¡¡¡ FELICES PASCUAS !!!

Atención: el domingo de Resurrección concede con la "bendición papal Urbi et Orbi" una indulgencia plenaria cumpliendo con los requisitos que establece.

El misterio de la Redención

Tiempo Pascual:
Comprende este santo tiempo 50 días, desde el Sábado Santo por la noche o madrugada del Domingo de Resurrección, la solemne Vigilia Pascual en la que Jesús resucita, hasta el Domingo de Pentecostés con la llegada del Espíritu Santo.
Durante esta época celebramos la Resurrección gloriosa de Nuestro Redentor, su admirable Ascensión a los cielos, y la venida del Espíritu Santo sobre los Apóstoles.
Es este tiempo de santa alegría, pues la Resurrección de Jesucristo nos recuerda la que se nos ha prometido a nosotros si vivimos haciendo la voluntad de Dios. En estos días repetimos con más frecuencia el canto del Aleluya que es canto de regocijo y esperanza.
En el Tiempo Pascual debemos procurar una gran pureza del alma, pensar en la patria bienaventurada, en la que debe estar puesto nuestro corazón, sin buscar afanosamente los bienes de la tierra, antes bien, arrojando de nosotros el espíritu del mundo y los egoísmos insaciables de nuestras pasiones. Vivamos de tal modo, que merezcamos celebrar en el cielo la Pascua eterna del Cordero Pascual, que es Jesucristo, inmolado por nuestra redención.

corazon de Jesus

TIEMPO DE PASCUA

  • ¿Por qué tras la Resurrección Jesús no fue reconocido físicamente?

    Dios se ha anonadado, 
hasta hacerse pan consagrado para ti. 
Sed HOSTIAS VIVAS. 
SACRIFÍCATE POR LOS DEMÁS. 
ES LO QUE HACE CRISTO. 
ES LA FE.
    «No os asustéis. Buscáis a Jesús de Nazaret, el Crucificado; ha resucitado, no está aquí. Ved el lugar donde le pusieron. Pero id a decir a sus discípulos y a Pedro que irá delante de vosotros a Galilea; allí le veréis, como os dijo.» (Lectura del santo Evangelio según san Marcos 16, 6-7)

    Lucas 24, 36-44 (Reunidos en Jerusalén)....Él se presentó en medio de ellos y les dijo: «La paz con vosotros.»
    Sobresaltados y asustados, creían ver un espíritu.
    Pero él les dijo: «¿Por qué os turbáis, y por qué se suscitan dudas en vuestro corazón?
    Mirad mis manos y mis pies; soy yo mismo. Palpadme y ved que un espíritu no tiene carne y huesos como veis que yo tengo.»
    Y, diciendo esto, les mostró las manos y los pies.
    Como ellos no acabasen de creerlo a causa de la alegría y estuviesen asombrados, les dijo: «¿Tenéis aquí algo de comer?»
    Ellos le ofrecieron parte de un pez asado.
    Lo tomó y comió delante de ellos.
    Después les dijo: «Estas son aquellas palabras mías que os hablé cuando todavía estaba con vosotros: "Es necesario que se cumpla todo lo que está escrito en la Ley de Moisés, en los Profetas y en los Salmos acerca de mí."»

    Jesús de Nazaret, ungido por Dios con la fuerza del Espíritu Santo, que pasó haciendo el bien y sanando a los oprimidos por el diablo; porque Dios estaba con Él.
    Nosotros somos testigos de todo lo que hizo en Judea y en Jerusalén. Lo mataron colgándolo de la cruz. Pero Dios lo resucitó al tercer día....Dios lo ha constituido juez de vivos y muertos.
    El testimonio de los profetas es unánime: que cuantos creen en Él reciben, por su medio, el perdón de los pecados».(Hechos de los Apóstoles 10, 38-43)

    Aspiren a los bienes del cielo, no a los de la tierra. Porque han muerto, y su vida está con Cristo, escondida en Dios. Cuando se manifieste Cristo, vida nuestra, entonces también ustedes se manifestarán juntamente con Él, en gloria. (Colosenses 3, 1-4)

  • Toma tu cruz, y síguele. Sé DIGNO de Cristo, que dio la vida por ti. ¿No vas a AMAR al que tanto te AMA?.
    De la Encíclica "Dives in misericordia", en el capítulo V. EL MISTERIO PASCUAL
    ¿Qué nos está diciendo pues la cruz de Cristo, que es en cierto sentido la última palabra de su mensaje y de su misión mesiánica? Y sin embargo ésta no es aún la última palabra del Dios de la alianza: esa palabra será pronunciada en aquella alborada, cuando las mujeres primero y los Apóstoles después, venidos al sepulcro de Cristo crucificado, verán la tumba vacía y proclamarán por vez primera: «Ha resucitado». Ellos lo repetirán a los otros y serán testigos de Cristo resucitado. No obstante, también en esta glorificación del hijo de Dios sigue estando presente la cruz, la cual -a través de todo el testimonio mesiánico del hombre-Hijo- que sufrió en ella la muerte, habla y no cesa nunca de decir que Dios-Padre, que es absolutamente fiel a su eterno amor por el hombre, ya que «tanto amó al mundo -por tanto al hombre en el mundo- que le dio a su Hijo unigénito, para que quien crea en él no muera, sino que tenga la vida eterna». Creer en el Hijo crucificado significa «ver al Padre», significa creer que el amor está presente en el mundo y que este amor es más fuerte que toda clase de mal, en que el hombre, la humanidad, el mundo están metidos. Creer en ese amor significa creer en la misericordia. En efecto, es ésta la dimensión indispensable del amor, es como su segundo nombre y a la vez el modo específico de su revelación y actuación respecto a la realidad del mal presente en el mundo que afecta al hombre y lo asedia, que se insinúa asimismo en su corazón y puede hacerle «perecer en la gehena».
    Santísima Trinidad, Padre, Hijo y Espíritu Santo, te adoro profundamente y te ofrezco el Preciosísimo Cuerpo, Sangre, Alma y Divinidad de Nuestro Señor Jesucristo, presente en todos los Sagrarios del mundo, en reparación por los ultrajes, sacrilegios e indiferencias con que Él mismo es ofendido. Y por los méritos infinitos de su Sagrado Corazón y del Corazón Inmaculado de María te pido la conversión de los pobres pecadores. ¡¡¡Ofrécete tu también en el Altar!!!

    Si no predicamos a Cristo crucificado, vana es nuestra predicación. Ese Dios que se hizo uno con nosotros para que nosotros fuéramos uno con Él.  Por AMOR. Cristo es el mismo ayer, hoy y siempre. Jesús, el crucificado, ha resucitado. ¡Alabado sea Jesucristo! Es el crucificado el que resucita, no otro. El que da la vida por AMOR. El que es, el que era, el que vendrá. Palabra hecha carne para que si no creemos por la Palabra, creamos por sus obras.

Toma tu cruz, y síguele. Sé DIGNO de Cristo, que dio la vida por ti. ¿No vas a AMAR al que tanto te AMA?.   
La Cruz del Señor, salvó a la humanidad. 
  Ofrenda tus cruces para contribuir a la salvación.
    ¿Que queda ahora ante nuestros ojos? Queda un Crucifijo, una Cruz elevada sobre el Gólgota, una Cruz que parece señalar la derrota definitiva de Aquel que había traído la luz a quien estaba sumido en la oscuridad, de Aquel que había hablado de la fuerza del perdón y de la misericordia, que había invitado a creer en el amor infinito de Dios por cada persona humana. Despreciado y rechazado por los hombres, está ante nosotros el «hombre de dolores, acostumbrado a sufrimientos, despreciado y evitado de los hombres, ante el cual se ocultaban los rostros» (Is 53,3).
    Pero miremos bien a este hombre crucificado entre la tierra y el cielo, contemplémosle con una mirada más profunda, y descubriremos que la Cruz no es el signo de la victoria de la muerte, del pecado y del mal, sino el signo luminoso del amor, más aún, de la inmensidad del amor de Dios, de aquello que jamás habríamos podido pedir, imaginar o esperar: Dios se ha inclinado sobre nosotros, se ha abajado hasta llegar al rincón más oscuro de nuestra vida para tendernos la mano y alzarnos hacia él, para llevarnos hasta él. La Cruz nos habla de la fe en el poder de este amor, a creer que en cada situación de nuestra vida, de la historia, del mundo, Dios es capaz de vencer la muerte, el pecado, el mal, y darnos una vida nueva, resucitada. En la muerte en cruz del Hijo de Dios, está el germen de una nueva esperanza de vida, como el grano que muere dentro de la tierra.
    De las PALABRAS DEL SANTO PADRE EMÉRITO BENEDICTO XVI al final del Vía Crucis en el Coliseo (22-IV-2011). Fuente: http://www.franciscanos.org/oracion/vcruz2011.html

    Papa Francisco, parte de su homilía 14/3/2013
    "cuando caminamos sin la Cruz, cuando edificamos sin la Cruz y cuando confesamos a un Cristo sin Cruz, no somos discípulos del Señor, somos mundanos: somos obispos, sacerdotes, cardenales, papas, pero no discípulos del Señor".
    "Quisiera que todos, luego de estos días de gracia, tengamos el coraje de caminar en presencia del Señor, con la Cruz del Señor, de edificar a la Iglesia sobre la sangre del Señor, que está sobre la Cruz, y de confesar la única gloria, Cristo crucificado. Y así la Iglesia irá adelante", subrayó.
    .......... "el Espíritu Santo, la oración de la Virgen, nuestra Madre, nos conceda esta gracia: caminar, edificar, confesar a Jesucristo crucificado. Así sea". (Enviado por e-mail)
    "Si no confesamos a Jesucristo, la cosa no va"

    «Si alguno quiere acompañarme, que no se busque a sí mismo, que tome su cruz de cada día y me siga. Pues el que quiera conservar para sí mismo su vida, la perderá; pero el que la pierda por mi causa, ése la encontrará. En efecto, ¿de qué le sirve al hombre ganar todo el mundo, si se pierde a sí mismo o se destruye? Porque quien se avergüence de mí y de mis palabras, de ése se avergonzará el Hijo del hombre, cuando venga en su gloria, en la de su Padre y en la de los santos ángeles.» († Lectura del santo Evangelio según san Lucas 9, 23-26)


    JESUS MÍO, YO CONFÍO EN TI. HÁGASE EN MI SEGÚN TU PALABRA. HE AQUÍ EL SIERVO DEL SEÑOR
    DOMINGO 24 de Abril de 2022, FIESTA DE LA DIVINA MISERICORDIA

    SI LE AMÁIS, OS ENVIARÁ EL ESPÍRITU SANTO. VEN ESPÍRITU SANTO, INFLAMA LOS CORAZONES DE TUS FIELES, Y ENCIENDE EN ELLOS EL FUEGO DE TU AMOR. ¡¡¡ADORA AL ESPÍRITU SANTO!!!
    "Deseo que el primer domingo después de Pascua se celebre la fiesta de la Misericordia. El alma que este día confiese y comulgue obtendrá la remisión completa de sus culpas y penas, (una indulgencia plenaria aplicada a uno mismo). Que nadie tema acercarse a Mí, aun cuando sus culpas sean las mas atroces.... Derramaré todo el océano de mis gracias sobre las almas que se acerquen a mi Misericordia".

    Jn 7, 37«Si alguno tiene sed, venga a mí, y beba 38el que crea en mí», como dice la Escritura: De su seno correrán ríos de agua viva.
    39 Esto lo decía refiriéndose al Espíritu que iban a recibir los que creyeran en él. Porque aún no había Espíritu, pues todavía Jesús no había sido glorificado.

    Jn 20, 19Al atardecer de aquel día, el primero de la semana, estando cerradas, por miedo a los judíos, las puertas del lugar donde se encontraban los discípulos, se presentó Jesús en medio de ellos y les dijo: «La paz con vosotros.»
    20 Dicho esto, les mostró las manos y el costado. Los discípulos se alegraron de ver al Señor.
    21 Jesús les dijo otra vez: «La paz con vosotros. Como el Padre me envió, también yo os envío.»
    22 Dicho esto, sopló sobre ellos y les dijo: «Recibid el Espíritu Santo.
    23 A quienes perdonéis los pecados, les quedan perdonados; a quienes se los retengáis, les quedan retenidos.»

    "El Hijo pródigo, la misericordia" De la Carta encíclica "Dives in Misericordia"

    Jueves V de Pascua en el oficio de lectura


    SEGUNDA LECTURA
    De los Tratados de san Gaudencio de Brescia, obispo
    (Tratado 2: es EL 68, 26. 29-30)

    LA EUCARISTÍA ES LA PASCUA DEL SEÑOR

        Uno solo murió por todos, el mismo que ahora, en cada una de las asambleas cristianas, por el sacramento del pan y del vino, nos rehace con su inmolación, por la fe en él nos da la vida y ofreciéndose a sí mismo en sacrificio, consagra a los que ofrecen esta oblación.

        Ésta es la carne y la sangre del Cordero, pues aquel pan bajado del cielo afirma: El pan que yo voy a dar es mi carne ofrecida por la vida del mundo. Y con razón su sangre es significada por el vino, ya que, al afirmar él mismo en el Evangelio: Yo soy la vid verdadera, manifiesta con suficiente claridad que el vino es su sangre ofrecida en el sacramento de su pasión; en este sentido el patriarca Jacob había profetizado de Cristo: Lava su ropa en vino y su túnica en sangre de uvas. En efecto, él lavó con su propia sangre la vestimenta de nuestro cuerpo que había tomado sobre sí como una vestidura.

        El mismo Creador y Señor de la naturaleza, el que hace salir el pan de la tierra, convirtió el pan en su propio cuerpo (porque podía hacerlo y así lo había prometido); y el que había convertido el agua en vino convirtió después el vino en su sangre.

       Es la Pascua del Señor, dice la Escritura, esto es, el paso del Señor; no tengas por cosa terrena lo que ha sido convertido en algo celestial por obra de aquel que pasó a esa materia y la ha convertido en su cuerpo y sangre.

        Lo que recibes es el cuerpo de aquel pan bajado del cielo y la sangre de aquella vid sagrada. En efecto, al dar a sus discípulos el pan y el vino consagrados, les dijo: Esto es mi cuerpo; ésta es mi sangre. Creamos, pues, en aquel en quien hemos puesto nuestra confianza: el que es la verdad en persona no puede engañarnos.

        Por esto, cuando hablaba a la multitud de comer su cuerpo y beber su sangre, y la multitud murmuraba desconcertada: ¡Duras son estas palabras! ¿Quién es capaz de aceptarlas?, queriendo Cristo purificar con fuego celestial estos pensamientos que, como antes he dicho, han de ser evitados, añadió: El espíritu es el que da vida; la carne no vale nada. Las palabras que yo os he dicho son espíritu y vida.

    Responsorio     Jn 6. 58; Le 22. 19
    R. Como me envió el Padre que posee la vida y yo vivo por el Padre, de la misma manera * quien me come vivirá por mí. Aleluya.
    V. Esto es mi cuerpo que va a ser entregado por vosotros.
    R. Quien me come vivirá por mí. Aleluya.

    Síntesis:
    Pascua:

  • Paso del Señor.
  • Paso del pan y el vino a ser el Cuerpo y la Sangre del Señor
    Por el sacramento del Pan y el Vino:
  • Nos rehace con su inmolación.
  • Por la fe en Él nos da la vida.
  • Ofreciéndose en sacrificio, consagra a los que ofrecen esta oblación.

    Con su inmolación nos rehace:
    Lava con su Sangre nuestro cuerpo que Él había tomado como vestidura.

    El Espíritu es el que da la vida.
    Sus Palabras son Espíritu y Vida.


    Resurrección

    Resucitó como lo había predicho. Se ha cumplido su palabra. El hombre Dios aparece triunfante. El corazón de los fieles late con emoción y se llena de regocijo. Este es el día del Señor. Aleluya.
    Somos como navegantes, que vamos al puerto de la eternidad. Hoy parece que divisamos la celestial Jerusalén; y ante su vista más próxima y cierta, con insistencia repetimos nuestro canto dulcísimo de remeros, el Aleluya.
    Y como para asegurar también nuestro triunfo definitivo, San Pablo en la Epístola de este día (1 Cor. 5, 7-8), nos exhorta a buscar las cosas celestiales que están en donde está Cristo, a la diestra del Padre. Buscad, nos dice, las cosas de arriba: no las de la tierra. Acordémonos de lo que había dicho el mismo Señor ante sus amigos de Betania: «Yo soy la resurrección y la vida; el que cree en Mí, vivirá para siempre».
    Vivamos pues como el que pronto tiene que morir y preparémonos a morir como quien siempre tiene que vivir con Cristo, en el Cielo.

    PADRE, ¡SANTIFÍCANOS EN LA VERDAD!

    JUAN 17: 17 Santifícalos en la verdad: tu Palabra es verdad.
    18 Como tú me has enviado al mundo, yo también los he enviado al mundo.
    19 Y por ellos me santifico a mí mismo, para que ellos también sean santificados en la verdad.
    20No ruego sólo por éstos, sino también por aquellos que, por medio de su palabra, creerán en mí,
    21 para que todos sean uno. Como tú, Padre, en mí y yo en ti, que ellos también sean uno en nosotros, para que el mundo crea que tú me has enviado.
    22 Yo les he dado la gloria que tú me diste, para que sean uno como nosotros somos uno:
    23 yo en ellos y tú en mí, para que sean perfectamente uno, y el mundo conozca que tú me has enviado y que los has amado a ellos como me has amado a mí.
    24 Padre, los que tú me has dado, quiero que donde yo esté estén también conmigo, para que contemplen mi gloria, la que me has dado, porque me has amado antes de la creación del mundo.
    25 Padre justo, el mundo no te ha conocido, pero yo te he conocido y éstos han conocido que tú me has enviado.
    26Yo les he dado a conocer tu Nombre y se lo seguiré dando a conocer, para que el amor con que tú me has amado esté en ellos y yo en ellos

    ¡¡¡ SED HOSTIAS VIVAS !!!

    Romanos 12
    1 Os exhorto, pues, hermanos, por la misericordia de Dios, que ofrezcáis vuestros cuerpos como una víctima viva, santa, agradable a Dios: tal será vuestro culto espiritual.
    2 Y no os acomodéis al mundo presente, antes bien transformaos mediante la renovación de vuestra mente, de forma que podáis distinguir cuál es la voluntad de Dios: lo bueno, lo agradable, lo perfecto.
    3 En virtud de la gracia que me fue dada, os digo a todos y a cada uno de vosotros: No os estiméis en más de lo que conviene; tened más bien una sobria estima según la medida de la fe que otorgó Dios a cada cual.
    4 Pues, así como nuestro cuerpo, en su unidad, posee muchos miembros, y no desempeñan todos los miembros la misma función,
    5 así también nosotros, siendo muchos, no formamos más que un solo cuerpo en Cristo, siendo cada uno por su parte los unos miembros de los otros.
    6 Pero teniendo dones diferentes, según la gracia que nos ha sido dada, si es el don de profecía, ejerzámoslo en la medida de nuestra fe;
    7 si es el ministerio, en el ministerio; la enseñanza, enseñando;
    8 la exhortación, exhortando. El que da, con sencillez; el que preside, con solicitud; el que ejerce la misericordia, con jovialidad.
    9 Vuestra caridad sea sin fingimiento; detestando el mal, adhiriéndoos al bien;
    10 amándoos cordialmente los unos a los otros; estimando en más cada uno a los otros;
    11 con un celo sin negligencia; con espíritu fervoroso; sirviendo al Señor;
    12 con la alegría de la esperanza; constantes en la tribulación; perseverantes en la oración;
    13 compartiendo las necesidades de los santos; practicando la hospitalidad.
    14 Bendecid a los que os persiguen, no maldigáis.
    15 Alegraos con los que se alegran; llorad con los que lloran.
    16 Tened un mismo sentir los unos para con los otros; sin complaceros en la altivez; atraídos más bien por lo humilde; = no os complazcáis en vuestra propia sabiduría. =
    17 Sin devolver a nadie mal por mal; procurando el bien ante todos los hombres:
    18 en lo posible, y en cuanto de vosotros dependa, en paz con todos los hombres;
    19 no tomando la justicia por cuenta vuestra, queridos míos, dejad lugar a la Cólera (de Dios), pues dice la Escritura: "Mía es la venganza: yo daré el pago merecido, dice el Señor."
    20 Antes al contrario: si tu enemigo tiene hambre, dale de comer; y si tiene sed, dale de beber; haciéndolo así, amontonarás ascuas sobre su cabeza.
    21 No te dejes vencer por el mal; antes bien, vence al mal con el bien.


  • DOMINGO 29 de Mayo para el 2022: la ASCENSIÓN

    Mateo 28, 18-20 Jesús se acercó a ellos y les habló así: «Me ha sido dado todo poder en el cielo y en la tierra. Id, pues, y haced discípulos a todas las gentes bautizándolas en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo, y enseñándoles a guardar todo lo que yo os he mandado. Y he aquí que yo estoy con vosotros todos los días hasta el fin del mundo.»
    En la santa Misa, ¿dónde se produciría la Ascensión?
    El sacerdote, tras la Paz, durante el cántico del "Cordero de Dios", trocea la Hostia en al menos 3 partes; una de ellas, más pequeña en el lado izquierdo, que sería el corazón de nuestro Señor traspasado. El Corazón, este trozo de la Hostia lo deja caer en el cáliz, uniéndose a la Sangre (conmixtio). En ese momento vivimos la Resurrección. Por el Cuerpo vuelve a fluir la Sangre bombeada por su sagrado Corazón.
    Al elevar el resto, o una de las partes de la Hostia, del Cuerpo crucificado y ahora glorificado del Salvador y decir "He aquí el Cordero de Dios que quita los pecados del mundo, dichosos los llamados a la Cena del Señor", se produce la Ascensión.
    De estas maravillosos misterios te puedes nutrir al leer los libros recomendados sobre la santa Misa.
    Otra cosa maravillosa. El Señor no permitió que quebraran ninguno de sus huesos:
    Jn 19, 36 "Y todo esto sucedió para que se cumpliera la Escritura: " No se le quebrará hueso alguno. "
    37 Y también otra Escritura dice: " Mirarán al que traspasaron. "
    Éx 12,46; Núm 9,12; Sal 34,20; Zac 12,10; Ap 1,7

    Sin embargo el sacerdote trocea el Cuerpo del Señor, rompe la Hostia. Y Jesús se da en alimento de vida eterna. ¨¡Cuánto amor!"

    Mc 16, 14 .. estando a la mesa los once discípulos, se les apareció y les echó en cara su incredulidad y su dureza de corazón, por no haber creído a quienes le habían visto resucitado.
    15 Y les dijo: «Id por todo el mundo y proclamad la Buena Nueva a toda la creación.
    16 El que crea y sea bautizado, se salvará; el que no crea, se condenará.
    17 Estas son las señales que acompañarán a los que crean: en mi nombre expulsarán demonios, hablarán en lenguas nuevas, 18 agarrarán serpientes en sus manos y aunque beban veneno no les hará daño; impondrán las manos sobre los enfermos y se pondrán bien.»
    19 Con esto, el Señor Jesús, después de hablarles, fue elevado al cielo y se sentó a la diestra de Dios.


  • Domingo 5 de Junio de 2022, Pentecostés:
    Misa para el domingo de Pentecostés
  • El Espíritu Santo en el Oficio de Lectura, semana VII de Pascua


  • El misterio de la Redención, de completar la Pasión, de hacer Justicia.
    Cuanto más purificado llegues allá arriba,
    más podrás ayudar a los de aquí abajo.

    Si no es así,
    los de abajo tendrán que ayudarte a subir arriba.

    Por Adán y Eva todos somos pecadores.

    Por medio de Jesucristo,
    nos hemos convertido en redentores.
    Unos por otros, Dios con todos.

    Si no llegas lo suficientemente purificado allá arriba
    no podrás ayudar lo que quisieras a los de abajo.
    Y los de abajo,
    tendrán que completar lo que te falta
    para llegar arriba. Como una cadena (*)

    Sus Llagas, nuestras llagas

    Cristo, tras la Resurrección, no solo muestra sus llagas, sino que, si no fuera la humildad personificada, “fardaría” de ellas, las mostraría con “orgullo”, porque son el testimonio de que ha vencido. De que ha amado hasta el extremo, hasta la muerte y una muerte de cruz.
    Le fue preparado un cuerpo para hacer la voluntad del Padre, la encarnación en el seno de la Virgen María donde se formó ese cuerpo, y Él, demostró que anonadándose en carne humana, haciéndose como cualquiera de nosotros pero sin pecado, se puede vencer a la carne, al mundo, y al demonio, en definitiva, al pecado, a la muerte, con la ayuda de Dios, siguiendo el Camino, la Verdad y la Vida que es Jesús.
    Las consecuencias del pecado: sufrimiento, dolor, muerte han sido derrotadas. La justicia debida a los pecados ha sido restablecida. Con sus llagas hemos sido curados, redimidos, perdonados, salvados.
    No solo ha hecho justicia por nosotros dando la vida por ello, sino que además nos ha convertido en parte de su familia: hijos de Dios.
    Por todo por lo que ha tenido que pasar para salvarnos, sus llagas, aparecen ahora glorificadas.
    Las llagas, las cruces que sufrimos en nuestras vidas, ofrecidas en la cruz del Señor, llevadas a ejemplo e identidad con Jesucristo, tras el peregrinaje por esta vida, serán también glorificadas. Con ellas podremos expiar nuestras culpas, favorecer a muchos, ser parte de la redención, de la salvación del Señor. Y estas llagas, resplandecerán en la otra vida. Se convertirán como en medallas del amor que venció al poder del mal.
    En el Cielo, cualquiera de nosotros seríamos patitos feos, discapacitados, desde el punto de vista de este mundo. El ángel caído menospreció al ser que consideraba inferior, el ser humano, y le envidió por las atenciones que el Señor tendría con él. El que el Hijo se hiciera de nuestra misma condición, salvo en el pecado, para salvarnos y además hacernos también hijos de Dios.
    Dios nos quiere tal y como somos, salvo en el pecado (voluntariamente hacer o intentar hacer el mal).

    El que tiene síndrome de Down es querido tal y como es, así como el autista, el que tenga para este mundo una discapacidad, enfermedad, dificultad.
    Tras este mundo, sus llagas tendrán su resplandor, por lo sufrido injustamente en unión con Cristo.
    Los “patitos feos” en este mundo, tras esta vida tendrán un lugar privilegiado. También para aquellos que les han ayudado: padres, tutores, vecinos, servidores, etc.
    Adora, y confía en el Señor.
    Piensa en lo que “fardarás”, lo “orgullos@” que estarás. Es un decir, porque allí, lo que reina es la humildad. Aunque hay un orgullo santo: el del Padre que vio como Su Hijo se hizo carne y cumplió con la Palabra. Incluso antes, cuando en la transfiguración (Mt 17, 1; Mc 9, 2; Lc 9, 28), conociendo lo que le esperaba en su charla con Moisés y Elías, dijo sí. Una entrega a la voluntad del Padre. Al amor. Y el Padre dijo desde la nube:
    «Este es mi Hijo amado, en quien me complazco, (mi Elegido); escuchadle.»
    Él transfigurará nuestro cuerpo de humilde condición en un cuerpo glorioso. (Flp 3, 17)
    Que el Señor, junto y a través de nuestra Madre celestial, la Virgen María, pueda decirte: "Estamos orgullosos de ti"
    Más aún, que Jesucristo te haga sentir sus llagas en ti.
    Testimonio: Había asistido a la misa a nuestra señora del Carmen. Al salir me presentaron a una mujer con síndrome de Down.
    Al caminar tras la procesión empecé a sentir dolor en la palma de mis manos ¡qué emoción!
    Después hablé con un seminarista.
    Había estado reflexionando sobre mi vida momentos antes, con las dudas y tentaciones que de vez en cuando se producen.
    Pero concluí que, citando a Juan Pablo II: “Merece la pena dar la vida por Cristo”, aunque prefiero “Hay que dar la vida por Cristo”. Es misión.
    Enamórate del Señor. ContemplaLe.
    Las cruces son a veces durísimas, pero Él recompensa esos momentos.
    En el Calvario, está el Señor. En Sus Llagas, el Amor.

    Lecturas recomendadas (importantes) para comprender algunos de los misterios que se producen durante la celebración de la santa Misa

    Enlaces externos:
  • COMPRENDER LA MISA procedente de la web liturgiapapal.org. Documento en "pdf":
    https://www.liturgiapapal.org/index.php/recursos-lit%C3%BArgicos/biblioteca/961-comprender-la-misa.html
  • "Las aguas vivas que borbotean" texto escrito por el padre Fortea, que también en formato "pdf" se puede bajar de:
    http://blogdelpadrefortea.blogspot.com/2018/05/links-directos-de-descarga-las-obras-de.html
  • Explicación de las partes de la misa, páginas en la web www.hogardelamadre.org https://www.hogardelamadre.org/es/recursos/eucaristia/430-explicacion
    Del santo obispo don Manuel:
    Eucaristizar.
    Así lo define: «Acercar a todos a la Eucaristía y meterlos dentro del Corazón de Jesús que allí palpita por ellos, para que vivan la vida que de Él brota».
    E invita a un tipo de apostolado específico es el apostolado por medio de la Eucaristía. Orientar todo nuestro ministerio a obtener o tratar de obtener que: el Evangelio vivo sea conocido, el Pan vivo sea comido, el Maná escondido sea gustado, el Dios del Sagrario sea reverenciado, la Providencia que en él vive sea tenida en cuenta y el Modelo vivo que en él se exhibe sea imitado».

    Si la gente no va a misa, si no participa o recibe los sacramentos, habrá que hacer de la vida una misa, habrá que sacar los sacramentos al mundo.... Por que, ante la duda me viene la iluminación, ¿qué hizo Jesús?
    Haz de tu vida, sacramento. "Un signo sensible de la Gracia de Dios".


    "La Liturgia de los sacramentos y de los sacramentales hace que, en los fieles bien dispuestos, casi todos los actos de la vida sean santificados por la gracia divina que emana del misterio pascual de la Pasión, Muerte y Resurrección de Cristo, del cual todos los sacramentos y sacramentales reciben su poder, y hace también que el uso honesto de las cosas materiales pueda ordenarse a la santificación del hombre y alabanza de Dios." (Sacrosanctum Concilium 61)


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