se abrió el cielo, y bajó sobre él el Espíritu Santo en forma corporal, como una paloma; y vino una voz del cielo: = «Tú eres mi hijo; yo hoy te he engendrado.»
Jn 1, 12: "mas a cuantos le recibieron dioles poder de venir a ser hijos de Dios."
Jn 1, 33: "...Éste (Jesús) es el que bautiza en el Espíritu Santo."
Jn 3, 21: "Pero el que obra la verdad viene a la luz, para que sus obras sean manifestadas, pues están hechas en Dios."
Jn 4, 24: "Dios es Espíritu, y los que le adoran han de adorarlo en espíritu y verdad".

Bautismo por el que se nos perdonan los pecados y nos redime (libera) de la culpa del pecado original.
Nuestra tendencia al pecado nos hace volver a pecar. Mediante el perdón por el sacramento de la confesión, por la Sangre de Cristo, volvemos a renacer, a ser engendrados para la salvación. El Señor renueva todas las cosas. Se lavan los pecados por el Cordero de Dios que quita los pecados del mundo. El hijo muerto, perdido, vuelve a la casa del Padre. (Lc 15, 32). Hay fiesta por un solo pecador que se convierta.
Agua y harina amasada crea la masa, la comunidad. Común- unidad en Cristo.
Si llevase levadura (las obleas son panes ácimos) sería Cristo que hace fermentar la masa, multiplicar panes y peces. (Mt 13, 33; Lc 13, 20). Sin Cristo no hay pesca, salvación (Jn 21, 3; Lc 5, 5). Que seamos panes partidos que se multiplican por la Gracia de Dios, que atrae a los pececillos (los panes son alimento, cebo) hacia la salvación. (Mt 14, 19; Mc 6, 41; Lc 9, 16; Jn 6, 11); (Mt 15, 32; Mc 8, 1).
Fermento es también toda persona que ha dado un buen ejemplo para seguir las huellas de Cristo, hacer el bien por el reino. Alienta, anima, aúna, impulsa a otros para que el reino crezca.
I Co 5,8 Celebremos, entonces, nuestra Pascua, no con la vieja levadura de la malicia y la perversidad, sino con los panes sin levadura de la pureza y la verdad.
La sal es lo que da sabor, es también conservante. (Mt 5, 13; Mc 9, 50; Lc 14, 34). Las obleas no la llevan.
La sal lo que nos indica es que el agua recibida en el bautismo no ha de quedar estancada (se pudra), la sal no debe perder su sabor. (Mt 5, 13; Mc 9, 50; Lc 14, 34). Hay que cumplir el mandato del Señor: ir por todo el mundo y proclamar el Evangelio, tomar la cruz y seguir a Cristo. (Mt 28, 16; Lc 16, 15; Mc 24, 44). Hacer que esa agua bautismal recibida se convierta en vino, alumbrar en un mundo en tinieblas; completar la pasión de Cristo en su Cuerpo que es la Iglesia. De la Palabra, obra. A los que así hacen en su Nombre, les acompañarán los signos que el Señor profetizó en su Ascensión. Hacer lo que Él hizo e incluso cosas mayores para que Cristo fuese glorificado (manifestaciones milagrosas por ejemplo (Jn 14, 12)).
Algunos panes llevan también aceite de oliva, las tortas por ejemplo. El aceite representaría la unción. Recibir y ser unción para los demás. Se unge en el sacramento del Bautismo con la unción de la Salvación que nos fortalece contra el mal con el poder de Cristo Salvador para hacernos templos del Espíritu Santo, el crisma de Salvación que nos consagra y nos une más a Cristo sacerdote, profeta y rey; en el sacramento de la Confirmación en el que se recibe en plenitud el Espíritu Santo y para el sacramento del Orden presbiteral y episcopal. La unción de enfermos para aquellos que no se encuentren bien de salud, ancianos, que vayan a tener una operación de riesgo o en peligro de fallecer. El buen samaritano ungió con aceite y vino. (Lc 10, 34)
Nos queda el fuego (el calor), el Espíritu Santo que liga todo, el Amor, el que hace que la masa se haga pan, partido para los demás, Cuerpo de Cristo.
Unos con y por otros, Dios con todos.
De ahí la importancia de los Sacramentos que son acciones del Espíritu Santo, son vida y nos hacer participar de la vida divina.
Col 3, 14-15:    Procurad el amor, que es el ceñidor de la unidad consumada. Que la paz de Cristo actúe de árbitro en vuestro corazón; a ella habéis sido convocados, en un solo cuerpo. Y sed agradecidos.
La cabeza de este cuerpo: Jesús, el único Camino, Verdad y Vida.
Allí donde estés amasa harina y agua. Por ejemplo un hospital. Haz pan para ofrecer al Señor con los enfermos, familiares y allegados, sanitarios, servidores religiosos, sociales, administrativos, de seguridad, alimentación, limpieza, mantenimiento, conductores... para que sirvan a Dios y especialmente a los que más lo necesitan, los que sufren, los enfermos. Que sean pan partido para los demás.
¿Estás en una estación? Coge varios cereales, con su harina y el agua, haz tu pan. Los conductores de los medios de transporte y servicios, responsables del funcionamiento y operativa, controladores, encargados del mantenimiento de vehículos o naves, instalaciones y vías, los viajeros que esperan, llegan y los que se van. Así como los acompañantes o los que pasan o están por ahí; los que velan por la seguridad, limpieza, administrativos, taquillas, consignas, comercios, servicios, urgencias, sanitarios. Sé una bendición para ellos y guarda. Incluye a los buenos espíritus, la comunión de los santos que nos protejan, ayuden, intercedan, auxilien. Los que puedan sufrir un accidente o estén en peligro. Y también incluso con aquellos cuya intención sea perturbar o atentar para que esto no se produzca: se arrepientan, fracasen en su tentativa, sean descubiertos, se entreguen o sean entregados o interceptados. También los que tengan intención de atentar contra sí mismos. Que nos ayuden los que sufrieron algo semejante y ya no están con nosotros. El Señor los libere del mal, la posesión, el lavado de cerebro.
En situaciones extremas, que los sacramentos (Cristo a través del Espíritu) lleguen a quienes lo necesiten y que las personas se conviertan en unción. Unos por otros, Dios con todos.
Que el Espíritu Santo descienda y predomine el amor y la paz. Que el pan se convierta en un solo cuerpo en el que Cristo sea la única cabeza.
Jn 3, 16-17: «Tanto amó Dios al mundo que le dio a su Hijo único, para que todo el que crea en él no perezca, sino que tenga vida eterna. Dios no envió a su Hijo al mundo para condenarlo, sino para salvarlo por medio de él».
Se trata de formar parte de las obleas, el pan, que se convertirá en el Cuerpo de Cristo. Y rogar para que en las mismas estén seres queridos y allegados, los que te rodean, o cualquier ser humano especialmente los que puedan tener alguna necesidad, para mayor Gloria de Dios y salvación del mundo.
Cristo y su Palabra están vivos y han de ser vivificados por el Reino. Los Sacramentos también.
Rm 12, 1-2: Os exhorto, por la misericordia de Dios, a presentar vuestros cuerpos como hostia viva, santa, agradable a Dios; éste es vuestro culto razonable. Y no os ajustéis a este mundo, sino transformaos por la renovación de la mente, para que sepáis discernir lo que es la voluntad de Dios, lo bueno, lo que agrada, lo perfecto.

Las tinajas de la boda de Caná. Dones de María.

El mejor camino para llegar a Cristo, el Salvador y Redentor es María.
Vayamos a las bodas de Caná de Galilea donde la patrona María provocó el milagro de Jesús de convertir el agua en vino.
Debemos hacer que el agua recibida en el Bautismo, fructifique en el Señor y se convierta en uva y de ahí en vino. Sacrificio. Hostias vivas (Rm 12).
El sacramento del matrimonio es símbolo de la consagración, de la fidelidad, el respeto, el amor, la unidad.
El Señor se fijó en la humildad de su sierva (Lc 1, 48). Ella está llena de Gracia. El Señor está con Ella. (Lc 1, 28). Y Ella se considera sierva, esclava, consagrada a su Señor. La otorgó varios dones. De la mano de María caminamos hacia el Señor, único Camino, Verdad y Vida. De la mano de José y María, Jesús alcanzó la madurez.
1ª vasija: Inmaculada. Somos inmaculados tras el Bautismo. El Señor nos libera del pecado original. Morimos al pecado, resucitamos con Cristo como hijos de Dios.
2ª vasija: Siempre virgen. Nuestra tendencia al pecado hace que volvamos a caer. Con el sacramento de la Confesión, el Señor nos perdona los pecados cometidos. Por la Vida, Muerte y Resurrección de Cristo, volvemos a renacer, el Señor renueva todas las cosas. Somos engendrados de nuevo para la vida eterna.
Dios perdona siempre y no lleva cuentas del mal, desmemoriado tras el perdón. Misericordioso.
Aunque el pecado nos ha llagado, debemos procurar que si esas llagas se abren no supuren (culpabilidad, rencor..), sino que sean unción para los demás, como las llagas de nuestro Señor, que por sus santas llagas nos ha salvado. Convertir el mal, en bien.
Virginidad es también el echar fuera el mal, todo aquello que nos pueda apartar o alejar del Señor. Intentar ser puros, castos, bien intencionados, haciendo el bien siempre. No debe ser entendido con alejarse del pecador, Jesús vino a salvar lo que estaba perdido, a buscar a la oveja perdida, a sanar al enfermo, a estar entre pecadores que precisan de salvación y mediante esta entrega ser salvados por el Señor.
Para alcanzarla: humildad, sencillez, pobreza, obediencia (al Señor, a hacer el bien).
3ª vasija: Madre. Amar a los demás como Él nos amó. ¿Hay ejemplo de amor más grande que el de una madre o un padre? Ellos son una buena guía, ejemplo para acercarnos al amor de Jesús por la humanidad. Cada persona es importante, es su hij@. El Señor es el Creador. Ama a cada ser con ternura y delicadeza.
4ª vasija: Mediadora, Auxiliadora, Abogada. El amor disculpa sin límites. Mediar, auxiliar, ser abogados de cualquier ser humano independientemente quien sea. Caridad.
I Co 13, 4-7:    El amor es paciente, afable; no tiene envidia; no presume ni se engríe; no es mal educado ni egoísta; no se irrita, no lleva cuentas del mal; no se alegra de la injusticia, sino que goza con la verdad. Disculpa sin límites, cree sin límites, espera sin límites, aguanta sin límites.
5ª vasija: Corredentora. Ir más allá. Siguiendo a Cristo ser el siervo sufriente que carga con el pecado, la enfermedad, los dolores y sufrimientos de los demás Isaías 53, 1. Crucificarse con Cristo. Identificación, enamorarse de Cristo, dar la vida por Dios y por la salvación. Completar la pasión de nuestro Señor. La Cruz es la puerta del Cielo, desde allí nos asemejamos al Señor. Sufrimiento injusto para hacer justicia. Redimir, salvar en Cristo.
6ª vasija: Asunta. Irradiar al Señor. Ser como el espejo que refleja la Luz del Señor. (Mt 5, 14). "Ven, sé mi luz fue la llamada de Jesús a la Madre Teresa de Calcuta":
"Sé mi luz" es la llamada constante del Corazón de Jesús a cada uno de nosotros, tal y como la sentimos resonar hoy mediante la voz de la Iglesia: "Un nuevo siglo, un nuevo milenio se abren a la luz de Cristo, pero no todos pueden ver esta Luz. Nuestra maravillosa y exigente misión es la de ser su "reflejo" ... Cristo mismo … pidió a sus discípulos que fuesen la luz del mundo. (Mt. 5,14)" (N.M.I. 64)
- Todos los cristianos estamos llamados a ser la irradiación del amor de Dios en la oscuridad de la pobreza y del dolor actual o, como diría Madre Teresa, a ser "portadores del amor de Dios". (Nota: Texto copiado y pegado)

La luz del Evangelio

Doy gracias a Dios por permitirme contemplar tanta sabiduría y poder compartirla. Los errores solo son imputables a mi pobre condición de pecador. Quédate con lo mejor. De los brochazos consigue pinceladas delicadas. Coge el barro y haz otra vasija o perfila todo aquello que Dios quiso transmitirme y no estropeé o no fui capaz de comunicar bien.
M o t i v a.
¿No vas a amar al que tanto te ama?
Coge los Evangelios y procura leer todos los días, un poquito. Coge el Rosario y contempla, mejor ante el Santísimo. Ve a misa, si puedes, todos los días. Lee las lecturas de la misa antes, la noche anterior. Ama la Eucaristía.
La dicha está en servir a Dios. No hay nada mejor.





El sueño del cardenal Van Thuân
Bendito y alabado sea el Santísimo Sacramento
Monseñor Van Thuân en los ejercicios espirituales del año 2000 al Papa Juan Pablo II y a sus colaboradores de la Curia Romana:
Sueño una Iglesia que sea Puerta Santa, que abrace a todos, que esté llena de compasión y comprensión por todos los sufrimientos de la humanidad. Sueño una Iglesia que sea pan, Eucaristía, que sea don y dejarse comer por todos, para que el mundo tenga vida en abundancia. Sueño una Iglesia que lleve en su corazón el fuego del Espíritu Santo, pues allí donde está el Espíritu hay libertad, diálogo sincero con el mundo, discernimiento de los signos de nuestros tiempos. La doctrina social de la Iglesia, instrumento de la evangelización, nos ayuda a hacer este discernimiento en los cambios sociales de hoy.
......
«Concluyo con un sueño --dijo monseñor Van Thuân--: en él la Curia romana es como una gran hostia, en el seno de la Iglesia, que es como un gran Cenáculo. Todos nosotros somos como granos de trigo que se dejan moler por las exigencias de la comunión para formar un solo cuerpo, plenamente solidarios y plenamente entregados, como pan de vida para el mundo, como signo de esperanza para la humanidad. Un solo pan y un solo cuerpo».

Romanos 12
1 Os exhorto, pues, hermanos, por la misericordia de Dios, que ofrezcáis vuestros cuerpos como una víctima viva, santa, agradable a Dios: tal será vuestro culto espiritual.
21 No te dejes vencer por el mal; antes bien, vence al mal con el bien.

Bendito sea Jesús, en el Santísimo Sacramento del Altar

VEN A ADORAR Y TRAE A TODOS TUS HERMANOS


Enlace a la Adoración Eucarística Perpetua en España      http://adoracionperpetua.info

       Que en nuestra oración de hoy encuentre un lugar especial toda la iglesia. Que lo encuentre toda la humanidad, especialmente los más necesitados, los que más sufren, los más olvidados, los que nadie escucha porque no tienen voz.
       Vamos a recordar los gestos en la última Cena. Recordamos sus Palabras, para que no se nos olviden y sean luz y vida para nosotros.
       Jesús se hizo pan partido para toda la humanidad y nos invita a hacernos como Él, pan partido.

       Y Jesús dijo:
"Si el grano de trigo no cae en la tierra no dará fruto".

       Caer en la tierra es morir, caer en la tierra es germinar, es dar fruto, es darte, entregarte, dar la vida para que haya más vida.

Antífona: Si el grano de trigo no muere en la tierra es imposible que nazca fruto. Aquel que da su vida para los demás tendrá siempre al Señor.

       Y Jesús dijo:
"No hay mayor amor que dar la vida por los amigos".

       Ser don para los demás implica olvidarse de uno mismo y vivir a favor de los demás.

Antífona: Si el grano de trigo no muere en la tierra es imposible que nazca fruto. Aquel que da su vida para los demás tendrá siempre al Señor.

       Y Jesús dijo:
"Yo soy el Pan de vida"

       Y Jesús se hizo pan para enseñarnos a hacer fraternidad, hacer paz, crear unión, amar. Jesús se hace pan partido, repartido, compartido para toda la humanidad.

Antífona: Si el grano de trigo no muere en la tierra es imposible que nazca fruto. Aquel que da su vida para los demás tendrá siempre al Señor.

Oración: (Leemos muy despacio)
+NO ES FÁCIL HACERSE PAN:

. HACERSE PAN SIGNIFICA que ya no puedes vivir para ti mismo, sino para los demás. Que ya no puedes poseer nada: ni cosas, ni tiempo, ni talentos. Todo lo tuyo es "DE" y "PARA" los demás.

. HACERSE PAN SIGNIFICA que tienes que estar DISPONIBLE. Que tienes que tener PACIENCIA Y MANSEDUMBRE. Como el pan, que se deja AMASAR, COCER Y PARTIR.

. HACERSE PAN SIGNIFICA que debes ser HUMILDE, como el pan, que no está en la lista de platos exquisitos. Está, ahí siempre, para ACOMPAÑAR.

. HACERSE PAN SIGNIFICA que debes cultivar la TERNURA Y LA BONDAD, porque así es el pan... TIERNO Y BUENO

. HACERSE PAN SIGNIFICA que debes VIVIR siempre en el AMOR más grande. Capaz de MORIR... para dar la VIDA.

ADORAR A CRISTO EUCARISTÍA
       Vamos a adorar a ese Dios, cuyo SER, es "amor que se desborda". Dios es bueno como el pan, tierno como el pan, generoso como el pan. Jesús se deja comer como el pan, alimenta nuestras vidas como el pan, fortalece a los débiles como el pan, une a los comensales como el pan. (Silencio de adoración).
(Leemos todos)

Jesús fuente de todo amor,
Que te hiciste pobre con los pobres, hermano de todos y consuelo de los afligidos, enséñanos a hacernos pan para los demás.

Jesús, fuente de amor, que diste de comer a la humanidad hambrienta, que amaste a los niños, te compadeciste de los que sufrían y socorriste a los que te necesitaban, enséñanos a hacernos pan para los demás.

Jesús fuente de amor enséñanos tu compartir y tu solidaridad, para que vivamos amando y compartiendo, siendo solidarios, creando paz. Enséñanos a hacernos pan para los demás.

Señor Jesús, Tú que estás en el drogadicto, en el alcohólico, en el parado, en el niño abandonado, en el explotado y oprimido, en el inmigrante y en el marginado, despierta en nosotros un corazón grande y haznos pan partido para los demás.

Tomado de hoja recogida en iglesia en Semana Santa

Sé grano de trigo, pan para nuestro Señor y para tus hermanos.
Sigue a Jesús: camino, verdad y vida.
Sé humilde como la cananea para que el Señor te pueda decir: "Grande es tu Fe".
Que el Señor te bendiga junto a nuestra Madre celestial y sienta su Gloria en ti.

Todo el pueblo se hacía bautizar, y también fue bautizado Jesús. Y mientras estaba orando, se abrió el cielo y el Espíritu Santo descendió sobre él en forma corporal, como una paloma. Se oyó entonces una voz del cielo: «Tú eres mi Hijo muy querido, en quien tengo puesta toda mi predilección». (Lucas 3, 21-22)
Los Sacramentos son 7: Bautismo, Confirmación, Eucaristía, Penitencia, Unción de enfermos, Orden sacerdotal y Matrimonio.
Vivifícalos ante el Altar. ¿Qué son los Sacramentos? Toma tu Biblia y lee:
Mateo 3, 16 Bautizado Jesús, salió luego del agua; y en esto se abrieron los cielos y vio al Espíritu de Dios que bajaba en forma de paloma y venía sobre él.
17Y una voz que salía de los cielos decía: «Este es mi Hijo amado, en quien me complazco».

Juan 1, 32Y Juan dio testimonio diciendo: «He visto al Espíritu que bajaba como una paloma del cielo y se quedaba sobre él»....
33Y yo no le conocía pero el que me envió a bautizar con agua, me dijo:
«Aquel sobre quien veas que baja el Espíritu y se queda sobre él, ése es el que bautiza con Espíritu Santo».
34Y yo Le he visto y doy testimonio de que éste es el Elegido de Dios».

Conságrate en el Cuerpo de Cristo. Entrega tu ser como Él entrega su Cuerpo por nosotros.
Haz de tu consagración obra en la Sangre de Cristo que se derrama por nosotros para el perdón de los pecados. Tu vida, sufrimientos, tu pasión, el bien que hagas y el mal que evites, en unión al Redentor.
Consagra a tu hijo que va a hacer la primera comunión, o recibir la confirmación, o a tu familiar anciano o enfermo que va a recibir la unción en el Cuerpo de Cristo.
Obra en consecuencia en la Sangre de Cristo. Tu vida, el bien que le hagas o el mal que le evites en unión al Redentor.
Y tu: padre, hermano, amigo; cuando ruegues al Señor para que santifique los dones con la efusión de Su Espíritu, pide para que ocurra en cada uno de nosotros: nos convirtamos en Cuerpo y Sangre de Cristo, para servir en la salvación.
Jesús se encarne, habite en nosotros.
Porque el Amor, con amor se paga.
Jn 17, 18-19 "Como tú me has enviado al mundo, yo también los he enviado al mundo.

Y por ellos me santifico a mí mismo, para que ellos también sean santificados en la verdad".

Dichosos nosotros si llevamos a la práctica lo que escuchamos y cantamos. Porque cuando escuchamos es como si sembráramos una semilla, y cuando ponemos en práctica lo que hemos oído es como si esta semilla fructificara.
De los sermones (23A) de san Agustín Segunda lectura del oficio de lectura para el domingo XXII

¡¡¡ SED HOSTIAS VIVAS !!!

Romanos 12
1 Os exhorto, pues, hermanos, por la misericordia de Dios, que ofrezcáis vuestros cuerpos como una víctima viva, santa, agradable a Dios: tal será vuestro culto espiritual.
2 Y no os acomodéis al mundo presente, antes bien transformaos mediante la renovación de vuestra mente, de forma que podáis distinguir cuál es la voluntad de Dios: lo bueno, lo agradable, lo perfecto...
21 No te dejes vencer por el mal; antes bien, vence al mal con el bien.

Santísima Trinidad, Padre, Hijo y Espíritu Santo, te adoro profundamente y te ofrezco el Preciosísimo Cuerpo, Sangre, Alma y Divinidad de Nuestro Señor Jesucristo, presente en todos los Sagrarios del mundo, en reparación por los ultrajes, sacrilegios e indiferencias con que Él mismo es ofendido. Y por los méritos infinitos de su Sagrado Corazón y del Corazón Inmaculado de María te pido la conversión de los pobres pecadores. ¡¡¡Ofrécete tu también en el Altar!!!
San Juan 6, 53-57 Jesús les dijo: "Yo les aseguro:
Si no comen la carne del Hijo del hombre y no beben su sangre, no podrán tener vida en ustedes. El que come mi carne y bebe mi sangre, tiene vida eterna y yo lo resucitaré el último día.
Mi carne es verdadera comida y mi sangre es verdadera bebida.
El que come mi carne y bebe mi sangre, permanece en mí y yo en él. Como el Padre, que me ha enviado, posee la vida y yo vivo por Él, así también el que me come vivirá por mí.

Pero más adelante dice:
Jn 6, 63 ..la carne no sirve de nada. Las palabras que les he dicho son espíritu y son vida.
Al Señor hay que aceptarle tal cual es. Como su Palabra hecha carne. No como quisiéramos o nos interesa que sea.
Es como un contrato de adhesión. O le dices que sí, o que no. No vale término medio.
Puedes decir: Sí, creo en Él. Pero no basta.
Es necesario también seguirle.
Ser consecuente.
Hacer lo que hacía Él.
Completar lo que falta de su Pasión.
En definitiva, hacer la voluntad del Padre.
Ir por el Camino, la Verdad y la Vida que es Él.
Dar la Vida si es preciso. Día a día, o de golpe.
Por eso, la carne no aprovecha sin el espíritu, la vida, la sangre.
Beber el cáliz del Señor.
Por eso dice Jesús:

Mateo 7, 21 «No todo el que me diga: "Señor, Señor, entrará en el Reino de los Cielos, sino el que haga la voluntad de mi Padre celestial".
Y la aceptación a Jesús es extensiva a cada uno de nosotros.
Nos ha creado por amor y su mandato es que nos amemos los unos a los otros.
Pues Jesús en Jn 13, 20 indica que el que recibe al que Él envía, le recibe a Él, al Señor.
Así que acepta a tu hermano tal cual es.
Si no te expondrás a la acción del maligno.
Nada te turbe.
Vivifica los Sacramentos.
Conságrate en el Cuerpo de Cristo.
Ámale, adórale, adhiérete a Él.
Y… en la Sangre de Cristo, además de amarle, adorarle y adherirte a Él, ponte a su disposición para hacer la voluntad del Padre.
La misión, tu misión, que ninguna otra persona podrá hacer más que tú.
Porque tú también eres su elegido.
Siguiendo a Cristo.
Jn 17, 17 «Santifícalos en la verdad: tu palabra es verdad. Como tú me enviaste al mundo, así los envío yo también al mundo. Y por ellos me consagro yo, para que también se consagren ellos en la verdad»
El Amor solo llega a su plenitud, a su razón de ser y existir en el Señor.
San Agustín dice: "Nos has hecho para ti, y nuestro corazón no halla sosiego hasta que descanse en ti".
Solo en Dios podemos encontrar la plenitud en el amor, porque Él es el Amor.
Un ejemplo. El matrimonio únicamente alcanza su plenitud en su consagración a Dios de donde dimana la fidelidad, el respeto, el AMOR.
Por nuestras propias fuerzas nunca alcanzaremos esa fidelidad, respeto y amor.
Jn 17, 3 Esta es la vida eterna: que te conozcan a ti, el único Dios verdadero, y al que tú has enviado, Jesucristo. ¿A qué se refiere? Al AMOR, que ya antes de la Creación existía entre Padre e Hijo. Y por amor fue creado el mundo, el hombre y la mujer. Pero pecaron. Por lo que el Hijo se encarnó en la Virgen María para que por su vida, pasión, muerte y resurrección consigamos la redención y la salvación, para que aquel que le acoja, se convierta en hijo de Dios, amado como lo es Cristo por el Padre, y para que terminada esta vida, conozca ese Amor.
Jn 17, 22 Yo les he dado la gloria que tú me diste, para que sean uno como nosotros somos uno: 23 yo en ellos y tú en mí, para que sean perfectamente uno, y el mundo conozca que tú me has enviado y que los has amado a ellos como me has amado a mí. 24 Padre, los que tú me has dado, quiero que donde yo esté estén también conmigo, para que contemplan mi gloria, la que me has dado, porque me has amado antes de la creación del mundo.
Antes de que nacieses, que Le conocieses, Él te ama. Nunca es tarde.
Acude a los Sacramentos que son manifestación del poder de Dios que perdona, redime, consagra, auxilia, fortalece, cura…..AMA.
Son una Caridad del Señor para con nosotros.
El Cuerpo es el que es. La Sangre, la que se derrama.
Acuérdate del rico. Había hecho un Dios a su medida, pensaba que cumplía los mandamientos. Mt 19,16; Mc 10,17; Lc 18,18. Orgulloso quizás esperaba el aplauso.
Y… la maravillosa respuesta de Jesús. Ningún reproche.
No se puede servir a Dios y al dinero.
II Corintios
La luz del Evangelio

4 1 Por eso, investidos misericordiosamente del ministerio apostólico, no nos desanimamos 2 y nunca hemos callado nada por vergüenza, ni hemos procedido con astucia o falsificando la Palabra de Dios. Por el contrario, manifestando abiertamente la verdad, nos recomendamos a nosotros mismos, delante de Dios, frente a toda conciencia humana. 3 Si nuestro Evangelio todavía resulta impenetrable, lo es sólo para aquellos que se pierden, 4 para los incrédulos, a quienes el dios de este mundo les ha enceguecido el entendimiento, a fin de que no vean resplandecer el Evangelio de la gloria de Cristo, que es la imagen de Dios. 5 Porque no nos predicamos a nosotros mismos, sino a Cristo Jesús, el Señor, y nosotros no somos más que servidores de ustedes por amor de Jesús. 6 Porque el mismo Dios que dijo: «Brille la luz en medio de las tinieblas», es el que hizo brillar su luz en nuestros corazones para que resplandezca el conocimiento de la gloria de Dios, reflejada en el rostro de Cristo.
Tribulaciones y esperanzas del ministerio apostólico
7 Pero nosotros llevamos ese tesoro en recipientes de barro, para que se vea bien que este poder extraordinario no procede de nosotros, sino de Dios. 8 Estamos atribulados por todas partes, pero no abatidos; perplejos, pero no desesperados; 9 perseguidos, pero no abandonados; derribados, pero no aniquilados. 10 Siempre y a todas partes, llevamos en nuestro cuerpo los sufrimientos de la muerte de Jesús, para que también la vida de Jesús se manifieste en nuestro cuerpo. 11 Y así aunque vivimos, estamos siempre enfrentando a la muerte por causa de Jesús, para que también la vida de Jesús se manifieste en nuestra carne mortal. 12 De esa manera, la muerte hace su obra en nosotros, y en ustedes, la vida.
13 Pero teniendo ese mismo espíritu de fe, del que dice la Escritura: Creí, y por eso hablé, también nosotros creemos, y por lo tanto, hablamos. 14 Y nosotros sabemos que aquel que resucitó al Señor Jesús nos resucitará con él y nos reunirá a su lado junto con ustedes. 15 Todo esto es por ustedes: para que al abundar la gracia, abunde también el número de los que participan en la acción de gracias para gloria de Dios.
16 Por eso, no nos desanimamos: aunque nuestro hombre exterior se vaya destruyendo, nuestro hombre interior se va renovando día a día. 17 Nuestra angustia, que es leve y pasajera, nos prepara una gloria eterna, que supera toda medida. 18 Porque no tenemos puesta la mirada en las cosas visibles, sino en las invisibles: lo que se ve es transitorio, lo que no se ve es eterno.



SACRAMENTOS
Afirmar que los sacramentos dispensan la vida divina significa reconocer que más que acciones de los que los celebran, son acciones del Espíritu Santo, que actúa en el Cuerpo de Cristo, que es la Iglesia. Todo lo que se somete a la fuerza del Espíritu se transforma en vida. La gracia, para el cristiano, no es otra cosa, en definitiva, que la participación de la vida divina, don gratuito de Dios.
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