Pero Jesús se agachó y se puso a escribir con el dedo en la tierra....
«Mujer, ¿dónde están los que te acusaban? 
¿Ninguno te ha condenado?»
Ella le contestó: «Ninguno, Señor».
Entonces Jesús le dijo:
«Tampoco yo te condeno. 
Vete, pero ya no vuelvas a pecar»


Conoce bien cada vida, cada herida, cada ser
Cada vida es única, preciosa para el Señor.
Atentar contra una vida, es hacerlo contra quien es la Vida. No conspires contra el que todo lo ve. El que es la Justicia. AMA. PAZ.
Antes de que fueras concebido, Él ya te amaba. Paz, paz, paz.
Para Dios toda vida es preciosa. Es única.
Nada se esconde al conocimiento del Señor. "El que Es" todo lo ve.
Su mandato es el no matar. Amar al prójimo como a uno mismo.
No hacer a los demás lo que no quieres para ti.
Atentar contra una vida es conspirar contra el que es la vida: Dios.
Toda muerte injusta tiene consecuencias muy negativas. Se paga.
Toma tu Biblia y lee.
Por la paz en el Sáhara, justicia para el pueblo saharaui. Justicia para el pueblo marroquí. Justicia para el pueblo español. Reparación.
Que se haga la voluntad de Dios, el Justo.
Decía un saharaui que su jaima estaba abierta al norte, al sur, al este y al oeste, para que cualquiera que pasase entrase.
Para eso estaba, para acoger a aquel que llegase.
El saharaui en ocasiones no puede ir a visitar las tumbas de sus seres queridos. Hay muros que se lo impiden. Puede ser detenido.

Dicen (si no lo capté mal) que cuando una autoridad española comunicó a otra saharaui felicitándola por el hallazgo de fosfatos en el Sáhara, el saharaui le dijo que ojalá que no hubiese ocurrido tal cosa, que lo mejor sería volverlos a enterrar.
Tengo la sensación de que España, vistos los indicios, no indagó más sobre sus riquezas.
Tendría unos 10 años y me encontraba en el colegio de La Paz en el Aaiún. No sé por qué ocurrió, pero un niño saharaui dirigiéndose al maestro acusó a España de robar a los saharauis. El profesor le respondió que a España le costaba más estar en esta tierra africana que lo que pudieran obtener por los fosfatos. Creo que también le dijo que lo que se obtenía era para los saharauis.

Hace unas fechas pusieron unos interesantes documentos sobre las dos grandes guerras. Yo me preguntaba el porqué de la 1ª Guerra Mundial. Cómo es que la muerte del heredero a la corona austriaca en Sarajevo diese lugar a semejante guerra, con millones de muertos.
¿Cuál fue el origen de todo esto?
La codicia: el ser más, el tener más, el dominar sobre otros, el poder, la soberbia.
También el ocupar más territorios en África.
El pecado original tiene que ver con esto. La serpiente engaña a Eva. La dice que comiendo del fruto del árbol prohibido, el del conocimiento del Bien y el Mal se haría como Dios.
Eva, acaba codiciando la fruta prohibida, hacerse dios. Hacer la guerra a Dios. También Adán.

Un año antes, en mi clase había un marroquí. Se le veía distinto a los otros niños saharauis. Su forma de vestirse, de ser, sus facciones, de expresarse, difería del nativo.
En las clases convivíamos niños españoles y saharauis, si bien a ellos les impartían clases específicas, probablemente de Corán y hasanía, que es un dialecto árabe.
Recuerdo una gran cantidad de saharauis alrededor del aeropuerto del Aaiún. Parece ser que el gobierno español facilitaba que saharauis pudieran realizar la peregrinación a la Meca. El avión, era de los más grandes de la época, un DC-8. Después del Boing 747, el llamado Jumbo, venía este. Hubo cierta preocupación porque no se sabía muy bien si la pista sería suficiente para que pudiera aterrizar un avión de estas características.
Los saharauis, enfervorizados. Las mujeres hacían unos sonidos característicos con la exhalación del aire y el movimiento de la lengua.
Cuando los representantes de la ONU vinieron al Aaiún, los saharauis pudieron expresar libremente su opinión. Esto supuso un cierto shock para buena parte de los españoles que allí vivíamos. Predominaban las pancartas y pintadas de independencia, con el "fuera España" y "fuera el ejército español". Yo presencié algún insulto, que fue respondido como si un tutor reprendiese a su pupilo. Yo iba con mi máquina de fotos y algunos me hacían gestos para que no les fotografiase.
La cosa se fue complicando. Sonido de alguna bomba. Un día incluso sufrimos una evacuación. Mandaron mujeres y niños a Las Palmas. Llegamos a volar con las luces apagadas. Y pidieron silencio. Suspense y nervios.
En el barrio en el que vivíamos llegaron a poner hasta tanques de defensa. Y cierta vigilancia.
Antes de terminar el curso escolar, finalizaron las clases, y no aseguraban hubiese un siguiente curso.
Así que de España prácticamene solo quedó el ejército, que el día 26 de febrero de 1976 abandonó el Sáhara.
Potencias mundiales presionaron, la comunidad internacional se desentendió y España acabó entregando el poder a los marroquíes. Marruecos y Mauritania se repartieron el territorio.
En 1979 Mauritania renunció a la parte del territorio anexionada y Marruecos también se hizo con esos territorios. Con el paso del tiempo fue construyendo muros de defensa.
Dicen que en los territorios ocupados, el saharaui no puede vestir la vestimenta típica saharaui y hablar español no le beneficia.
España al colonizar el Sáhara se convirtió en administrador del territorio y tutor del pueblo que vivía en esas tierras, el pueblo saharaui.
Ello les proporcionó el acceso a la cultura, escuelas, servicios como el médico, que pudiesen hacerse sedentarios, realizar otras actividades, prosperar, crecer y multiplicarse. El saharaui probablemente al ver la forma de vida de los colonizadores, querría también conseguir ese cierto grado de bienestar. El nativo por lo general, vivía con pocos medios, existiendo por tanto una desigualdad material grande.
Quizás creciese la desconfianza al saberse que el suelo del Sáhara albergaba riquezas. El caso es que si se pensaba que la presencia de España en el Sáhara era una cosa buena para el pueblo saharaui, que España era un buen tutor para que consiguiesen la independencia cuando estuvisen preparados para ella (es un decir paternalista), buena parte de los saharauis no tenían la misma idea. Y... se fue sembrando cizaña.
Estaba en el patio de mi colegio. Niños más pequeños venían hacia mí. Yo me los quitaba de encima. Un niño mayor a distancia, parecía que los dirigía.
Me viene a la mente en clase el comentario de uno o varios niños saharauis. Había habido una manifestación. Existían como dos partidos en el Sáhara, el PUNS que era favorable a una compañía de España para alcanzar la independencia y el Polisario que quería la independencia ya. Comentaban que llevaban banderitas y que al final hasta los ancianos habían tirado las del PUNS y cogido las del Polisario.
Si el tutelado hirió el orgullo del tutor, no quita para que el tutor finalizase bien su tarea aunque, para su forma de ver, padeciese la ingratitud del tutelado. Mejor dicho, debería ser una relación entre padre e hijo. El paternalismo español probablemente falló en el sentido de que no fue capaz de solventar satisfactoriamente los problemas surgidos por las desigualdades sociales entre los dos pueblos. El no compartir es también una injusticia.
Si otras naciones presionaron u obligaron para que la entrega del territorio se produjera, estos se hacen responsables, así como la comunidad internacional por su falta de oposición efectiva.
Lo acontecido en el Sáhara es herencia para el pueblo español. Estará ahí mientras no se haga justicia. Hay que reparar. Guste o no.
Es de justicia por tanto que se resuelva a favor del pueblo saharaui, para bien de todos, pero en especial para el bien del pueblo que vivía en el Sáhara y... Marruecos.
Digo bien también para Marruecos, porque a los ojos de Dios, la situación del Sáhara es una injusticia. El Misericordioso, el Altísimo no tolera la injusticia, el abuso de poder, la infidelidad, que en su nombre se produzcan arbitrariedades.
Para Dios toda vida es preciosa, única. Antes de que fuera concebida una vida ya “era” para Dios, ya la amaba. Para el Señor una vida vale tanto como el mundo y el mundo como una vida. La vida del marroquí, o la del saharaui es preciosa.
De hecho, la vida de Jesús, con su muerte y resurrección, es la que ha salvado, redimido el mundo.
¿Qué daría la madre por la vida de un hijo?
Todo. En otro caso fallaría como madre. Y aún si así fuera, estaría María, la Madre de Jesús, que el Señor nos ha dado como Madre. Y esta Madre, nunca falla, como Jesús, el amigo fiel que dio la vida por cualquiera de nosotros, por todos.
Todo marroquí, todo saharaui, tiene una madre que daría todo por él.
No mates.
Respeta cada vida.
Pertenece a Dios.
Lo justo, la justicia por tanto, está en que el Sáhara sea de los saharauis. Que todos tendamos a hacer justicia a este pueblo. Sobre todo los más responsables o a los que han dejado esta herencia.

Testimonio: hace unos años me encontraba en un cementerio. Vi el nombre del que fue una autoridad en el Sáhara. Alguien que hizo “cosas feas” y quiso forzar a otros a hacer lo mismo.
El Señor pide rezar por los enemigos.
Así que a pesar de mis reticencias recé por él.
Me queda el recuerdo de que no tuve ni mucho menos buenas sensaciones.
Solo Dios sabe dónde está. No somos quienes para juzgar. Solo Él es el Justo Juez.
Sea como fuera es bueno rezar y sacrificarse por los que parecen pecadores.
Cristo vino a salvarnos.
Es lo que hizo Cristo, reconciliar al mundo, a cada persona con Dios, sirviendola y sacrificándose hasta la muerte y una muerte de cruz. Hizo justicia por cada ser.
Véase la experiencia de santa Faustina.
Cristo en la cruz dijo al Padre sobre los que se burlaban y le tentaban incluso en el martirio y cercana a la muerte, que no se lo tuviese en cuenta, que los perdonase, que no sabían lo que hacían.
Pues bien, rezar por los que pudieran ser enemigos es un bien para Dios, nunca cae en saco roto. Si encima supone ayuda para que alguien purgue lo que hizo será un gran valedor ante Dios de la causa por la que expiaba.
Beneficia a la persona que se ofrece ya que es un ejercicio para ensanchar el corazón, para crecer en el amor.
En alguna ocasión tras mi ofrecimiento y oración por el bien de personas con las que no he tratado, que podían tener alguna necesidad, he tenido la sensación del gusto al Cáliz del Señor. En estos casos interpreto que la ofrenda ha sido grata al Señor, y que ha sido tenida en cuenta.
Otro testimonio: Me aconteció después de un tiempo rezando y adorando al Santísimo dedicando mis oraciones especialmente a la causa saharaui, fue el lunes 23.02.45. Llegué a la iglesia de san José. Y desde fuera me puse a rezar el Ángelus. Para mi sorpresa tuve la visión de mi padre con una camisa caqui, como el color de la arena del desierto, y la insignia del Sáhara que destacaba. Ese día me había conseguido colocar un pin también del Sáhara tras la comunión. Tiene un camello blanco, la luna a sus pies y el texto Sáhara en azul. El aspecto de mi padre, magnífico. Me recordó a aquella vez que lo vi en una vigilia de oración. ¡Qué emoción! Lo he tomado como signo. El domingo 01.03.15 fue el 2º de cuaresma, el Evangelio es el de la transfiguración.

La justicia está por tanto en hacer la voluntad de Dios. Fe y razón van de la mano. El Sáhara es de Dios para, sobre todo, los que allí moraban, los saharauis. Los signos, lo que aconteció y está ocurriendo muestra una clara injusticia a este pueblo. Si no te lo crees, reza y pregunta a Dios.
Y recuerda, para Dios cada vida es preciosa, única.
Atentar contra una vida, es hacerlo contra Dios.
Cada saharaui, cada marroquí, gazauí o israelí, iraquí o afgano, indio o paquistaní, ucraniano o ruso, musulmán, cristiano, judío o de otra creencia tiene su Madre, y un Dios que la ama con locura.
De la misma forma que cayó sorprendentemente el muro de Berlín, el muro de la vergüenza y de la opresión a pueblos, podemos confiar en que Dios nos ayudará en esta misión. Es de justicia. En otro caso faltará la paz en las conciencias. Esta es una causa justa. Si Dios está a nuestro lado, quién en contra. Todo para bien del saharaui, del marroquí, del español y del mundo.
Dios hizo la paz con el género humano encarnándose en las entrañas purísimas de la Virgen María y muriendo en la cruz martirizado para santificar esa carne con su misma sangre, haciendo justicia y glorificando el cuerpo con su resurrección. Redimió y salvo a la humanidad. La carne ha sido por tanto santificada, justificada y glorificada.
Somos miembros de un mismo Cuerpo, el del Cristo total. Cada ser forma parte, por tanto, de ese Cuerpo. En el cual hay que completar lo que falta a la Pasión del Salvador. Entre ellas la injusticia inferida al pueblo saharaui. Una herida que hay que intentar sanar, además por la cuenta que nos tiene en cuanto a responsabilidad. No es posible desentenderse. Lo que puede parecer difícil no es imposible para Dios. ¿Acaso no cayó el muro de Berlín? Las dictaduras del Este de Europa. Unidad. Que seamos Uno. Amar al saharaui y al marroquí. Justicia y Paz. Ese es el fin: servicio, ofrecimiento y amor. Vuelvo a repetir, cada vida cuenta: la del saharaui, la del marroquí. También la del iraquí exige reparación. Una niña cristiana iraquí refugiada emocionaba a su entrevistador diciendo que daba las gracias a Dios por conservarle la vida y que amaba a sus enemigos como le había enseñado Jesús.
PAZ
¿Me ayudas a rezar, me acompañas en el ofrecimiento por esta causa?
Al menos, los días 27 de cada mes procuraré dedicarlos a ellos. Un Santo Rosario completo.

Génesis 18, 1 El Señor se apareció a Abraham junto al encinar de Mamré, mientras él estaba sentado a la entrada de su carpa, a la hora de más calor. 2 Alzando los ojos, divisó a tres hombres que estaban parados cerca de él. Apenas los vio, corrió a su encuentro desde la entrada de la carpa y se inclinó hasta el suelo, 3 diciendo: “Señor mío, si quieres hacerme un favor, te ruego que no pases de largo delante de tu servidor. 4 Yo haré que les traigan un poco de agua. Lávense los pies y descansen a la sombra del árbol. 5 Mientras tanto, iré a buscar un trozo de pan, para que ustedes reparen sus fuerzas antes de seguir adelante. ¡Por algo han pasado junto a su servidor!”. Ellos respondieron: “Está bien. Puedes hacer lo que dijiste”.

Mt 17,1 Seis días después, Jesús tomó a Pedro, a Santiago y a su hermano Juan, y los llevó aparte a un monte elevado. 2 Allí se transfiguró en presencia de ellos: su rostro resplandecía como el sol y sus vestiduras se volvieron blancas como la luz. 3 De pronto se les aparecieron Moisés y Elías, hablando con Jesús. 4 Pedro dijo a Jesús: «Señor, ¡qué bien estamos aquí! Si quieres, levantaré aquí mismo tres carpas, una para ti, otra para Moisés y otra para Elías». 5 Todavía estaba hablando, cuando una nube luminosa los cubrió con su sombra y se oyó una voz que decía desde la nube: «Este es mi Hijo muy querido, en quien tengo puesta mi predilección: escúchenlo»

Anexo: Los majareros son artesanos de la plata. En el Aaiún tenían su lugar de trabajo en unos pequeños locales de única planta y bóveda en el techo. Visto desde el exterior en vez de tejado, una forma característica como de medio huevo de color blanco. Allí te acogían e invitaban al té moruno. Son tres tomas de té que comienzan con uno amargo y termina con uno dulce.
Si era su tiempo de oración, sin respetos humanos, salían al exterior, se descalzaban y rezaban mirando a la Meca.
Estaba rezando ante el Santísimo. Desgranaba en mi rosario los Dolorosos. Una persona se puso en el banco que ocupaba de pie. Creo que tuve la visión. Me recordó al gesto del musulmán saharaui al iniciar la oración a Alá. Figura espigada, vestimenta azul, túnica llamada darráh, y turbante negro. El gesto con las manos hacia Alá, el Santísimo. Fue emocionante.
En el ángelus de las 11 intenté hacer lo mismo al iniciar este rezo.
Al rato volví a ver el color azul del darráh a mi derecha, cerca de la estación de la cruz. Recuerda el manto de la Inmaculada. Miré y no había ese color. Sí, me sentí acompañado en mi oración y motivado a seguir pidiendo por ellos.

Cada vida es única, preciosa para el Señor.
Atentar contra una vida, es hacerlo contra quien es la Vida. No conspires contra el que todo lo ve. El que es la Justicia. AMA. PAZ.
Antes de que fueras concebido, Él ya te amaba.


Cristo en la Cruz y nuestras cruces

Cristo en la cruz acoge, abraza a la humanidad, no desprecia a nadie:
Juan 6, 37… al que venga a mí no lo echaré fuera;..
40 Porque esta es la voluntad de mi Padre: que todo el que vea al Hijo y crea en él, tenga vida eterna y que yo le resucite el último día.»

Un Cristo que perdona siempre al que se arrepiente. No rehúsa el abrazo de arrepentimiento a nadie.
Sea cual fuera el pecado que hayas cometido, te puedes acercar a Él con confianza porque está clavado en una cruz. No puede salir huyendo y tampoco te puede negar su abrazo, porque sus manos están clavadas en la cruz.
Tampoco te puede hacer un mal gesto, volver la cara, tener una mirada de reproche, decirte algo o emitir algún sonido que te desagrade porque es un Cristo crucificado con el costado rasgado, el corazón abierto, para que sientas hasta donde ha llegado su amor, su ternura hacia ti.
Su misericordia y amor te esperan. Su paciencia es infinita. Perdona siempre, aunque tu pecado sea, o consideres muy grave.

Y… tu propia cruz. Cruz que te perfecciona, te santifica. Cuando uno sufre la soledad de la cruz, se da cuenta de su pequeñez y de su falta de momentos de amor para con Dios y el prójimo.
La cruz ayuda a luchar contra la soberbia, el orgullo, la vanidad, el cinismo, la hipocresía, etc. En definitiva, la falta de amor.
Pero también corredime en Cristo. Con ella, te purificas y ayudas a purificar, a hacer justicia en Cristo. Tus cruces, sufrimientos los puedes poner a los pies de la cruz de Jesús y pedir por el bien que tú quieras.
Apocalipsis 5,9: «Tú eres digno de tomar el libro y de romper los sellos, porque has sido inmolado,
y por medio de tu Sangre, has rescatado para Dios a hombres de todas las familias, lenguas, pueblos y naciones.
10Tú has hecho de ellos un Reino sacerdotal para nuestro Dios, y ellos reinarán sobre la tierra».

La cruz en Cristo es la máxima manifestación del AMOR. Sacrificio, donación gratuita, servicio. Dar la vida por los demás. No hay mayor amor que este.
I Juan 3,16En esto hemos conocido el amor: en que él entregó su vida por nosotros. Por eso, también nosotros debemos dar la vida por nuestros hermanos.
23Su mandamiento es este:
que creamos en el nombre de su Hijo Jesucristo, y nos amemos los unos a los otros como él nos ordenó.
24El que cumple sus mandamientos permanece en Dios, y Dios permanece en él; y sabemos que él permanece en nosotros, por el Espíritu que nos ha dado.

Del pecado cometido contra Jesús con su pasión y muerte, Dios ha convertido el mal, en bien. El amor de su servicio, donación, sacrificio, martirio y muerte, en resurrección y salvación para los que siguen sus huellas.
Tenemos el caso de san Vicente de Paúl. Su padre, un individuo del campo, da una buena educación a su hijo mandándole a la ciudad. Cuando le va a visitar, Vicente se avergüenza de él y le humilla.
Probablemente este pecado fue clave si no para su conversión, para su misión posterior de dedicación a los pobres y a los ancianos. A algunos nos ocurre lo mismo. La falta de atención, de muestras de cariño y amor en la adolescencia a los abuelos, en la edad adulta pesa cuando ya no están entre nosotros.
La falta de consideración en un momento determinado a alguien, puede hacerte recordarlo durante toda tu vida, y que procures el hacer el bien a esa persona, sus allegados o al grupo social al que pertenecía.
Cuando alguien peca contra ti, el rencor y el deseo de venganza lo único que hace es añadir mal al mal. Has caído en su trampa.
Y al mal solo se le vence con el bien, único que es capaz de liberarte, aunque seas tentado.
Quien te hace mal, se convierte en deudor. Se hace una herida en su conciencia que tarde o temprano le pasará factura.
La herida que te ha producido en el alma, la puedes emplear para redimirte, santificarte perdonando y aplicarla para pedir, hacer un bien a alguien, poniéndola a los pies de la cruz de Jesús, por la salvación del mundo.
Bendecir, orar y hacer el bien al que te haga mal. Ese es el camino para llegar a amar como Jesús.
Quien esto hace, se va asemejando al Señor. Tendrá que soportar la cruz de la injusticia, del pecado social, pero el Señor le gratificará con bienes superiores, espirituales. Tarde o temprano la siembra fructificará. Merece la pena aguantar, aunque solo sea para servir a la humildad, la sencillez y el anonadamiento de un Dios que se hizo hombre para salvarnos. Para servir al Amor, a la Palabra de Vida eterna.
La justicia humana, salvo que vaya contra la Ley de Dios, es siempre más benévola que la divina, a la que no se le escapa nada, lo sabe todo. El pagar las deudas ante la sociedad es preferible a tener que hacerlo ante el tribunal divino. Aquel que elude en todo o en parte la justicia del mundo, no podrá hacerlo ante la divina…. Y el que dicta sentencia injusta, se hace partícipe del pecado cometido.
El que es infiel procura crear ídolos o valerse de ídolos que pueda controlar, manipular, utilizar según su conveniencia.
La ley de Dios, sus mandatos, le molestan.

Del Diario de santa Faustina

243 + Pasaron cuatro días después de los votos perpetuos. Traté de hacer la Hora Santa. Era el primer jueves del mes. En cuanto entré en la capilla, la presencia de Dios me inundó. Sentía claramente que el Señor estaba a mi lado. Un momento después vi al Señor todo cubierto de llagas, y me dijo: Mira, con quien te has desposado. Yo comprendí el significado de esas palabras y contesté al Señor: Jesús, Te amo mas viéndote tan herido y anonadado que como Te viera en Tu Majestad. Jesús preguntó: ¿Por qué? Contesté: Una gran Majestad me da miedo a mí, a esta pequeñita nulidad que soy, mientras que Tus llagas me atraen a Tu Corazón y me hablan de Tu gran amor hacia mí. Después de esta conversación se hizo el silencio. Miraba atentamente sus santas llagas y me sentía feliz sufriendo con Él. Sufriendo no sufría, porque me sentía feliz conociendo la profundidad de su amor y una hora me pasó como si fuera un minuto.

268 11 X 1933 – jueves. Procuré hacer la Hora Santa, pero la empecé con gran dificultad. Algún anhelo comenzó a desgarrar mi corazón. Mi mente quedó ofuscada de manera que no lograba entender las formas simples de las plegarias. Y así pasó una hora de oración o más bien de lucha. Decidí orar otra hora, pero los sufrimientos interiores aumentaron. Una gran (120) aridez y un gran disgusto. Decidí orar durante la tercera hora. En esa tercera hora de plegaria que decidí hacer arrodillada sin ningún apoyo, mi cuerpo empezó a reclamar un descanso. Sin embargo yo no cedí nada. Extendí las manos en forma de cruz y sin pronunciar una palabra, seguí así con un acto de voluntad. Un momento después me quité el anillo del dedo y pedí a Jesús que mirara ese anillo que es el símbolo de nuestra unión eterna y ofrecí al Señor Jesús los sentimientos del día de los votos perpetuos. Un momento después sentí que una ola de amor empezaba a inundar mi corazón. Un repentino recogimiento del espíritu, el silencio de los sentidos, la presencia de Dios penetra al alma. Sé únicamente que estamos Jesús y yo. Lo vi, bajo la misma apariencia que [tenia] cuando lo vi en el primer momento después de los votos perpetuos, cuando también hacia la Hora Santa. Jesús se presentó delante de mí inesperadamente, despojado de las vestiduras, cubierto de llagas en todo el cuerpo, con los ojos llenos de sangre y de lágrimas, la cara desfigurada, cubierta de salivazos. De repente el Señor me dijo: La esposa debe asemejarse a su Esposo. Entendí estas palabras en profundidad. Aquí no hay lugar para ninguna duda. Mi semejanza a Jesús debe realizarse a través del sufrimiento y la humildad. Mira lo que ha hecho Conmigo el amor por las almas humanas, hija Mía; en tu corazón encuentro todo lo que Me niega el número tan grande de almas. Tu corazón es un descanso para Mí, muchas veces guardo las gracias grandes para el fin de la plegaria.
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