Revestirse de Cristo

«Esto corruptible tiene que vestirse de incorrupción, y esto mortal tiene que vestirse de inmortalidad»
Aunque estas vestiduras son sacerdotales, puedes transformarlas en tus propias vestiduras, adaptándolas al trabajo, voluntariado y/o servicio que realices. Así, por ejemplo, el casco, el gorro, la cofia, el pañuelo en la cabeza, el capirote.. podría equivaler al amito, que antiguamente era una capucha. Mirada al frente, al Camino, la Verdad y la Vida que es Jesús, hacer el bien, amar, sin desviarse a izquierda ni a derecha, hacer el bien sin mirar a quien dice el refranero.
El alba sería la vestidura que nos imponen tras el bautismo y la unción con el crisma: "La vestidura blanca nos recuerda la inocencia que el Bautismo nos ha devuelto. Esforcémonos por vivir en esa pureza de vida y por preservarla". El celebrante dice: "Sois ya hombres nuevos y habéis sido revestidos de Cristo. Que esta vestidura blanca sea signo de vuestra dignidad, y con la ayuda de la palabra y el ejemplo de vuestros familiares logréis mantenerla inmaculada hasta la Vida eterna". Ropa interna limpia de las manchas del pecado, purificada con la sangre del Cordero.
Un paño, algodones para limpiar el sudor, el pañuelo,... al manípulo. Sangre, sudor y lágrimas enjugadas por el amor y el sacrificio, la cruz tiene recompensa, es puerta del Cielo.
El distintivo, el fonendoscopio, la placa, la medalla, el cordón al cuello.... a la estola. Dignidad, autoridad y responsabilidad del servicio, somos parte de un Cuerpo. El mal o el bien que hagamos afecta a todos, primero los de mi mismo trabajo o servicio. Los flecos indican las almas que dependen de ti en cuanto a tu autoridad. El Calvario es nuestro destino, la cruz es la puerta del cielo, con amor y sacrificio hacer el bien.
El cinturón, la faja del costalero, el ceñidor.... al cíngulo. Vencer las tentaciones con la ayuda de Dios. Sacrificio y penitencia. Los flecos serían las almas que dependen de ti por tus sacrificios, el bien que las haces por tu vocación de servicio.
El hábito, uniforme, túnica, chaqueta, mono de trabajo, bata, pijama .... la casulla en la que en el pecho se lleva el amor a Dios, y en la espalda el amor al prójimo. Tienda abierta a todo el mundo para que more la Santísima Trinidad, convirtiéndonos en sagrario del Señor. Dad paz, amor y descanso.
Otra posibilidad es poner encima de las vestiduras sacerdotales llevadas espiritualmente, en tu interior, la vestimenta de tu ocupación.
Por el bautismo somos partícipes del sacerdocio de Cristo. Revístete de Cristo. Te hará bien, harás el bien. Santifican.







Amito



Alba



Manipulo



Estola



Cíngulo



Casulla



Anillo




























VESTIMENTA
1-Amito
Simbolismo: defensa contra las tentaciones diabólicas y la moderación de las palabras.
Oración: Pon, Señor, sobre mi cabeza el yelmo de salvación para rechazar los asaltos del enemigo.
Nos recuerda que hemos de defendernos de los enemigos de nuestras almas.
Significado: el lienzo con que fue cubierto el rostro de Jesús.
2- Alba
Simbolismo: La pureza del alma lavada por el bautismo. Místicamente nos recuerda la pureza de corazón que ha de poseer el que la lleva, Oración: Hazme puro, Señor, y limpia mi corazón, para que, santificado por la sangre del cordero, pueda gozar de las delicias eternas.
Significado: el alba significa la vestidura blanca que le hizo poner Herodes.
3- Manípulo
Espiritualmente: nos recuerda las buenas obras y que los trabajos y el dolor ofrecidos a Dios serán espléndidamente recompensados.
Oración: Merezca, Señor, llevar el manípulo del llanto y del dolor, para poder recibir con alegría el premio de mis trabajos.
Significado: las ataduras de las manos al ser azotado Nuestro Señor.
4- Estola
Simbolismo: la autoridad sacerdotal.
Espiritualmente: recordarnos la dignidad de hijos de Dios que desgraciadamente perdimos por el pecado de Adán y Eva, y así, al ver que el sacerdote, que es nuestro representante ante el Altísimo, lleva la estola puesta, podemos gozosamente contar con que la divina gracia nos devolverá aquella dignidad y herencia que le corresponde, es decir, la eterna Gloria. La Iglesia hace pedir, al imponérsela el Sacerdote, la inmortalidad, perdida por el pecado, y el premio de nuestro último y feliz destino.
Oración: Devuélveme, Señor, la estola de la inmortalidad, que perdí con la prevaricación del primer padre, y aún cuando me acerque, sin ser digno, a celebrar tus sagrados misterios, haz que merezca el gozo sempiterno.
Significado: las sogas con que Nuestro Señor fue arrastrado al Calvario.
6- Cíngulo
Castidad.
Espiritualmente: La necesidad de luchar contra las bajas pasiones de la carne.
Oración: Cíñeme, Señor, con el cíngulo de la pureza, y apaga en mis carnes el fuego de la concupiscencia, para que more siempre en mí la virtud de la continencia y castidad.
Significado: las cuerdas con que fue atado Nuestro Señor en el huerto de los Olivos.
7- Casulla
Simbolismo:  el yugo de Cristo y significa caridad. 
Significado: tienda.
Espiritualmente: nos recuerda el suave yugo de la ley del Señor.
Oración: Señor, que has dicho: "Mi yugo es suave y mi carga ligera", haz que lo lleve de tal modo, que consiga tu gracia. Amén.
Significado: el vestido de púrpura puesto a Jesús cuando le trataron en son de burla como rey.
Las dos caras de la casulla figuran el amor a Dios y el amor al prójimo, que son una única virtud. El sacerdote es el representante sobre la tierra del amor de Jesucristo, vicarius amoris Christi. Lo que distingue al buen pastor es un amor generoso, magnánimo. Servir a Dios e inmolarse por Él, hacer bien al prójimo y consagrarse a él: esa es la vocación del sacerdote. En cuanto al amor del prójimo, figurado por la parte posterior de la casulla, el sacerdote lo ejerce sobre todo en la administración del sacramento de la penitencia. Pero para purificar al pecador de sus faltas y reconciliarlo con Dios, el sacerdote debe ser él mismo de una virtud sólida y agradable a Dios por su santidad.
9- Dalmática
El diácono dice: "Revestidme, Señor, con el ornamento de salvación y con el vestido de gozo; y cubridme siempre con la dalmática de la santidad".
El subdiácono: "Que el Señor me revista con la túnica del gozo y con el ornamento de la alegría"
Anillo Pastoral:
Que tenga un anillo en el dedo, para que pueda decir por la voz de la esposa: "Nuestro Señor Jesucristo  ha puesto el anillo como signo de alianza" No sólo deberá llevarlo como muestra de fidelidad, sino principalmente  para demostrar que  vela para dar a Cristo como único esposo, a las almas que le fueron encomendadas. Dice el apóstol:  Yo os ligué a mi esposo  para presentaros a Cristo como virgen pura. Lo utilizan Obispos y Arzobispos.

El Papa Benedicto XVI interpreta los ornamentos litúrgicos para explicar la esencia del ministerio sacerdotal
Misa Crismal, 5 Abril, 07
“Es esto lo que sucede en el bautismo: nosotros nos revestimos de Cristo, Él nos entrega sus vestidos pero éstos no son una cosa externa. Significa que entramos en una comunión existencial con Él, que su ser y el nuestro confluyen y se compenetran mutuamente”
“Esta teología del Bautismo retorna de modo nuevo y con una nueva insistencia en la Ordenación sacerdotal. Como en el Bautismo se realiza un 'cambio de vestidos', un cambio en el destino, una nueva comunión existencial con Cristo, así también en el sacerdocio se produce un intercambio: en la administración de los Sacramentos, el sacerdote actúa y habla ahora 'in persona Christi' (en la persona de Cristo)”.
Así, en los Sacramentos “se hace visible de modo dramático aquello que el ser sacerdote significa en general; aquello que hemos expresado con nuestro 'Adsum – aquí estoy' durante la consagración sacerdotal: estoy aquí para que tú puedas disponer de mí”.
“En el momento de la Ordenación sacerdotal, la Iglesia nos ha hecho visible y tangible esa realidad de los 'nuevos vestidos' incluso externamente, mediante el ser revestidos con los ornamentos litúrgicos. En este gesto externo ella quiere hacernos evidente el evento interior y la tarea que nos viene de él: revestirnos de Cristo; entregarnos a Él como Él se entregó a nosotros”.
La vestimenta litúrgica y el sacerdocio
“Quisiera por tanto, queridos hermanos, explicar este Jueves Santo la esencia del ministerio sacerdotal interpretando los ornamentos litúrgicos que, precisamente, por su parte, quieren ilustrar qué cosa significa 'revestirse de Cristo', hablar y actuar 'in persona Christi'”
El amito “En el pasado, éste se colocaba primero en la cabeza como una especie de capucha, convirtiéndose así en un símbolo de la disciplina de los sentidos y del pensamiento necesaria para una justa celebración de la Santa Misa”.  “Los pensamientos no deben vagar aquí y allá detrás de las preocupaciones y las expectativas del día; los sentidos no deben ser atraídos de aquello que allí, al interior de la Iglesia, casualmente quisiera secuestrar los ojos y los oídos”. “Si yo estoy con el Señor, entonces con mi escucha, mi hablar y mi actuar, atraigo también a la gente dentro de la comunión con Él”.
El Alba El Papa recordó que las antiguas oraciones hacen referencia al vestido nuevo que el hijo pródigo recibió del padre; y por tanto, “cuando nos acercamos a la liturgia para actuar en la persona de Cristo nos damos cuenta de cuán lejos estamos de Él; cuanta suciedad existe en nuestra propia vida”.
Es la sangre del cordero, citado en el Apocalipsis, la que “a pesar de nuestras tinieblas, nos transforma en 'luz en el Señor'. Al ponernos el alba debemos recordarnos: Él también ha sufrido por mí. Es sólo porque su amor es más grande que todos mis pecados, que yo puedo representarlo y ser testigo de su luz”
El alba también recuerda “el vestido del amor” que deben llevar todos aquellos invitados al banquete del Novio, Jesucristo, para poder participar dignamente.
“Ahora que nos preparamos para la celebración de la Santa Misa, debemos preguntarnos si llevamos el hábito del amor. Pidamos al Señor que aleje toda hostilidad de nuestro interior, que nos quite todo sentido de autosuficiencia y que nos revista verdaderamente con las vestiduras del amor, para que seamos personas luminosas y no pertenecientes a las tinieblas”.
La casulla simboliza el yugo del Señor. “Llevar el yugo del Señor significa ante todo: aprende de Él. Estar siempre dispuestos a asistir a la escuela de Jesús. De Él debemos aprender la pequeñez y la humildad –la humildad de Dios que se muestra en su ser hombre”
“Algunas veces quisiéramos decirle a Jesús: Señor, tu yugo no es para nada ligero. Más bien, es tremendamente pesado en este mundo. Pero al mirarlo a Él que ha cargado con todo –que en sí ha probado la obediencia, la debilidad, el dolor, toda la oscuridad, entonces todos nuestros lamentos se apagan”.
“Su yugo es el de amar con Él. Y mientras más lo amamos, y con Él nos convertimos en personas que aman, más ligero se vuelve nuestro yugo aparentemente pesado”.
“Oremos para que nos ayude a ser junto con Él personas que aman, para experimentar así siempre más cuán bello es portar su yugo”

SACRAMENTO del ORDEN

Después de la lectura del evangelio:
· Presentación de los ordenandos por parte del rector del seminario. · Homilía del obispo.
· Se examina a los candidatos sobre sus disposiciones respecto al ministerio que van a recibir, y la promesa de obediencia al propio obispo y sucesores.
· Letanías de los santos con la oración “Exaudi nos” del Veronense. Terminan las letanías con este hermosa oración del obispo: “Escúchanos, Señor, Dios nuestro: derrama sobre este tu servidor la bendición del Espíritu Santo y la virtud de la gracia sacerdotal, para que la abundancia de tus dones acompañe siempre al que ahora te presentamos para ser consagrado. Por Cristo nuestro Señor. Amén”.
· Imposición de las manos en silencio por parte del obispo sobre la cabeza de los candidatos; lo mismo hacen los presbíteros que participan en el rito.
· La oración consecratoria: “Te pedimos, Padre todopoderoso, que confieras a este siervo tuyo la dignidad del presbiterado; renueva en su corazón el Espíritu de santidad; reciba de ti el sacerdocio de segundo grado y sea, con su conducta, ejemplo de vida”. Sean honrados colaboradores del orden de los obispos, para que por su predicación, y con la gracia del Espíritu Santo, la palabra del Evangelio dé fruto en el corazón de los hombres y llegue hasta los confines del orbe. Sean con nosotros fieles dispensadores de tus misterios, para que tu pueblo se renueve con el baño del nuevo nacimiento, y se alimente de tu altar; para que los pecadores sean reconciliados y sean confortados los enfermos. Que en comunión con nosotros, Señor, imploren tu misericordia por el pueblo que se les confía y en favor del mundo entero. Así todas las naciones, congregadas en Cristo, formarán un único pueblo tuyo que alcanzará su plenitud en tu Reino. Por nuestro Señor Jesucristo..
· Después algunos presbíteros colocan la estola en sentido presbiteral a cada uno de los ordenados y les revisten con la casulla.
· Luego, el obispo unge con el Santo Crisma las manos de los ordenados: “Jesucristo, el Señor, a quien el Padre ungió con la fuerza del Espíritu Santo, te auxilie para santificar al pueblo cristiano y para ofrecer a Dios el sacrificio”.
· Sigue la entrega a cada ordenado de la patena con pan y del cáliz con vino y un poco de agua, mientras dice: “Recibe la ofrenda del pueblo santo para presentarla a Dios. Considera lo que realizas e imita lo que conmemoras, y conforma tu vida con el misterio de la cruz de Cristo”.
· Finalmente, el obispo da la paz a cada uno de los ordenados: “La paz esté contigo”. Y el nuevo sacerdote responde: “Y con tu espíritu”.

Texto procedente de internet


Amito



Alba



Manipulo



Estola



Cíngulo



Casulla



Anillo




























Imagen procedente de internet, adaptada en tamaño y resolución para esta página. Es la "Imposición de la casulla a san Ildefonso" de Murillo. Fecha 1655/60.
Texto procedente de www.corazones.org\santos\ildefonso.htm
Milagro del encuentro con la Virgen
Una noche de diciembre, él (Ildefonso), junto con sus clérigos y algunos otros, fueron a la iglesia, para cantar himnos en honor a la Virgen María. Encontraron la capilla brillando con una luz tan deslumbrante, que sintieron temor. Todos huyeron excepto Ildefonso y sus dos diáconos. Estos entraron y se acercaron al altar. Ante ellos se encontraba María, La Inmaculada Concepción, sentada en la silla del obispo, rodeada por una compañía de vírgenes entonando cantos celestiales. María hízole seña con la cabeza para que se acercara. Habiendo obedecido, ella fijó sus ojos sobre él y dijo: "Tu eres mi capellán y fiel notario. Recibe esta casulla la cual mi Hijo te envía de su tesorería." Habiendo dicho esto, la Virgen misma lo invistió, dándole las instrucciones de usarla solamente en los días festivos designados en su honor.
Esta aparición y la casulla, fueron pruebas tan claras, que el concilio de Toledo ordenó un día de fiesta especial para perpetuar su memoria. El evento aparece documentado en el Acta Sanctorum como El Descendimiento de la Santísima Virgen y de su Aparición.
En la catedral los peregrinos pueden aun observar la piedra en que la Virgen Santísima puso sus pies cuando se le apareció a San Ildefonso.

Texto procedente de la web https://www.artehistoria.com/es/obra/san-ildefonso
"San Ildefonso escribió un libro en el que defendía la virginidad de María, por lo que la madre de Dios le recompensó con el regalo de una casulla ricamente decorada que habría de usar en sus fiestas. Murillo nos presenta el momento en el que María hace entrega de la casulla al santo, acompañado de una corte de ángeles y querubines en diferentes posturas, recurso muy empleado por los pintores para demostrar que saben situar a las figuras en el espacio pictórico. Junto a San Ildefonso aparece una señora mayor con una vela en la mano que posiblemente indicaría la devoción popular a la Virgen"
(Nota: el dogma de la Inmaculada Concepción fue decretado por la Iglesia católica en 1854; muchos años antes el pueblo ya consideraba este dogma de la concepción inmaculada (libre de pecado) de nuestra Madre celestial, así como el de la virginidad perpetua.
Que nuestra Madre te otorgue la vestimenta celestial de la tesorería de su Hijo, por servir de forma fiel, digna y honrada. Con amor vocacional.

Oficio de lectura del 3 de enero (santísimo nombre de Jesús JHS), 1ª lectura de Navidad para los años impares.
De la carta a los Colosenses 3, 5-16
 LA VIDA NUEVA EN EL HOMBRE

Hermanos: Mortificad las pasiones de vuestro hombre terrenal: la fornicación, la impureza, la concupiscencia, los malos deseos y la avaricia, que es una idolatría. Por ellas se desata la cólera de Dios.
En todo eso anduvisteis también vosotros, cuando vivíais entregados a ellas. Pero ahora dejad también vosotros a un lado todo eso: la ira, la indignación, la malignidad, la maledicencia y el torpe lenguaje. No os engañéis unos a otros.
Despojaos del hombre viejo con sus malas pasiones y revestíos del hombre nuevo, que se va renovando hasta alcanzar un conocimiento pleno de Dios y se va configurando con la imagen del que lo creó. Así, ya no hay griego ni judío, ni circunciso ni incircunciso, ni bárbaro ni escita, ni esclavo ni libre. Sólo Cristo todo y en todos.
Por lo tanto, como pueblo elegido de Dios, pueblo sacro y amado, sea vuestro uniforme:
la misericordia entrañable,
la bondad,
la humildad,
la dulzura,
la comprensión.
Sobrellevaos mutuamente y perdonaos, cuando alguno tenga quejas contra otro.
El Señor os ha perdonado: haced vosotros lo mismo.
Por encima de todo, procurad el amor,
que es el ceñidor de la unidad consumada.
Que la paz de Cristo actúe de árbitro en vuestro corazón:
a ella habéis sido convocados,
en un solo cuerpo.
Y vivid siempre agradecidos.
Que la palabra de Cristo habite entre vosotros en toda su riqueza;
enseñaos unos a otros con toda sabiduría;
exhortaos mutuamente.
Cantad a Dios,
dadle gracias de todo corazón,
con salmos, himnos y cánticos inspirados.
  Responsorio Cf. Ga 3, 27-28
R. Todos los que hemos sido bautizados en Cristo nos hemos revestido de Cristo: * todos somos uno en Cristo Jesús, Señor nuestro.
V. Ya no hay distinción entre judío y gentil, ni entre libre y esclavo, ni entre hombre y mujer.
R. Todos somos uno en Cristo Jesús, Señor nuestro.

Esta imagen procede de internet. Redimensionada para adaptarla a la página. Su autor es SÁNCHEZ COTÁN, JUAN, de hacia 1600. Se puede ver en el Museo del Prado. Respecto a la anciana, en texto de este museo dice: "la anciana que sostiene la candela encendida que obtuvo mientras tuvo la fortuna de asistir al milagro y guardó después para la hora de su muerte".

Si quieres conocer más sobre san Ildefonso y su misteriosa casulla, aquí tienes unos enlaces que te interesarán:

https://www.mercaba.org/SANTORAL/Vida/01/01-23_ILDEFONSO.htm#SAN ILDEFONSO

https://www.mercaba.org/TESORO/san_ildefonso_de_toledo.htm

www.corazones.org\santos\ildefonso.htm

"https://leodegundia.blogspot.com/2005/10/el-misterio-de-la-casulla.html?m=1"

Lo importante es que la casulla celestial de tu servicio o trabajo, la recibas tú por querer ser imagen de Cristo. Unos por otros, Dios con todos. Somos un solo Cuerpo en Cristo. De María. La Cabeza, Cristo.






http://carlosfernandezllaneza.blogspot.com/2018/01/la-casulla-de-san-ildefonso.html
La imagen de la imposición de la casulla de la Catedral de Oviedo procede de http://carlosfernandezllaneza.blogspot.com/2018/01/la-casulla-de-san-ildefonso.html

Revístete de Cristo para ser investido de Cristo por nuestra santa Madre.
Cristo: camino, verdad y vida.

No te quedes en el relato, sé verbo, que se haga la Palabra en ti. Sé vida. La Palabra es Vida, es para ser vida: ayer, hoy y siempre.


Cristo se hizo hombre, para que el hombre se hiciera Cristo y pudiese reunirse con Él en el Cielo.
En otras palabras, que la persona se revista de Cristo para poder llegar al Cielo tras esta vida mortal.
Y la primera que hizo esto, fue nuestra santa Madre, la Virgen María.
En la iglesia de san Cosme y san Damián en Burgos, en el retablo del Altar, aparece la Anunciación.
Al verla de lejos, pensé que el ángel estaba revistiendo a María.
Contemplando la escena interiormente me di cuenta de que esto es lo que ocurrió, esto es lo que debería ocurrir en cada uno de nosotros.
En la iglesia tienen también un cuadro de la imagen de nuestra señora de Altagracia que parecía ratificar esta impresión. (Su nombre: "de la Altagracia" nos recuerda que por ella recibimos la mayor gracia que es tener a Jesucristo Nuestro Señor. Ella, como Madre, continúa su misión de mediadora unida inseparablemente a su Hijo. Texto procedente de corazones traspasados)*. Al lado, una capillita con nuestra Señora de Fátima y cuadro con el santo rostro de Jesús.
¿Saben dónde fue a parar la casulla de san Ildefonso?, a Oviedo, aunque ya no se sabe donde está. Donde sí está es el santo Sudario* que cubrió el rostro de nuestro Señor.
La Cabeza, Cristo; el Cuerpo místico de Cristo, la Iglesia, María, revestida de Cristo (casulla) para ser investida por Cristo hacia el Cielo.
Sin embargo, días después me acerqué al retablo y no es que el ángel ponga a la Virgen un manto, sino que lo que hace es descubrir como una cortina en la que estaba María rezando, abrió la habitación o la tienda en la que oraba.
Obsérvese que casulla significa tienda.
Por lo que aún más, a pesar de la confusión en lo que mis ojos habían visto, me reafirman en mi primera impresión.
Lo esencial es invisible a los ojos, se ve con los ojos del corazón como diría el Principito... Del corazón del Señor.
El cual, se revistió de ser humano, para que el ser humano se revista de Cristo y siga el Camino, la Verdad y la Vida que es Él para su salvación, felicidad.
Por sus santas llagas humanas hemos sido salvados, son fuente de misericordia, que nos conducen al Cielo.
Jesús asume nuestra humanidad con su anonadamiento, venciendo al mal, a la muerte, para que nosotros podamos asumir su divinidad, una vida feliz y eterna.
Por tanto la Palabra se ha encarnado por medio del Espíritu Santo en la Virgen María, y quiere encarnarse también en cada uno de nosotros. Para ello, debemos seguir el ejemplo de María: "He aquí la esclava del Señor, hágase en mí según tu Palabra".

¿Has tenido la impresión de ser revestido de una vestidura blanca o de otro color? ¿Te has sentido habitado por el Señor, nuestra Madre celestial, el Espíritu Santo o por algún santo? ¿Has tenido gozo?
Sé fiel y verás, o sentirás.



...Jesús, con un grito, exclamó: «Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu». Y diciendo esto, expiró.  
Cuando el centurión vio lo que había pasado, alabó a Dios, exclamando: «Realmente este hombre era un justo». Lc 23,46-47 El Señor no escatimó, no se ahorró ningún sufrimiento. Se puso en manos de Dios Padre. Sabía que debía pasar por el dolor, el martirio y la muerte, consecuencia del pecado del mundo: para hacer justicia, vencer al mal, al pecado y la muerte, y así abrir el camino al Cielo a todo ser que crea en Él: Camino, Verdad y Vida.
Este es el camino a seguir, confiar en el Señor, poner nuestra vida en sus manos. Él es el dueño de la vida, el autor de la Vida (Hch 3,15). Él que cree en Él no morirá para siempre. Solo Él puede devolvernos la vida. Él es la Vida.
Respeta la libertad del hombre para que pueda elegir entre la vida (el bien) o la muerte (el mal). No ha venido a destruir el mal, el pecado sino a salvarnos de él, a redimirnos. A que podamos retomar el camino perdido mediante el arrepentimiento y el perdón. Las consecuencias del pecado (dolor, sufrimiento, muerte) pueden ser utilizadas como un medio de reparación, de hacer justicia, de oblación, de amor por los demás, de transformar mal en bien. Valerse del mal soportado, para hacer un bien, darle sentido.
Jn 11,25 Jesús le dijo: «Yo soy la Resurrección y la Vida. El que cree en mí, aunque muera, vivirá; 26 y todo el que vive y cree en mí, no morirá jamás.
Gracias Señor porque cuando me caigo tengo a alguien que me ayude a levantarme, mientras que Tú, cuando camino del Calvario te caías, eras levantado a golpes.
Y.... al final de la vida, o estés enfermo o impedido, cuando no puedas con tu cuerpo y pienses que estás sólo, que eres una carga y/o una molestia... ¡Déjate lavar los pies!
Más tarde o más temprano, será el mismo Jesús el que quiera lavarte los pies, o quizás lo esté haciendo y no te des cuenta. Que no te pueda decir: "Si no lo haces, no tendrás parte conmigo".
¡Es tan preciosa tu vida!
Ten parte con Él como Él la tuvo y la tiene con nosotros.
¡Déjate lavar los pies!
Te lo ruego ¡Déjate lavar los pies!
Con ello puedes estar salvando a tus hijos, a tus familiares, a tus seres queridos. Les estás permitiendo devolverte parte de todo el bien que les hiciste.
Cristo tiene sed de ti.
¡Gracias!

Santa Liduvina, patrona de los enfermos crónicos, valioso testimonio:

http://www.mercaba.org/SANTORAL/Vida/04/04-14_S_liduvina_enferma.htm

Las Bienaventuranzas del anciano

Dichosos los que me miran con simpatía.
Dichosos los que comprenden mi lento caminar.
Dichosos los que hablan en voz alta para minimizar mi sordera.
Dichosos los que estrechan con calor mis manos temblorosas.
Dichosos los que se interesan por mi lejana juventud.
Dichosos los que no se cansan de escuchar las historias que con frecuencia repito.
Dichosos los que comprenden mi falta de cariño.
Dichosos los que me regalan parte de su tiempo.
Dichosos los que se acuerdan de mi soledad.
Dichosos los que me acompañan en el sufrimiento.
Dichosos los que alegran los últimos días de mi vida.
Dichosos los que me acompañen en el momento del paso.
Cuando entre en la vida sin fin, me acordaré de ellos ante el Señor.
Gracias Señor porque cuando me caigo tengo a alguien que me ayude a levantarme, mientras que Tú, cuando camino del Calvario te caías, eras levantado a golpes.


Jn 21, 20 Pedro, volviéndose, vio que lo seguía el discípulo al que Jesús amaba, el mismo que durante la Cena se había reclinado sobre Jesús y le había preguntado: «Señor, ¿quién es el que te va a entregar?».
21 Cuando Pedro lo vio, preguntó a Jesús:
«Señor, ¿y qué será de este?».
22 Jesús le respondió:
«Si yo quiero que él quede hasta mi venida, ¿qué te importa? Tú sígueme».
23 Entonces se divulgó entre los hermanos el rumor de que aquel discípulo no moriría, pero Jesús no había dicho a Pedro: «Él no morirá», sino: «Si yo quiero que él quede hasta mi venida, ¿qué te importa?».
SÉ SACRIFICIO Y SACERDOTE PARA DIOS*


Prefacio: Jesucristo, Sumo y Eterno Sacerdote

V. El Señor esté con vosotros.
R. Y con tu espíritu.

V. Levantemos el corazón.
R. Lo tenemos levantado hacia el Señor.

V. Demos gracias al Señor, nuestro Dios.
R. Es justo y necesario.

En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación, darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno.
Que constituiste a tu único Hijo Pontífice de la Alianza nueva y eterna por la unción del Espíritu Santo, y determinaste, en tu designio salvífico, perpetuar en la Iglesia su único sacerdocio.
Él no sólo ha conferido el honor del sacerdocio real a todo su pueblo santo, sino también, con amor de hermano, elige a los hombres de este pueblo para que, por la imposición de las manos, participen de su sagrada misión.
Ellos renuevan en nombre de Cristo el sacrificio de la redención, preparan a tus hijos el banquete pascual, presiden a tu pueblo santo en el amor, lo alimentan con tu palabra y lo fortalecen con tus sacramentos.
Tus sacerdotes, Señor, al entregar su vida por ti y por la salvación de los hermanos, van configurándose a Cristo, y han de darle así testimonio constante de fidelidad y amor.
Por eso, nosotros, Señor, con los ángeles y los santos, cantamos tu gloria diciendo.
Santo, santo, santo…


DOMINGO XII
Tiempo Ordinario

PRIMERA LECTURA
Año II:

Del libro del profeta Zacarías     3, 1-4, 14
PROMESAS AL PRÍNCIPE ZOROBABEL Y AL SUMO SACERDOTE JOSUÉ
El Señor me hizo ver al sumo sacerdote Josué, de pie ante el ángel del Señor. A la derecha estaba Satán, para acusarlo. El ángel del Señor dijo a Satán:
«Que el Señor te reprima, Satán, que el Señor te reprima, el Señor que ha elegido a Jerusalén. ¿No es éste un tizón sacado del fuego?»
Josué estaba vestido con un traje sucio, en pie delante del ángel; éste dijo a los que estaban ante él: «Quitadle los vestidos sucios.»
Y a él le dijo:
«Mira, aparto de ti tu pecado y te visto de fiesta.» Después dijo:
«Colocadle en la cabeza una tiara limpia.»
Le colocaron en la cabeza la tiara limpia y le vistieron el traje en presencia del ángel del Señor. Entonces el ángel del Señor dio a Josué la siguiente instrucción:
«Así dice el Señor de los ejércitos: Si andas por mi camino y observas mis mandamientos, también tú administrarás mi templo y guardarás mis atrios y te permitiré acercarte a éstos que están en pie. Escucha, pues, Josué, sumo sacerdote, tú y los compañeros que se sientan en tu presencia (pues sois figuras proféticas): He aquí que yo voy a suscitar a mi siervo "Germen". Ved la piedra que he puesto ante Josué: en esta única piedra hay siete ojos; yo mismo grabaré su inscripción y borraré la iniquidad de esta tierra en un solo día. En aquel día -oráculo del Señor de los ejércitos- os invitaréis unos a otros a la sombra de la parra y de la higuera.»
El ángel que hablaba conmigo me despertó entonces, como se despierta a quien duerme, y me dijo:
«¿Qué ves?»
Contesté:
«Veo un candelabro de oro macizo, con su aceitera en la punta, y siete lámparas en él y siete tubos que enlazan a las lámparas con la punta. Dos olivos se yerguen junto a él, a derecha e izquierda.»
Pregunté al ángel que hablaba conmigo:
«¿Qué significa esto?»
Y me respondió el ángel que hablaba conmigo:
«Pero ¿no sabes lo que significa?»
Yo dije:
«No, señor.»
Y él me contestó:
«Esas siete lámparas representan los ojos del Señor que vigilan toda la tierra.»
Yo le pregunté:
«¿Y qué representan los dos olivos, a derecha e izquierda del candelabro?»
E insistí:
«¿Qué significan las dos ramas de olivo que por los dos tubos de oro vierten de sí aceite dorado?»
Él me contestó:
«Pero ¿no lo sabes?»
Respondí:
«No, señor.»
Y él me explicó:
«Son los dos ungidos que están delante del Señor de toda la tierra.»
Así habla el Señor a Zorobabel:
«No por la fuerza ni con ejércitos, sino por mi espíritu -dice el Señor de los ejércitos-. ¿Quién eres tú, gran montaña? Ante Zorobabel serás allanada. Él extraerá la piedra de remate entre gritos de júbilo: "¡Qué hermosa es! ¡Qué hermosa es!"»
Después me fue dirigida la palabra del Señor en estos términos:
«Las manos de Zorobabel pusieron los cimientos del templo; sus manos lo terminarán y así comprenderéis que el Señor me ha enviado a vosotros. El que despreciaba el humilde comienzo se alegrará cuando vea la piedra de remate en manos de Zorobabel.»

Responsorio     Ap 11, 4. cf. 3
R. Éstos son los dos olivos y los dos candelabros, * los que están en la presencia del Señor de la tierra.

V. Dará el Señor la orden a sus dos testigos de que hablen en su nombre.

R. Los que están en la presencia del Señor de la tierra.


SEGUNDA LECTURA

Del Tratado de Faustino Luciferano, presbítero, sobre la Trinidad.
(Núms. 39-40: CCL 69, 340-341)
CRISTO ES REY Y SACERDOTE ETERNO
Nuestro Salvador fue verdaderamente ungido, en su condición humana, ya que fue verdadero rey y verdadero sacerdote, las dos cosas a la vez, tal y como convenía a su excelsa condición. El salmo nos atestigua su condición de rey, cuando dice: Yo mismo he establecido a mi Rey en Sión, mi monte santo. Y el mismo Padre atestigua su condición de sacerdote, cuando dice: Tú eres sacerdote eterno según el rito de Melquisedec. Aarón fue el primero en la ley antigua que fue constituido sacerdote por la unción del crisma y, sin embargo, no se dice: «Según el rito de Aarón», para que nadie crea que el Salvador posee el sacerdocio por sucesión. Porque el sacerdocio de Aarón se transmitía por sucesión, pero el sacerdocio del Salvador no pasa a los otros por sucesión, ya que él permanece sacerdote para siempre, tal como está escrito: Tú eres sacerdote eterno según el rito de Melquisedec.
El Salvador es, por lo tanto, rey y sacerdote según su humanidad, pero su unción no es material, sino espiritual. Entre los israelitas, los reyes y sacerdotes lo eran por una unción material de aceite; no que fuesen ambas cosas a la vez, sino que unos eran reyes y otros eran sacerdotes; sólo a Cristo pertenece la perfección y la plenitud en todo, él, que vino a dar plenitud a la ley.
Los israelitas, aunque no eran las dos cosas a la vez, eran, sin embargo, llamados cristos (ungidos), por la unción material del aceite que los constituía reyes o sacerdotes. Pero el Salvador, que es el verdadero Cristo, fue ungido por el Espíritu Santo, para que se cumpliera lo que de él estaba escrito: Por eso el Señor, tu Dios, te ha ungido con aceite de júbilo entre todos tus compañeros. Su unción supera a la de sus compañeros, ungidos como él, porque es una unción de júbilo, lo cual significa el Espíritu Santo.
Sabemos que esto es verdad por las palabras del mismo Salvador. En efecto, habiendo tomado el libro de Isaías, lo abrió y leyó: El Espíritu del Señor está sobre mí, porque el Señor me ha ungido; y dijo a continuación que entonces se cumplía aquella profecía que acababan de oír. Y, además, Pedro, el príncipe de los apóstoles, enseñó que el crisma con que había sido ungido el Salvador es el Espíritu Santo y el poder de Dios, cuando, en los Hechos de los apóstoles, hablando con el centurión, aquel hombre lleno de piedad y de misericordia, dijo entre otras cosas: Jesús de Nazaret empezó su actividad por Galilea después del bautismo predicado por Juan; Dios lo ungió con poder del Espíritu Santo y pasó haciendo el bien y devolviendo la salud a todos los que estaban esclavizados por el demonio.
Vemos, pues, cómo Pedro afirma de Jesús que fue ungido, según su condición humana, con poder del Espíritu Santo. Por esto Jesús, en su condición humana, fue con toda verdad Cristo o ungido, ya que por la unción del Espíritu Santo fue constituido rey y sacerdote eterno.

Responsorio
R. Contemplad la grandeza del que viene a salvar a las naciones: * Él es el rey de justicia, cuya vida no tiene fin.

V. Jesús penetró hasta el interior del santuario, como precursor nuestro, constituido sumo sacerdote para siempre, según el rito de Melquisedec.

R. Él es el rey de justicia, cuya vida no tiene fin.


Oración final Semana XII
Oremos:
Concédenos vivir siempre, Señor, en el amor y respeto a tu santo nombre, porque jamás dejas de dirigir a quienes estableces en el sólido fundamento de tu amor.
—Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos.
R/. Amén.
Que busquen a Cristo, que encuentren a Cristo, que amen a Cristo Que busquen a Cristo, que encuentren a Cristo, que amen a Cristo
Que busquen a Cristo, que encuentren a Cristo, que amen a Cristo JMEB

ORACIONES QUE DEBE DECIR EL SACERDOTE AL VESTIRSE LOS ORNAMENTOS SAGRADOS

 AL LAVARSE LAS MANOS, DIGA:
Purifica, señor, de toda mancha mis manos con tu virtud, para que pueda yo servirte con limpieza de cuerpo y alma. Amen
AL VESTIR EL AMITO :
Pon, Señor, sobre mi cabeza el yelmo de salvación, para rechazar los asaltos del enemigo. Amen
AL REVESTIRSE CON EL ALBA :
Hazme puro Señor, y limpia mi corazón, para que, santificado por la Sangre del Cordero, pueda gozar de las delicias eternas. Amén.
AL COLOCAR EL MANIPULO SOBRE EL BRAZO DERECHO:
Merezca Señor, llevar el manípulo del llanto y del dolor, para poder recibir con alegría el premio de mis trabajos. Amén.
AL PONER LA ESTOLA SOBRE EL CUELLO :
Devuélveme Señor, la estola de la inmortalidad, que perdí con el pecado de mis primeros padres, y aun cuando me aceptas sin ser digno a celebrar tus Sagrados Misterios, haz que merezca el gozo Eterno. Amén.
AL AJUSTAR EL CINGULO :
Cíñeme Señor con el cíngulo de Tu pureza, y borra en mis carnes el fuego de la concupiscencia, para que more siempre en mí, la Virtud de la continencia y la castidad. Amén.
AL VESTIR LA CASULLA :
Señor, que has dicho, mi yugo es suave, y mi carga liviana, haz que la lleve a  tu manera y consiga tu gracia. Amén.

“Escúchanos, Señor, Dios nuestro: derrama sobre este tu servidor la bendición del Espíritu Santo y la virtud de la gracia sacerdotal, para que la abundancia de tus dones acompañe siempre al que ahora te presentamos para ser consagrado. Por Cristo nuestro Señor. Amén”
“Te pedimos, Padre todopoderoso, que confieras a este siervo tuyo la dignidad del presbiterado; renueva en su corazón el Espíritu de santidad; reciba de ti el sacerdocio de segundo grado y sea, con su conducta, ejemplo de vida...”.
· Unge con el Santo Crisma las manos de los ordenados:
“Jesucristo, el Señor, a quien el Padre ungió con la fuerza del Espíritu Santo, te auxilie para santificar al pueblo cristiano y para ofrecer a Dios el sacrificio”.
“Recibe la ofrenda del pueblo santo para presentarla a Dios. Considera lo que realizas e imita lo que conmemoras, y conforma tu vida con el misterio de la cruz de Cristo”.

“La paz esté contigo”

ORACIÓN PARA PREPARARSE A LA CELEBRACIÓN DE LA SANTA MISA
Me acerco a tu altar, Dios omnipotente y eterno, para ofrecer este sacrificio a tu majestad, suplicando tu misericordia por mi salvación y la de todo el pueblo.
Dígnate aceptarlo benignamente pues eres bueno y piadoso.
Concédeme penetrar el abismo de tu bondad y presentar mi oración con tal fervor por tu pueblo santo, que se vea colmado de tus dones.
Dame, Señor, una verdadera contrición y lágrimas que consigan lavar mi propias culpas y alcanzar tu gracia y tu misericordia.

Oración por la Santificación de los Sacerdotes, de Santa Teresita del Niño Jesús:
Oh Jesús que has instituido el sacerdocio para continuar en la tierra la obra divina de salvar a las almas protege a tus sacerdotes (especialmente a: .......) en el refugio de tu SAGRADO CORAZÓN.
Guarda sin mancha sus MANOS CONSAGRADAS, que a diario tocan tu SAGRADO CUERPO, y conserva puros sus labios teñidos con tu PRECIOSA SANGRE.
Haz que se preserven puros sus Corazones, marcados con el sello sublime del SACERDOCIO, y no permitas que el espíritu del mundo los contamine.
Aumenta el número de tus apóstoles,
y que tu Santo Amor los proteja de todo peligro.
Bendice Sus trabajos y fatigas,
y que como fruto de su apostolado obtenga la salvación de muchas almas
que sean su consuelo aquí en la tierra y su corona eterna en el Cielo. Amén.

Índice de REZA EL SANTO ROSARIO*